El belén de Coca se ubica cada año en la iglesia de Santa María la Mayor, en la plaza Mayor de esta localidad segoviana, famosa por su castillo (el Castillo de Coca) y por los estupendos pinares de sus alrededores, en los que en otoño se puede ir a coger níscalos. Pues el párroco de Coca, don Francisco Jimeno, reúne todos los años los ánimos y el tiempo de los vecinos y entre todos montan un belén precioso, digno de ser admirado y que cada año es un poco diferente. Además, siempre le ponen un guiño en forma de ginkana para los niños, ahora os lo contamos.
Nosotros lo visitamos por primera vez en la Navidad de 2014, porque ese año los caucenses se lucieron aún más de lo habitual, construyendo un belén que reunía los monumentos más señalados de Coca y de su región. Así, visitar esa Navidad el belén de Coca era como darse un buen paseo por la comarca y conocer sus paisajes y sus paisanajes. En 2015, volvimos para saludar al señor cura y para contemplar de nuevo su nacimiento, con las típicas figuras religiosas que representan el nacimiento de Jesús, la matanza de los inocentes, la huida a Egipto, la adoración de los Reyes Magos… Y, junto a todas ellas, toda una serie de personajes costumbristas con los que la gente de Coca y de los alrededores se identifican perfectamente: lavanderas, los vendedores del mercado local, los alfareros, los cesteros, los caldereros, los pastores… Son figuras que reflejan a la perfección el carácter de esta tierra y a los que uno se puede quedar mirando –observando cada detalle de su gesto, de su vestimenta o de la labor que están realizando– durante horas.
Fotos del Belén de Coca, 2015
Fotos del Belén de Coca, 2014
El juego del Belén de Coca
Pero además, como os decíamos antes, el párroco y los vecinos de Coca no se olvidan de los niños y, para divertirlos, distribuyen por todo el belén un montón de figuras humanas y de animales un poco especiales. Luego, los incluyen a todos en una lista y la pegan en la pared, invitando a los niños a que busquen y descubran esos habitantes del nacimiento: una familia de búhos, un avestruz, un palomar, una perra que acaba de parir…
El juego tiene un éxito enorme y los pequeños se empeñan en identificar hasta el último miembro de la lista, compitiendo entre ellos y haciendo de la visita al belén de Coca un momento de lo más entretenido. Con una paciencia y una dedicación enormes, el cura de Coca abre la iglesia mañana y tarde para que los viajeros y residentes puedan conocer esta obra efímera pero maravillosa.
De hecho, si sois aficionados a los belenes, os aconsejamos que os hagáis una pequeña ruta visitando los de Coca, Nava de la Asunción, Cuéllar…