Disfrutamos, en familia, de la comida brasileña en ‘El Rodizio’

Seguimos ampliando los horizontes gastronómicos de nuestros chavales en restaurantes diferentes pero que no perjudiquen la economía familiar. Como nuestro hijo mayor es un forofo de todo lo brasileño (desde la selección de fútbol hasta la música, la cultura o incluso la lengua, que ya lleva estudiando un par de años…), aprovechando una celebración familiar los hemos llevado a un restaurante típico brasileño: El Rodizio, en el barrio madrileño de Ciudad Lineal (casi al final de la calle Alcalá).

Los restaurantes de tipo rodizio se caracterizan porque plantean un menú buffet (paga una cantidad y come lo que quieras), pero servido de una forma muy original (que a los críos los atrae muchísimo, claro). Para empezar, suelen tener un bar de ensaladas y primeros, todos muy apetitosos y variados, de los que uno se provee de manera autónoma: te levantas las veces que quieras y te sirves y comes lo que te apetece y en las cantidades que desees. Luego, llega el segundo, el plato fuerte y el típico de los rodizios: todo tipo de carnes servidas por camareros que aparecen repetidamente ofreciéndote y sirviéndote el tipo y corte de carne que lleva ensartada en un espeto (como un pincho largo) y que va paseando de mesa en mesa. Así vas comiendo lo que los ojos te invitan a probar: secreto ibérico, muslo de pollo, pedazos de ternera, costillar… Por tu plato van cayendo las más variadas piezas hasta que ya no puedes más y dices “basta”.

El ambiente de ‘El Rodizio’ es familiar: amplio, luminoso y sencillo

El ritual de los rodizios, con cinco o seis camareros paseando sonrientes ante los comensales y rivalizando porque te apetezca más su oferta que la de sus compañeros es de lo más original.

Se trata siempre de carnes a la brasa y, en muchos casos, también alguna brocheta de pescado o de langostinos combinados con verduras. En realidad, es un tipo de comida saludable, pero la trampa no está en la calidad (que era muy buena, al menos en el rodizio en el que estuvimos nosotros), sino en la cantidad. Sí, porque también es cierto que, al final, la comida que te ha entrado por los ojos te sale por las orejas 😉 y te das cuenta de que quizás has comido demasiado… Cierras con un postre, que nunca es tan ligero como pensaste, y un cafetillo. Los niños, felices, eso sí, y no has tenido que repetirles cincuenta veces que coman, porque, de todos modos, aquí la experiencia gastronómica se centra más bien en probar y experimentar sabores, además de conocer otros cortes más allá de los filetes.

La comida brasileña de El Rodizio y sus servicio resultan atractivos para los niños

Restaurante El Rodizio, en Madrid

Visitamos el restaurante El Rodizio un domingo a mediodía. Habíamos hecho una reserva para seis, porque ese día nos acompañaba el abuelo, y llegamos bastante pronto, así que se puede decir que inauguramos la sala. Es un local amplio, con mucha luz, techos muy altos, que le dan un aire a la vez despejado y sencillo. La disposición de las mesas está hecha para aprovechar al máximo el espacio, que no es pequeño ni da sensación de agobio, todo lo contrario. Además de la nuestra, ese día había multitud de familias de todo tipo: grandes, pequeñas, con abuelos, con bebés, con hijos ya mayores… El bullicio –sin molestar– reinaba en el restaurante y le daba un aire festivo. El Rodizio se encuentra ubicado en un barrio bastante popular de Madrid, allí donde la calle Alcalá –muy alejada ya de Cibeles– se adentra casi en Canillejas y se acerca al Parque de la Quinta de los Molinos, que, por cierto, queda muy a mano para bajar la comida con un paseo después del exceso carnívoro 😉 Por lo que pudimos observar, había muchos vecinos de la zona, pero también gente que, como nosotros, había ido tras leer las buenas críticas que El Rodizio tiene en Internet.

Las carnes a la brasa de ‘El Rodizio’ se sirven en espeto

Siguiendo el esquema típico de estos restaurantes, el camarero nos informó de que tienen dos niveles de menú, uno un poco más caro que el otro, cuyas diferencias se basan en que uno, el más caro, incluye aperitivos y cortes de carne más nobles (básicamente quiere decir que hay ternera) y el otro carece de aperitivos y sus carnes son más de tipo barbacoa (mayor porcentaje de carnes de cerdo y sus derivados en forma de salchichas, chorizos, morcillas, etc). Siempre se incluye la “barra libre” de primeros y –ojo a esto– hay que calcular aparte las bebidas, los postres y los cafés.

Cogimos menú más variado, sobre todo porque el objetivo era probarlo todo. En la zona de primeros había de todo: gambas con gabardina, croquetas, ensaladas variadas, rebanadas de pan con tomate y jamón, canapés, sushi…

En realidad, como ya podéis imaginar, el truco –o el modelo de negocio, como prefiráis– de los rodizios es que los comensales llegan al local con apetito, se lanzan a los aperitivos y a los primeros (que están buenísimos, los hay calientes y fríos, con un apartado especial de sushi, porque en Brasil la comida japonesa es muy popular) y, cuando llega la carne, están llenos. Hemos de confesar que a nosotros nos pasó un poco eso, pero la verdad es que todo lo que comimos nos pareció de calidad y bien cocinado.

Tras los primeros y las carnes, también se puede degustar un buen postre en ‘El Rodizio’

Comentario aparte merecen los camareros y el servicio en general. Fueron amables y atentos, siempre con una sonrisa, explicando lo que era cada pieza de carne, animando a que los niños lo probaran… No sabemos si todos eran brasileños, pero sí la mayoría (eso contribuye a darle un aire más auténtico al restaurante, algo que agradeces mucho como cliente). Uno de ellos hasta se puso a charlar con nuestro hijo mayor en portugués cuando le comentamos que habíamos ido especialmente para que él conociera una faceta más de la cultura brasileira, de la que es tan fan.

Cuánto cuesta comer en El Rodizio

Puedes pagar 20 euros por comensal (por el menú rodizio más caro) o 16 por el más económico. También puedes tirar de carta y pedir platos de forma individual. Tienen muchas opciones.

A nosotros, aquel día toda la comida nos salió por unos 200 euros, y eramos 6. Cogimos el menú más caro y bebimos refrescos y agua (también alguna cerveza). A eso añadimos los postres y tres cafés.

Fotos: nuestra comida familiar el El Rodizio

En esta galería de fotos puedes ver cómo es un almuerzo familiar en este restaurante brasileño en Madrid:

Dónde está el Restaurante El Rodizio (Madrid)

Se encuentra en la calle Medea, 4, en Madrid (C.P. 28037).

Puedes hacer clic en este enlace para ir a la web del restaurante El Rodizio. Para reservar, llama al teléfono 91 327 30 12 o al 91 754 06 32.