Cuando salimos de vacaciones o de fin de semana con nuestros hijos nos gusta dedicar tiempo al paseo. Visitar una ciudad no debe limitarse sólo (pensamos) a recorrer los monumentos o edificios más emblemáticos, sino, también, a recorrer sus calles menos turísticas y descubrir espacios como éste del que os hablamos hoy, en Barcelona.
Demasié… galetes exageradament bones
Eso es lo que dice el rótulo del escaparate de esta tienda cercana al barrio gótico de Barcelona y podemos dar fe de que sí. Por supuesto, en este delirio del chocolate entras por un escaparate todo de cristal ante el cual nadie pasa sin pararse a mirar. Y luego, desde dentro, ver las caras de los peatones, con ojos golosos cuando no es relamiéndose, también forma parte del deleite del cliente.
Demasíe está situado en una zona privilegiada de Barcelona, cerca del museo del chocolate, en la calle Princesa, 28. Vamos, una zona de abundantes turistas, especialmente extranjeros. Cuidada en su presentación, como buena botiga de dueño catalán, esta tienda tiene además una tienda hermana cerca de la plaza de Urquinaona que le sirve de complemento, una cafetería en la que sirven galletas, en lugar de esta: tienda de galletas en la que también tomarse un refrigerio… Y dicen galletas, pero en realidad lo que acelera las papilas gustativas de quienes pasan por allí es el chocolate que veías desde el escaparate. Lo envuelve todo, cubre las galletas, cubre los frutos secos, está en tartas, te lo venden en tabletas…
Por lo visto, los hermanos Escursell abrieron esta tienda después de crear Xocoa, la franquicia dedicada al chocolate. Por espacio y disposición esta tienda nos encanta, con un par de largas mesas que no plantean problema aunque tengas familia numerosa y amigos, en la línea de un comedor de estudiantes… pero estudiantes golosos.
Fotos: una merienda Demasié en Barcelona
Aquí podéis algunas imágenes de nuestra visita a esta encantadora tienda de Barcelona:
Además del plan que te proponemos aquí, mira qué intereante esta visita al Museo Pau Casal en El Vendrell.
Ideal la tarta de trufa con frambuesa, suave y fina, con el sabor del fruto bien presente. Y el hombre de jengibre con botones de lacasitos (perdón, smarties), también, según el más pequeño de los míos, pero es que en este ambiente están entregados…
Nos salió a cuatro euros por persona nuestra dosis hipercalórica, con una bebida. El servicio amable y la gula… bien saciada. No importa mucho si vas de turista consumado y vas a quemarla con tus andanzas. Para ellos también hay una sección de salados, refrescos, zumos y fruta, pero estos no los hemos probado.
Sabemos que el turismo que nos gusta a los mayores no siempre es el favorito de los niños, pero si les prometes una merienda como ésta después de visitar la Casa Batlló o de ver el Gaudí Exhibition Center, quizá se lo tomen de otra forma…