El nuevo curso escolar trae novedades en cuanto a las actividades extraescolares que pueden o quieren practicar nuestros hijos, bien porque, durante la vacaciones han conocido algún deporte nuevo que quieran empezar a practicar, o porque el año pasado no ya empezar a disfrutar de esta nueva afición… Hoy os hablamos de uno de esos deportes atractivos para los peques.

Pues bien. A veces, (en realidad, hace ya unos años que se puso de moda, pero no siempre nos fijamos en estas modas… hasta que se fijan los peques) caminando por la calle, en algún parque o por las aceras, vemos a chavales saltando por encima de bancos, de barandillas… Nuestros chicos se quedaban embobados. ¿Eso qué es, mamá? Se van a hacer daño… No, no se hacen daño, tienen técnica y van seguros: es un deporte y se llama parkour.

El parkour también se conoce como free running y, en efecto, es un deporte que requiere tanto fortaleza como agilidad. Quienes lo practican lo consideran el “arte del desplazamiento” y, como tal, es apto para adultos y también para niños. Su objetivo es desarrollar el cuerpo y el espíritu al máximo de sus capacidades a través de la confrontación con obstáculos, usando como única herramienta las capacidades físicas del propio cuerpo.

Cuando pensamos en parkour, se nos vienen a la cabeza imágenes de chavales dando saltos por la ciudad esquivando vallas, aceras y mobiliario urbano, porque, en efecto, muchos lo consideran un “deporte urbano”. Sin embargo, eso no es del todo cierto, porque la finalidad del parkour es que el individuo aprenda a adaptarse a cualquier tipo de entorno, superando todos los obstáculos que le rodean, ya sea en la ciudad o fuera de ella. En resumen: se puede perfectamente hacer parkour en el campo, sólo que allí se esquivarán rocas y árboles en lugar de bancos. Eso sí, esa superación de obstáculos no debe hacerse de cualquier forma, sino de manera eficiente, ágil, rápida, controlada y con el menor riesgo posible.

¿Es recomendable el parkour para niños?

Según la dificultad de los obstáculos, así será el nivel de parkour requerido y, por eso mismo, hay también parkour para niños. Además, es un deporte en el que no hay rivalidad con los demás y que promueve la autosuperación, la confianza en uno mismo, el respeto, la humildad, la fortaleza… etc.  No hay competitividad ni se basa en la rivalidad.

Según la Asociación Madrileña de Parkour, esta actividad es muy beneficiosa para los niños porque los ayuda a moverse en cualquier entorno con seguridad y eficacia, sin derrochar energía; potencia el equilibrio, la velocidad y la precisión; los niños aumentan la seguridad en sí mismos; y consiguen un mayor equilibrio físico.

Cómo es el parkour para niños

Hay parkour incluso para niños menores de 3 años: con ayuda de sus padres, gatean, corren, brincan y ruedan. Entre los 4 y los 5 años, aprenden las bases del movimiento natural de su cuerpo mientras empiezan a realizar pequeñas acrobacias seguras. Ya a partir de los 6 años y hasta los 18 y en adelante, los chavales inician, mejoran o perfeccionan sus habilidades buscando la “estética en los desplazamientos”, con acrobacias fáciles y los movimientos más comunes (“roll”, “land”, “flips”…). Además, se combinan con patadas de taekwondo, capoeira, gimnasia artística, breakdance…

Al practicar parkour, se desarrollan la coordinación, el equilibrio, la adaptación, la sincronización, la diferenciación, el ritmo, la reacción y la orientación, además de fuerza, la  velocidad, la resistencia y la flexibilidad.

El precio de esta actividad –tomamos las tarifas de la Asociación Madrileña de Parkour– rondaba, antes del coronavirus, los 30 euros mensuales con una hora a la semana y 50 si son dos.

De todas formas, por si no os hacéis una idea de cómo es el parkour, os lo mostramos en dos vídeos.

Vídeo: así es un taller de parkour para niños

En este vídeo os mostramos cómo es un taller de parkour para peques:

… Y así es una clase para adolescentes (en el MXCoach GYM de Vallecas, Madrid):

En cuanto a si es peligroso, mientras en el gimnasio está claro que no, porque tienen colchonetas y es un espacio muy controlado. En el exterior, en la calle, nos puede dar miedo, pero cada vez hay más “Parkour parks” donde practicarlo sin peligro.