Como la montaña a Mahoma, cada vez más los museos se intentan acercar más a los más pequeños de la casa. Además de visitas de colegios, muchos museos realizan amenas visitas guiadas, que no tienen nada que ver con las de los adultos, pensadas para que se acerque toda la familia con los hijos.
Hace unos años, cuando nuestros hijos eran algo más peques, fuimos a una (en realidad, hemos ido a muchas…) de estas actividades diseñadas para los niños que, además de mantener la atención, consiguen hacerles comprender qué es un museo, cómo comportarse en el museo y, sin querer, quitarse de la cabeza la idea de que un museo es una actividad aburrida que ellos ni siquiera alcanzan a entender. De hecho, la hora y media que duraba la visita de El museo del Prado en familia se pasa casi a la carrera, tan deprisa que la simpática educadora que nos acompaña no para de mirar el reloj advirtiendo a su compañero de la hora y cuando tenemos que terminar… debemos llevarnos deberes a casa.
En nuestro caso, elegimos la actividad que se denominaba Los secretos de mi museo. Comenzaba la visita de una manera, parece que seguirá un hilo, pero de pronto cambia y se convierte en una visita teatralizada amena para todos. Nunca había imaginado algo así en un museo como El Prado y de verdad resulta simpático. Además, los niños no se atrevían a chistar y se mantenían entretenidos en todo momento. No vamos a estropear el secreto a los protagonistas (por si alguna actividad de las que se desarrollan ahora tiene el mismo objetivo), que precisamente de eso se trata, de hacer conocer a los pequeños los secretos del edificio del museo, el cuándo, el por qué y algunas curiosidades derivadas de la historia. Les encantó pasar a una de las cámaras acorazadas, atravesando la puerta blindada con sus cerrojos, para ver algunas de las joyas que encerraba el museo y que la mayoría de los mayores del grupo nunca habíamos llegado a visitar. Eso sí: ésta no era una visita pictórica, sino más relacionada con la historia y la propia arquitectura del museo del Prado.
La segunda parte de la actividad consistía en pasar a uno de los talleres para realizar una manualidad con los niños, intentando levantar una maqueta del museo del Prado en cartón. Que nadie se asuste que estaba todo como en el Ikea, prefabricado, con cajas de cartón recuperadas y que las educadoras ya se han encargado de ordenar y entregarte las necesarias y del tamaño adecuado. Como esta actividad era el colchón del tiempo de la visita, os a nosotros nos faltó algo de tiempo y tuvimos que completar la decoración final de la maqueta en casa. Ya nos dijeron que, como nadie conseguía terminar, enviáramos la foto de la maqueta terminada.
Vídeo: nuestra manualidad en el Museo del Prado
En el taller aprendimos a hacer una obra de arte ;-), como podéis comprobar en el siguiente vídeo:
Fotos: los secretos del Museo del Prado, visita-taller
En esta pequeña galería de fotos podéis haceros una idea de cómo era esta actividad del Museo del Prado:
El Prado en familia
Hay que decir que éstas no son actividades que puedas improvisar para un día lluvioso que no sepas qué hacer. Se suelen solicitar por email a través de la web de actividades familiares del Museo del Prado y eliges el día de predilección (la actividad se realiza en sábados y domingos), pero son ellos los que fijan la cita con la fecha que les van quedando libres. Te avisan por email cuando te aceptan y es entonces cuando pagas y luego te confirman. A nosotros nos adjudicaron el día varios meses después, aunque por suerte, te avisan poco antes por email para recordarte el día de la actividad. En el siguiente enlace puesdes consultar el programa de actividades para familias del Museo del Prado 2020.