Este restaurante, situado en una zona muy céntrica de Madrid (calle Ortega y Gasset, 89) tiene fama de ser el mejor restaurante de comida hindú de la capital. Su propietario salió, hace ya unos años, mucho antes del coronavirus, en el programa Pesadilla en la Cocina (sí, el programa de Chicote) como asesor de otro restaurante hindú que estaba en crisis y de ahí le ha llegado una popularidad sobrevenida, que no necesitaba —porque ya era conocido— pero que multiplicó o su clientela.
En este post os lo proponemos porque el Tandoori Station acoge encantado a familias con niños, su comida gusta a todos, tiene unas instalaciones divertidas (estilo vagón de tren y decoración ferroviaria, hasta en los servicios) y en verano la terraza es una delicia.
El día que estuvimos en el Tandoori Station (un domingo a mediodía) había varias familias, algunas con bebés y el carrito aparcado junto a la mesa. No vimos que repartieran a los niños plantillas de dibujos ni ceras de colores, como hacen en otros establecimientos, pero lo cierto es que los críos que estaban allí, incluidos los nuestros, parecían la mar de entretenidos. Entre descubrir al señor que había salido en la televisión, observar cada detalle de la decoración y, cuando llega la comida, descubrir que les gustaba esa comida tan exótica, el tiempo se les pasó volando.
La carta del Tandoori Station es la típica de este tipo de restaurantes (entrantes diversos, platos de carne o pollo con salsas o al curry, unos panes sencillamente deliciosos…) pero extremadamente cuidada y bien cocinada. Los camareros son rápidos al servirla y se come compartiéndola, al modo de un restaurante chino (no es obligatorio hacerlo así, pero casi todos los comensales la degustan de este modo).
Una pequeña pega del Tandoor Station (o eso nos parecióa nosotros cuando estuvimos allí) es que las mesas no son muy grandes, así que, cuando se te empieza a llenar con todo tipo de platillos, tienes que organizarte para ir vaciándolos y que se los lleven, porque, si no, no caben ni los vasos. Eso sí, se van vaciando rápido, porque todo está muy bueno.
Nuestros hijos suelen ser un poco tiquismiquis con según qué comidas y, sin embargo, en el Tandoori Station se lo zamparon todo tan felices. El pan de queso les entusiasmó y, a los postres, los helados (el de pistacho está buenísimo) y batidos (¡el de mango!) fueron el broche de una comida francamente agradable.
Mi marido y yo pedimos unos cafés y a él se le deslizó la taza de las manos y vació la mitad sobre la mesa sin querer: nos lo cambiaron rápidamente por otro y no nos lo cobraron. Detalles así, unido a todo lo demás, hacen que uno se sienta mimado, en el paladar y como cliente.
El precio final depende mucho de lo que se haya pedido (a nosotros nos salió a unos 20 euros por cabeza). No se puede decir que sea un restaurante barato, pero tampoco caro y, para ocasiones en que a uno le apetece una comida más exótica con los niños sin oír el eterno “mamá, esto no me gusta…”, el Tandoori Station resulta ideal. Os lo recomendamos.
Fotos del restaurante Tandoori Station
En esta pequeña galería de fotos podéis haceros una idea de cómo es este restaurante… o cómo era cuando nosotros estuvimos allí en 2013, muuuucho antes del coronavirus 😉
Dónde está el Tandoori Station
Aquí compartimos el mapa con la localización exacta de este restaurante:
Antes para planear una comida o una cena en el restaurante Tandoori Station os recomendamos, en tiempos de coronavirus, consultar sus horarios en su página web: https://www.tandooristation.com/es. ¡Que lo disfrutéis!