En la verbena de San Isidro, año tras año, las casetas nos traen recuerdos de la niñez con sus juegos típicos, que en la actualidad podemos compartir con nuestros hijos. Es cierto que no son baratos, pero nosotros somos partidarios de probarlos y jugar con los chavales. Nos reímos, compartimos ese tiempo juntos con un entretenimiento casi inocente en estos tiempos de pantallas y videojuegos de realidad virtual y, a veces, hasta nos llevamos algún regalo de feria a casa 😉
Hoy queremos recordar con vosotros 5 juegos típicos de la verbena de San Isidro, a ver si os suenan:
Globos y dardos
La cosa es sencilla: pequeños globos de colores inflados y sujetos a la pared de la caseta y, delante del jugador, 3 dardos. Hay que pinchar 3 globos, no vale menos. El truco es calcular el tiro teniendo en cuenta el peso del dardo y mirar bien al centro del globo, no a los lados (ya se sabe, dónde van los ojos va la mano). Si se tira fuerte, para que el dardo no pierda la trayectoria, el triunfo está asegurado. La experiencia dice que no es tan fácil como puede parecer…
Tiro al blanco con escopeta
Ya conocéis el dicho de “falla más que una escopeta de feria” y, si hacéis caso de él, nunca intentaréis partir el palillo. Sí, los objetos que serán nuestro premio están pinchados en palillos planos de los de toda la vida que son a los que hay que apuntar para romperlos y hacer que el premio caiga. Ahora hay también un sistema por el que la escopeta expulsa unas bolitas que dan directamente en el premio, que ganas si logras tirarlo al suelo (ya no hay palillo). Nos sigue extrañando ver a niños echarse la escopeta al pecho y apoyarla en el hombro casi con soltura (y eso que a esto hemos probado suerte infinidad de veces en nuestra infancia). No sabemos si las armas están trucadas, pero lo cierto es que triunfos hay pocos.
Encestar pelotas
En la última edición de las Fiestas de San Isidro hemos visto este juego en versión pelotas de baloncesto, con lo que pesan… En otras ocasiones las pelotas de este entretenimiento de feria son más pequeñas (como las de balonmano), pero la habilidad necesaria para acertar en el centro de la cesta, evitando así que el balón rebote en el aro, sigue siendo muy grande. Nosotros no hemos logrado aún vencer en esta categoría.
Meter goles a un portero giratorio
Este juego de la verbena es de los que más éxito tienen con los niños. Se trata de meter al menos dos goles a un guardameta de cartón duro que gira para impedir que el balón entre en la portería. Nuestros hijos prueban todos los años y ya tenemos varios balones en casa (el premio más usual) procedentes de nuestras victorias.
Tómbola
Ya conocéis el dicho: “qué alegría, qué alboroto, otro perrito piloto…”. El animador de las tómbolas, con su micrófono bien pegado a la boca, con sus frases recurrentes y su forma de animar al público, forman parte de la banda sonora de cualquier verbena y la de San Isidro no podía ser menos. Se trata de comprar papeletas y probar suerte, a ver qué toca. El que seguro gana es el señor de la tómbola, pero nunca se sabe (nosotros tenemos un peluche gigante de esos que no sabes dónde meter…).