Aunque los niños de hoy en día están hartos de pantallas, aún hay formatos que les llaman la atención. En el plan que os proponemos podéis llevarlos a Imax Madrid, una sala muy particular en la que el espectador, más que ver una película, se sumerge en ella como si fuera uno más de los personajes de la historia. Igual que por fuera la sala es impresionante, con una especie de cúpula enorme, también por dentro es diferente a un cine normal: las filas de asientos están dispuestas en forma semicircular y muy verticalmente; la pantalla, gigantesca, es convexa y se perciben líneas como si estuvieras en el interior de un globo terráqueo.
Las películas no son comerciales, sino expresamente rodadas para ser vistas en este formato. Como me dijo mi hijo pequeño cuando los llevamos hace unos días: “mamá, esto no es una película, es un documental”. Es cierto, lo son, pero se trata de documentales maravillosos sobre los misterios de la tumba de Tutankamon, sobre las profundidades marinas, sobre dinosaurios, sobre la India… En todos ellos hay un hilo argumental a modo de historia; por ejemplo, en el de Egipto (que fue el que vimos nosotros), un abuelo le cuenta a su nieta la presunta maldición que acabó con los descubridores de la tumba del faraón y lo hace creando suspense, de modo que se sigue muy bien lo que te van contando porque quieres que avancen para enterarte de si los arqueólogos mueren de enfermedades misteriosas o no. La duración de cada película –o documental– no sobrepasa los 60 minutos, así que la sesión se hace muy amena. Nuestros hijos se lo pasaron muy bien, así que repetiremos. Por cierto, de vez en cuando sacan entradas más baratas a través de bonos tipo Letsbonus o Groupon, estad atentos.
El sistema Imax tiene dos versiones, Imax 3D y Omnimax. En el formato Omnimax, la pantalla te envuelve y te sientes parte de la película (parecía que paseábamos por el Valle de los Reyes con el abuelo y su nieta), cuando hay imágenes subjetivas desde el aire, como si fuéramos en un avión o un helicóptero, te sientes en efecto a bordo de una nave de esas características e incluso sientes vértigo cuando las imágenes se aceleran. En el Imax 3D, a todo ello se une la sensación tridimensional obtenida con la ayuda de unas gafas especiales.
Imax Madrid se encuentra junto al Planetario (en la calle Meneses s/n) y cada entrada cuesta 8,55 euros. El día del espectador es el viernes (no festivos) y puedes consultar la cartelera y los horarios en la web de Imax.