Las tiendas regentadas por ciudadanos originarios de China, las que solíamos llamar tiendas de “todo a cien” o, más tradicionalmente, bazares, han ido evolucionando. Hoy en día son, en muchos casos, auténticos almacenes de productos de temporada, muy atentos a la estacionalidad de los productos que venden: en Carnaval, disfraces; en Halloween, todo tipo de productos terroríficos; en Navidad, el catálogo de adornos típico de estas fechas.

En los bazares chinos tienen de todo, y lo que más destaca es el precio, probablemente más bajo que cualquier otro tipo de tienda o puesto navideño. También es cierto que los estándares de calidad no son muy altos y que, cuando se trata de Navidad, quizás es mejor tener dos o tres cosas bonitas que diez muy cutres.

Aun así, hay objetos navideños que sí merece la pena comprar en una tienda de chinos, porque el precio es muy barato y no necesitamos una calidad determinada.

Por ejemplo, un árbol de Navidad artificial se puede comprar perfectamente en este tipo de tiendas (el grado de sensacionalismo que uno quiera lucir en el árbol es ya otra cosa). En la galería de fotos tenéis una muestra de precios según los tamaños, pero van de 4 a 50 euros.

Otro tipo de adornos son el espumillón, algún tipo de bolas, la nieve, el musgo o la tierra artificiales para el nacimiento, velas, algún colgante de madera para el árbol…

Hay pequeñas cosas que aquí son más baratas y que nadie a nuestro alrededor notará si no son de la misma categoría que, por ejemplo, los adornos de El Corte Inglés.

¿Figuritas de belén del bazar chino? ¡No, gracias!

Lo que sí os desaconsejamos —aunque salta a la vista— es que compréis en las tiendas chinas las figuritas para el belén. Suelen ser de plástico, están muy mal acabadas… desmerecen (de nuevo, aquí cabe recordar que es mejor ir completando año a año un belén bonito que llenarlo de una vez de figuras feotas).

Fotos: adornos de Navidad en bazares chinos

En esta galería de fotos os dejamos una muestra de la variedad y calidad de productos de decoración navideña que solemos encontrar en estas tiendecitas:

Para concluir, y a pesar de lo que os hemos comentado antes sobre las figuritas de belén, os damos otra idea: como a los niños les encanta tocar las figuritas, cogerlas y, a veces, se les caen y las rompen sin querer, nosotros tuvimos en casa durante varios años dos belenes, uno más bonito, que hemos ido completando poco a poco, y otro de una tienda de chinos. Lo poníamos al pie del árbol y los niños  lo podían tocar y mover a su antojo. Así éramos todos felices 😉