Septiembre es el mes de elegir y organizar las actividades extraescolares de nuestros hijos. Cada año, los niños tienden a pedirnos los mismos tipos de deportes y de cursos, y los padres solemos ir a lo fácil y aceptar lo que nos piden o lo que el colegio nos oferta. Sin embargo, hay empresas que se esfuerzan en ofrecer actividades extraescolares originales y diferentes (no todo es fútbol, judo, natación o ajedrez), para abrir la mente del niño, ayudarle a socializar y hacerle propuestas que, dentro de unos años, incluso puedan convertirse en vocaciones profesionales.
Sólo hace falta un poco de iniciativa para buscar la actividad, organizaros para que asista y, si no, convencer a algunos padres más y hablar con el AMPA del cole para que integre esas nuevas ideas en el típico listado que nos envían cada año al empezar el cole.
Las actividades extraescolares que os sugerimos las conocemos porque nuestros hijos, sobrinos o sus amigos las han realizado y nos parecen caminos nuevos que merece la pena descubrir. Algunas de ellas no sabíamos ni que existían como actividades para después de clase, la verdad.
Robótica
Es una de las extraescolares que más se está expandiendo en los últimos años. Hay incluso campeonatos a nivel nacional e internacional. La robótica educativa presenta la tecnología de una forma lúdica, a través del juego, sembrando en los niños el interés y los primeros conocimientos para ser los futuros científicos, ingenieros y programadores. A partir de piezas específicas de Lego, aprenden a montar robots y a crear circuitos y estructuras muy originales. En todas las ciudades hay talleres infantiles de robótica, sólo tienes que buscar en Google “cursos de robótica para niños en… (rellénalo con el nombre de tu provincia)”.
Circo
El circo es un mundo siempre atractivo para los niños. Sus diferentes técnicas dejan boquiabiertos a todos, pero se pueden aprender y las escuelas de circo que las imparten van en aumento. En este vídeo puedes comprobar cómo los niños disfrutan en estos talleres:
Graffiti
Los graffiti ya no se ven como algo sucio y marginal, sino que pueden convertirse en una actividad artística muy interesante y se consideran “Street art” o “arte callejero”.
Desde luego, algunas de estas pinturas logran convertir espacios urbanos feos en autenticos museos al aire libre. Muchos graffiteros aprenden “desde la marginalidad”, peo no es necesario que sea así. Hay multitud de talleres que ofrecen esto como actividad extraescolar. Os vais a sorprender en cuanto busquéis un poco.
Debate y oratoria
La capacidad de estructurar un discurso y de convencer mediante la palabra no está suficientemente promocionada en nuestro sistema educativo. Por eso nos parece muy buena esta idea que nosotros conocemos del centro Mr. Willbe, pero que podéis encontrar en vuestra ciudad. Los niños pierden el miedo a hablar en público y aprenden a rebatir con argumentos las opiniones de los demás. De lo más recomendable.
Realización de cortometrajes
Ahora que todos tenemos móviles que además son cámaras fotográficas y de vídeo, aprender a contar una historia de manera audiovisual resulta práctico para cualquiera, no sólo para quienes quieren dedicarse al cine de manera profesional. Los niños de hoy aprenden a dominar las imágenes casi antes que a escribir, así que una extraescolar que les enseñe a realizar un cortometraje seguro que les resulta atractiva.
Fotografía
Por la misma razón que en los cortometrajes, la fotografía está en el día a día de nuestros hijos casi más que los libros y la escritura, así que ¿por qué no promocionar en ellos el interés por esta actividad? Van a hacer en su vida miles —o millones— de fotos, pues que al menos las hagan bien y destaquen en su entorno. Quizás se conviertan en influencers en Instagram, por ejemplo, hoy en día ésa es una forma de ganarse la vida… y muy bien 😉
Meditación o Mindfulness
Ni siquiera los niños están a salvo del estrés en nuestra agitada vida actual. Hay que darles herramientas para que sepan tomarse las cosas de otro modo, sin angustia ni ansiedad, y eso vale tanto para los exámenes como para un pequeño fracaso sentimental o para un disgusto con un amigo. La práctica de la meditación ayuda muchísimo en todos esos casos y los expertos la recomiendan para todo tipo de edades y de condiciones. Se aprende pronto y sirve para toda la vida. Una parte de la meditación es el mindfulness o atención plena, que sirve para que los niños aprendan poco a poco a centrarse en lo que están haciendo y a no sentir angustia recordando cosas pasadas o anticipando posibles problemas futuros.
Slackline
¿Qué es esto? Pues así se lllama ahora lo que solemos conocer como “funambulismo” o el arte de caminar sobre una cuerda floja (en sentido literal). Se practica con cuerdas de cierta elasticidad que se atan a elementos fijos (normalmente árboles), a una altura pequeña respecto al suelo, para que sea divertido y no haya peligro. Lo practican jóvenes y, cada vez más, también niños. Si quieres saber más sobre eel slacklin, hemos preparado un post para que empieces a practicar el slackline en familia.
Huertos urbanos
Si tenéis terraza en casa o algún espacio para montar un huerto urbano, impulsar en los niños el aprendizaje de ciertas técnicas de cultivo seguro que es una buena idea. Ya hay muchas empresas de actividades extraescolares que tienen este tipo de cursos en su listado, en los que tus hijos pueden practicar esa faceta sin necesidad de tener ese espacio en casa (aunque, si lo tienen, mejor, claro). Los niños aprenden cómo se cultiva, entienden la importancia de los alimentos ecológicos y, sobre todo, se divierten. Otra opción similar es ésta para aprender a «crear» un jardín eterno…
Arduino
Igual que la robótica, la programación con Arduino para niños está de moda y ya hay muchas empresas y colegios de los más avanzados que la ofrecen a sus alumnos como actividad extraescolar. Aunque pueda parecer algo complejo, no lo es, y los niños lo aprenden deprisa. Luego, con su imaginación y creatividad, pueden hacer todo tipo de objetos.
Sol comentó:
Si el circo os entusiasma y vuestros hijos sueñan con volar desde un trapecio, o trepar por una pieza de tela hasta el techo, os recomiendo encarecidamente la escuela de circo Carampa, situada en la Casa de Campo de Madrid, junto al albergue juvenil Richard Schirrman. Allí los niños no sólo aprenden las artes circenses, también aprenden una filosofía de vida y unos valores que hoy son difíciles de encontrar en muchas de las personas que nos rodean (esfuerzo, constancia, sacrificio, respeto, amor al trabajo). Todo son beneficios. Mi hijo asiste desde que tenía 4 años, y acabas formando parte de una familia. http://carampa.com/