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Chocolatería ‘Los artesanos 1902’, en Madrid

Fachada de la chocolatería 1902, en Madrid
Fachada de la chocolatería 1902, en Madrid

En el centro de Madrid, en la calle San Martín, junto a la calle Arenal y muy cerca del Cortylandia de Preciados, se encuentra una chocolatería de nombre histórico y lleno de tradición: Los artesanos 1902.

El local de la chocolatería 1902 tiene dos plantas y la de abajo está enteramente dedicada a servir chocolate con churros, con mesas, una zona de barra y —lo más interesante— el obrador donde se preparan los churros y las porras, con paredes de cristal que permiten a los clientes ver cómo se elabora la masa, cómo se fríe y cómo se saca y se escurre para dejar en nuestro plato unos excelentes productos.

En la chocolatería Los Artesanos de Madrid se puede ver cómo el artesano hace los churros
En la chocolatería Los Artesanos de Madrid se puede ver cómo el artesano hace los churros

La primera vez que fuimos a chocolatería tradicional madrileña fue un sábado por la mañana, en temporada invernal que es cuando a nosotros más nos apetece, y hemos disfrutado de cuatro excelentes tazas de chocolate con churros, con un una ración de churros (4 unidades) y otra de porras (3 unidades).

Después de haber estado allí, visitamos la web de Los Artesanos 1902 y vimos que tienen un apartado de ofertas de la semana (esto ya no es así, ya que han cambiado la web); si te imprimías la imagen que aparecía en esa página y la llevabas contigo a la churrería de lunes a jueves, te regalaban dos churros o una porra para acompañar tu café o chocolate 😉

Ambiente de uno de los salones de la chocolatería Los Artesanos de Madrid
Ambiente de uno de los salones de la chocolatería Los Artesanos de Madrid

Cuando estuvimos allí (hace ya unos años, mucho antes del coronavirus) no tuvimos que esperar cola, porque, aunque el local estaba bastante lleno, la planta superior les sirve de desahogo. Al llegar, te recibía un camarero tras un atril y te preguntaba lo que querías. Lo pagabas y, con el ticket en la mano, te sentabas y esperabas a que otro camarero te trajera tu pedido. Nos encantó todo, el chocolate y los churros estaban buenísimos y el servicio es atento y amable (y hay suficientes camareros para el flujo de clientes, así que no te hacen esperar, que es algo fundamental).

Una ventaja adicional de este local es que se encuentra en el “triángulo” de las otras dos chocolaterías típicas de la zona (la chocolatería de San Ginés y la cholocatería Valor, lo que resulta muy práctico cuando se visita la zona en épocas en las que hay mucha gente (Navidad, por ejemplo), porque así puedes elegir la que tenga menos tiempo de espera. La misma mañana en que nosotros nos tomábamos tan ricamente nuestro chocolate con churros en Los Artesanos 1902, vimos al pasar por la puerta de San Ginés una cola de varias personas, algunas de ellas con niños pequeños, esperando con un frío tremendo a conseguir un sitio libre.

Sergio y David se pusieron las botas en la Chocolatería 1902
Sergio y David se pusieron las botas en la Chocolatería 1902

Uno de los atractivos de la chocolatería madrileña Los Artesanos 1902 es su sabor tradicional, el que haya llegado aquí tras varias generaciones de churreros de una misma familia. Encima de la barra, una frase te remite a esa historia: “Más que una empresa, una gran familia”. No os perdáis el pequeño resumen de su historia que viene a continuación.

Fotos de la chocolatería churrería Los Artesanos 1902

Aquí compartimos algunas fotos de una de nuestras meriedas en esta tradicional chocolatería madrileña:

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Dónde está la chocolatería Los Artesanos 1902

Puedes encontrar esta chocolatería en la calle San Martín número 2. Las estaciones de metro más cercanas son Sol, Ópera o Callao.

Historia de la chocolatería Los Artesanos 1902

En 1.902, don Florenci, bisabuelo del actual dueño, don Gabi, abrió las puertas de una churrería en la calle Ave María, en pleno barrio de Lavapiés. Allí ejerció su oficio y se lo traspasó a su nieto Galo. Este, además de mantener el negocio familiar, lo amplió añadiendo labores de reparto: vendía churros y porras por las calles de Madrid con una hornilla fabricada por él mismo y que para calentar el aceite usaba madera y carbón. Su mujer, sus hijos, toda la familia se implicó en el negocio y así, poco a poco, empezaron a crecer dentro del mundo de la hostelería. Su hijo es don Gabi, que gestiona la actual chocolatería churrería y que tiene también el deseo de traspasarla a sus descendientes.

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