Este parque es uno de esos lugares secretos de Madrid que muy poca gente conoce. La Quinta de los Molinos se encuentra en el barrio del Salvador, en el distrito de San Blas, y sólo es accesible a través de tres puertas: la principal está en el número 527 de la calle Alcalá, muy cerca de la estación de metro de Suances.
La verdad es que nos enteramos de su existencia de una forma casual. Un día, paseando cerca de mi trabajo, vi la tapia y una de las entradas secundarias, la que da a la calle Miami. Al comentarlo con un compañero, me dijo que era uno de los parques más tranquilos y desconocidos de Madrid y… en efecto lo es. Entre semana está lleno (es un decir) de gente que hace deporte, mamás con carritos, gente que debe de trabajar por la zona y aprovecha la hora de la comida para relajarse un poco paseando… Poco más. La verdad es que lo que más llama la atención del parque de la Quinta de los Molinos es precisamente la falta de aglomeraciones que uno se encuentra en otras zonas verdes de Madrid.
Quizás se debe a que no está ubicado en el centro de la ciudad ni cerca de los circuitos frecuentados por los turistas, quizás es porque está rodeado de una tapia de ladrillo poco glamurosa y repleta de graffiti. No lo sabemos, pero, cuando uno entra, se siente como descubridor de un lugar recóndito y pacífico, tranquilo, con paseos de tierra en el que los niños pueden corretear, jugar a reconocer árboles, sorprenderse al descubrir un molino antiguo, un estanque con patos, túneles, fuentes de formas y tamaños distintos… Es verdad que no hay columpios, pero a cambio la Quinta de los Molinos mezcla maravillosamente la vegetación asilvestrada con los cultivos mediterráneos más diversos.
Cualquier sábado o domingo, os recomendamos que planteéis a los niños el descubrimiento de un parque secreto y misterioso, un juego de pistas en el que haréis ejercicio y os llenaréis los ojos y los pulmones de colores frescos y aire puro… en medio del barullo de la ciudad.
Un poco de historia de la Quinta de los Molinos
Es un jardín histórico artístico, considerado un bien de interés cultural. Debe su nombre a que era una hacienda (una quinta) con dos molinos traídos de Estados Unidos para extraer agua de regadío. Fue propiedad del conde de Torre Arias, que en 1920 se lo regaló al arquitecto y concejal del Ayuntamiento de Madrid César Cort, un alicantino que, para no echar de menos los árboles de su tierra, decidió crear en la Quinta de los Molinos un jardín enorme de tipo mediterráneo, con cultivos de ese tipo de ecosistema. A su muerte el parque quedó medio abandonado, hasta que en los años ’80 el entonces alcalde Enrique Tierno Galván consigue que los herederos cedan al ayuntamiento para disfrute público tres cuartas partes de las casi 29 hectáreas del parque a cambio de convertir el cuarto restante en zona residencial.
Hoy es, como decíamos, un parque grande y lleno de rincones especiales, donde los niños pueden descubrir una gruta, una alberca, un camino que lleva a un gran molino hidráulico… Nunca se aburren aquí.
Uno de los mayores encantos de la Quinta de los Molinos son sus almendros que, cuando florecen, entre febrero y marzo, convierten amplias zonas de este parque en una gran extensión blanca y rosada por las flores de estos árboles. En esas semanas, muchos madrileños se acercan para fotografiar esa floración y disfrutar de su color y su aroma.
Dónde está el Parque Quinta de los Molinos
Horarios de la Quinta de los Molinos
- Todos los días de 6:30 de la mañana a 22:00 de la noche.
- Cómo ir en transporte público: metro Suances o autobuses 104, 105 y 77.
Aquí os dejamos un enlace con información en detalle del parque Quinta de los Molinos.
Fotos: descubrimos el parque Quinta de los Molinos
En esta galería de fotos puedes hacerte una idea de cómo es este gran parque y de los rincones que puedes descubrir con tus peques: