Nos encanta ir de castillos con los chicos, así que hoy hemos decidido visitar el Castillo de Turégano, en el corazón de Segovia. Se encuentra en un alto –sí, casi todos los castillos– a las afueras del pueblo y, al atardecer, cuando llegamos, la luz anaranjada lo hacía aún  más atractivo e imponente.

Podéis aprovechar un fin de semana y visitar también Turégano, que se conoce con un paseo de una hora más o menos (ves la plaza porticada, las fuentes, la iglesia… en la web de Turégano lo tenéis todo, también consejos para saber dónde dormir o comer durante vuestra visita).

La joya de esta villa es sin duda su castillo, como os decíamos, que es muy original e interesante, ya que es la unión de una fortaleza y de una iglesia, como ahora os contaremos. Además tiene una doble muralla, parte de ella de origen musulmán.

Se puede visitar (más abajo tenéis el precio y los horarios) y toda su mole te lleva  los tiempos de la Edad Media y el Renacimiento en que fue construido. A los niños los deja boquiabiertos y es fácil llamar su atención mientras recorres sus almenas o subes por sus intrincadas escaleras de caracol.

El Castillo de Turégano es monumento histórico artístico desde 1931 y en todas las guías de Segovia aparece como uno de los castillos que hay que visitar. En él estuvo preso el famoso Antonio Pérez, secretario de Felipe II que traicionó al rey y fue amante de la mismísima princesa de Éboli. Aquí va un resumen de su historia.

En el siglo XIII, doña Urraca cedió estas tierras de Turégano al obispo de Segovia y, en este lugar, probablemente ya estaba a medio construir la iglesia románica de San Miguel, aprovechando un espacio en el que años antes los árabes habían construido un recinto fortificado del que aún existen algunos restos. A finales de ese siglo se produjo la famosa batalla de Alarcos (Alarcos, en 1195) en la los cristianos fueron derrotados,  lo que empujó a construir una primera muralla alrededor de la iglesia en obras.

En el siglo XV otro obispo, Juan Arias Dávila, decide levantar un castillo sobre la iglesia, o a su alrededor, como prefiráis, porque San Miguel no se derrumbó, sino que se mantuvo como centro del castillo de Turégano, justo en el lugar en que en otras fortalezas se sitúa el patio de armas (donde los nobles y soldados del castillo se entrenaban para la lucha, de ahí su nombre). Por eso su escudo, el del obispo, está en varias de las fachadas.

Alrededor de la iglesia había casas de vecinos,  que desaparecieron, aunque hay algún resto de esa presencia: una tumba que queda del cementerio que estaba junto a ellas.

Fotos del Castillo de Turégano

A continuación compartimos una selección de fotos de nuestra visita, con niños, al Castillo de Turégano:

Un castillo y dos murallas

Alrededor del castillo de Turégano hay dos murallas, ambas de forma rectangular. La primera estaba rodeada por un gran foso para evitar ataques y tenía cuatro grandes torres circulares en las esquinas. La segunda tiene en un extremo una imponente y bella torre del homenaje y en el otro seis torres macizas también circulares.

En el centro, la citada iglesia de San Miguel, con sus tres naves, un ábside (el acabado semicircular de la cabecera, por detrás del altar mayor) y, desde principios del siglo XVIII, una espadaña en la que siempre hay algún nido de cigüeñas.

Nosotros empezamos la visita accediendo por la gran puerta sur, que da al patio, en el que en una caseta de madera te venden las entradas y te dan un folio con explicaciones para que puedas hacer la visita por tu cuenta. En tres cuartos de hora se ve sin mucha prisa.

Lo primero que te llama la atención es la iglesia, con una gran puerta de madera que cuesta algo abrir (cómo pesa…) para acceder a su interior. El suelo es de losas irregulares y toda la estructura transmite un cierto aire de ruina. Hay poca luz, pero se ve el altar, los bancos, hay una pila bautismal románica preciosa y todo transmite una auténtica atmósfera medieval.

Junto a la puerta de la iglesia (a la izquierda según sales) hay una escalera por la que accedes al interior del castillo. Se ve restaurado, con las paredes limpias de piedra clara. Vas accediendo por el itinerario marcado a las diversas estancias, subes escaleras de caracol, te topas con saeteras (esos huecos para lanzar saetas o flechas que tienen forma de cruz o de cruz con un círculo…), encuentras miradores… Te sientes como un descubridor. O como un viajero en el tiempo tocando sus muros de 3 metros de grosor.

El día que visitamos el castillo de Turégano era sábado y no había apenas gente. No hay peligro en las zonas bajas, pero, si vais con niños pequeños, tened cuidado cuando subáis a la torre, porque, aunque todo está bien dispuesto, no deja de ser un castillo con almenas altas… Desde ellas puedes observar todo el entorno y te haces perfectamente idea de cómo, si venía algún atacante, le podían descubrir con rapidez.

Horarios y precios del Castillo de Turégano

Aquí os dejamos los horarios habituales pero os recomendamos consultar la web del Ayuntamiento de Turégano para organizar la visita sin imprevistos 😉

• Abierto de miércoles a domingo:
  • Mañanas: de 11:00 a 14:00 h.
  • Tardes, horarios de apertura según los meses:
    • De noviembre a marzo: de 16:00 a 18:00 h.
    • De abril a junio: de 16:30 a 19:30 h.
    • Julio y agosto: de 17:00 a 20:00 h.
    • Septiembre: de 16:30 a 19:30 h.
    • Octubre: de 16:00 a 19:00 h (hasta cambio de hora)
• Si os interesa una visita guiada, podéis llamar al 634 460 215
• Precio único de la entrada: 2 €

Cómo llegar al Castillo de Turégano, en Segovia

La CL-603 rodea la población (luego llega hasta las inmediaciones de Segovia). Turégano está a 132 km de Madrid por la A-6. En este mapa puedes ver la situación exacta de este precioso pueblo segoviano: