Hay días de esos en los que la falta de ideas, el mal tiempo, los ajustes de la economía familiar o el maldito coronavirus y la siempre sobreabundante energía infantil se unen para hacer de un día en casa todo un infierno :-S
Por lo general, intentamos buscar planes atractivos, diferentes… y los desesamos fuera de casa, pero existen muchas cosas —aparte de la tele y otras pantallas— y muchos planes sencillos que son compatibles con la necesidad de permanecer en casa, y que no cuestan dinero. Sacar los álbumes de fotos —impresas y/o digitales— que toda familia conserva y darles vida comentando las anécdotas, las vacaciones, las celebraciones, los que ya no están, los que han cambiado, los que han crecido… eso da siempre un juego inesperado.
Gracias a las cámaras digitales, cada vez hacemos más y más fotos, pero precisamente ese exceso de material fotográfico hace muy difícil detenerse a ver, a observar, a comentar… Eso es lo que os proponemos en este plan.
Seguramente las fotos más antiguas estarán en los álbumes tradicionales, con fotos pegadas en las páginas, representando muchos momentos en los que los niños aún no habían llegado (la infancia de los padres, las novias de papá, las mañanas de Reyes, las meriendas campestres, la boda de papá y mamá…) o en los que ellos eran demasiado pequeños para acordarse: su propio nacimiento, la llegada de sus hermanos, sus primeros cumpleaños, la primera vez que vieron el mar, su primera foto de colegio…
Se pueden hacer “adivinanzas” (¿éste eres tú o es tu hermano? ¿a quién te pareces más, a papá cuando era pequeño o a mamá?). Los últimos años habrá que verlos en el ordenador, la tablet o el televisor, porque estarán guardadas en algún disco duro.
Os garantizamos horas de sonrisas y alguna lagrimilla. Nada que una buena merienda familiar no pueda complementar mientras volvemos a contar esa anécdota que todos conocen…
Y si necesitas más ideas, aquí tienes muchos más planes para hacer en casa con los peques.