El flamenco suele parecer un espectáculo difícil para los niños y muchos adultos tampoco se animan mucho a disfrutarlo, a veces por desconocimiento y a veces por el miedo a que les cuelen el tìpico “show para turistas”. En nuestra familia no somos unos grandes conocedores del flamenco, pero sí lo disfrutamos a pequeñas dosis o en formato “fusión” (mezclado con otros tipos de música). Y, claro, cuando viajamos a Andalucía, nos encanta ponerlo en la radio o llevarnos un par de CDs para que nos sirva de banda sonora de los lugares que conocemos.
En nuestro último viaje a Conil hemos descubierto un espectáculo que os queremos aconsejar, porque hemos ido con nuestros hijos y hemos salido todos tarareando y tocando palmas. Se llama Flamenco en el Patio, dura alrededor de una hora, es asequible y, sobre todo, auténtico. Os damos más detalles para que os lo propongáis para pasar divinamente una noche de verano en Conil de la Frontera, en Cádiz.
Fotos de Flamenco en el Patio, en Conil de la Frontera
Así es el flamenco para familias
Lo organiza el Centro de Iniciativas Turísticas de Conil, que ofrece rutas y entretenimiento para todo tipo de público, pero que a nosotros nos parecen especialmente sensibles a las necesidades de las parejas con niños, tanto en su programa de actividades como en los precios y las características de lo que hacen: te diviertes, los niños se ríen, se conoce mejor Conil y siempre se aprende algo nuevo.
Con ellos hemos estado escuchando las campanas de Conil, hemos paseado por el barrio de los pescadores, nos hemos enterado de cómo es la pesca del atún de almadraba y hemos conocido la Chanca de Conil y el Museo del Atún. En esta ocasión, nos hemos animado a escuchar y ver bailar el flamenco más accesible, y la experiencia nos ha gustado muchísimo.
Para empezar, Flamenco en el Patio tiene lugar en un lugar precioso: un patio, sí, encalado, con arcos y soportales, abierto al cielo en esa hora mágica del anochecer (las gaviotas y las golondrinas no dejan de acompañarnos en esa hora de cante y baile), decorado con geranios, mantones y luces, todo con mesura y buen gusto. El público se sienta en sillas y, frente a él, se levanta el tablao, con una cantaora (la Toñi, de Vejer de la Frontera) acompañada de un guitarrista y un tocador de cajón.
En el público hay un poco de todo: hay extranjeros y españoles, gente del pueblo y veraneantes, parejas jóvenes, adolescentes y varios niños (alguno se arranca a zapatear tras alguno de los números especialmente virtuoso en el taconeo). No hay asientos numerados, te vas sentando según llegas y, aunque el lugar tiene el tamaño justo para que nadie se pierda nada, si eres tempranero seguro que logras una de las primeras filas.
La Toñi tiene una voz rasgada llena de matices, le pone ganas y la va calentando a medida que avanza el espectáculo. Junto a estos tres artistas, el tablao va siendo ocupado por el grupo de baile Flamenco del Sur, compuesto por tres bailaoras y un bailaor, llenos de una pasión y de una energía que poco a poco va inundando todo el patio.
Los números van variando, a veces bailan todos, luego cada uno tiene su protagonismo en parejas o en solitario… Al final, se termina con unas bulerías que nos llenan a todos de fiesta y de risas. No es extraño que salgamos dando palmas –intentando imitarlos– y canturreando por lo bajini.
Horarios y precio de Flamenco en el Patio, en Conil
El espectáculo Flamenco en el Patio tiene lugar los miércoles y los viernes a las 21:00 en el Patio de la Misericordia, en la calle Pascual Junquera s/n (más abajo tienes un plano). Cuesta 10 euros para los adultos y 5 euros para los niños. En la entrada se incluye una copa de cava o de fino, según las preferencias de cada uno, y, para los niños, zumo. También había patatas fritas y unas dulcísimas brevas.
Puedes comprar las entradas en el mismo patio un poco antes de que empiece el espectáculo.
Dónde ver Flamenco en el Patio
En este plano puedes ver la localización exacta del Patio de la Misericordia, aunque no tiene pérdida: está junto al Arco de la Villa, en la rotonda de la fuente de los atunes, en la zona antigua de Conil de la Frontera.