Dublín es una ciudad interesante por muchísimas razones. El carácter abierto y acogedor de los irlandeses la convierte en un destino idóneo si quieres aprender inglés o si quieres tener oportunidad de practicarlo a las primeras de cambio (en el autobús, en un pub, preguntando una dirección o informándote en una tienda). Es muy frecuente ver grupos de chavales que han sido enviados por sus padres a Dublín para aprender inglés, pero no lo es tanto ver padres e hijos visitando la ciudad juntos. Sin embargo, Dublín es una ciudad perfecta para conocerla en familia: descubrirla con la ayuda de ojos infantiles tiene mucho más encanto.
En este post os sugerimos un viaje a Irlanda con los niños basado en nuestra experiencia, pero hay otras opciones… algunas tan atractivas como una ruta por los misterios y leyendas de Dublín, ¿no te apetece?
Cómo conocer Dublín en familia
Si tenéis poco tiempo, una semana o menos, os aconsejamos empezar por un tour en autobús en español o, si ya os defendéis en inglés, podéis optar por un tour en autobús o tren o incluso –si vuestros hijos ya no son pequeños– por alquilar una bicicleta. Una forma excelente de completar esa primera impresión puede ser recorrer la “columna vertebral” de Dublín, el río Liffey a través de sus puentes.
Visitas interesantes por Dublín con niños
Hay grandes monumentos que, incluso yendo con niños, no podéis obviar en Dublín: el Trinity College, la Christ Church, donde podéis incluso tocar las campanas, la estatua de Molly Malone (¿no sabes quién fue Molly Malone) o la mismísima fábrica de cerveza Guinness. A los niños les gustará especialmente Dublinia, que muestra de forma amena, divertida y muy interactiva el pasado vikingo de la capital de Irlanda.
Y si quieres completar esta ruta por la capital de Irlanda con niños, prueba a realizar un tour vikingo por Dublín, un recorrido
Tras tanta visita, nada mejor que compraros un helado o un refresco y tiraros en la hierba (o sentaros en un banco) del parque Stephen’s Green y terminar con un paseo por las calles de Temple Bar antes de comer en uno de sus pequeños restaurantes. Eso sí, para probar algo puramente dublinés, os recomendamos que desayunéis en un lugar emblemático cerca del puerto de Dublín: Deke’s Diner.
Por último, si os da tiempo, nada mejor que una excursión de un día a un pequeño pueblo pesquero y a un castillo muy bien conservado: Howth y Malahide.
Si necesitáis que todo ello sea en español, aquí tenéis una lista de excursiones guiadas en español a buenos precios.
Y, por supuesto, pasead, conectad con la gente, aprended mucho y… ¡disfrutad hasta de la lluvia!
Amiga comentó:
Hola, he leido tu post y veo que lo has escrito en febrero, te parece muy descabellado ir en navidad con niños de 10 y 13 años, somos del sur de España…Gracias por compartir tus experiencias
Gurbalia comentó:
Nosotros, la primera que vez que fuimos a Dublín, fuimos en noviembre. Hacía frío, no te voy a mentir, pero íbamos todos abrigados y lo pasamos muy bien. Visitamos la ciudad, fuimos de restaurantes, visitamos algunos pueblos cercanos… Qué te puedo decir, que no me parece nada descabellado. Dublín siempre merece la pena y con frío es seguramente más auténtico que en verano.
Saludos!