Cuando visitas Lugo, lo primero que te llama la atención son sus imponentes murallas romanas. Resulta que son las únicas en el mundo que se conservan completas y eso las ha convertido en Patrimonio de la Humanidad.
La Muralla Romana de Lugo es una construcción defensiva, como todas las murallas, pero hay una leyenda que dice que no querían proteger una ciudad, sino el bosque sagrado del emperador Augusto, de ahí el nombre de “Lucus Augusti” (“Arboleda de Augusto”, que acabó dando nombre a la actual Lugo).
Nosotros recorrimos estas murallas en familia hace algún tiempo, antes del coronavirus, y nos subimos arriba del todo, para dar un paseo por su adarve o camino de ronda, que es muy ancho (casi 7 metros en algunos puntos) y por el que te encuentras a mucha gente paseando, tomando fotos o incluso haciendo deporte.
Esta visita es gratuita, no cuesta nada, pero os servirá para explicar a vuestros hijos historias y curiosidades sobre los romanos y sobre castillos y formas de proteger el territorio.
Hay varios puntos en la ciudad desde los que puedes subir, a veces mediante rampa y a veces por escaleras, y desde ella se contemplan unas magníficas vistas de Lugo, otra razón para recorrerlas tranquilamente. Os aconsejamos que, si podéis, lo hagáis al atardecer, porque el color de las piedras es precioso y el paseo resulta de lo más relajante. Si te cansas, hay zonas en las que te puedes sentar y dedicarte sencillamente a mirar lo que pasa a tu alrededor.
Historia y curiosidades de las murallas de Lugo
Este monumento tan bien conservado y que está completamente integrado en la vida de los lucenses, tiene más de 17 siglos de vida y mide 2, 2 km de longitud. Se atribuye al arquitecto romano Vitrubio y estaba dotada de 85 torres, de las que hoy quedan 71, de unos 10 m de alto y que originalmente parece que tenían dos pisos sobre el nivel del adarve, con sus ventanales defensivos para alojar armas. Fijaos bien en las torres: las hay redondas (60) y cuadradas (11).
Las murallas de Lugo están construidas de granito y pizarra (toda la parte exterior de los muros), con un grosor de más de 4 metros. Con ese espesor, no hay que pensar que todo el interior es de esos materiales, qué va…: están rellenos de una mezcla de piedras, tierras y guijarros (el famoso mortero romano).
Hoy en día estos muros están atravesados por 10 puertas, aunque en la época romana solo había 5. Las otras se tuvieron que abrir a medida que la ciudad creció “extramuros”, ya a partir del siglo XIX, y había que propiciar que los pobladores de esos nuevos barrios pudieran entrar en la ciudad.
Fotos de nuestro recorrido por la Muralla Romana de Lugo
Compartimos algunas fotos nuestra visita a las murallas de Lugo con nuestros hijos:
Fijaos qué curioso: las murallas no solo eran para defender la ciudad, sino también para poder cobrar impuestos a los que entraban en Lugo por sus puertas (ese impuesto se llamaba “portazgo” y no solo existía aquí, claro) y para controlar que no llegara “mala gente”. Para impedir el paso de esas personas consideradas indeseables en la época, las puertas que hoy veis francas y abiertas no eran así, sino que tenían puertas de madera que no desaparecieron hasta finales del siglo XIX.
Dónde están las murallas de Lugo
Siempre nos gusta incluir un mapa que ayude a ubicar los lugares de los que hablamos en nuestro blog. Lo hacemos también en este caso, pero en realidad es innecesario: las murallas no se buscan, te las encuentras en cuanto llegas a Lugo…
Estas murallas ofrecen a Lugo una protección más: contra el frío viento del norte, así que mejoran un poco el clima de la ciudad, situada sobre una pequeña colina.