
España está llena de pueblos con encanto, preciosos, con algún castillo o fortaleza, con murallas y museos especiales. A los niños les gusta moverse por espacios delimitados, donde las calles no están llenas de coches y aún se puede pasear y hasta corretear sin peligro.
Visitar un pueblo es un plan muy socorrido para un sábado o un domingo y permite unir la visita cultural, el contacto con la naturaleza y algo que a nosotros nos fascina: la conexión con nuestras raíces familiares. En Semana Santa, con las vacaciones de primavera, o en el «puente» de mayo, ese tipo de visitas y excursiones son más fáciles de organizar.
Esta selección de pueblos que ya hemos visitado con nuestros hijos os puede servirte de inspiración:
Daimiel (Ciudad Real)

El municipio de Daimiel, en la provincia de Ciudad Real, es una estupenda «base de operaciones» para unas mini-vacaciones primaverales con los niños: en esta zona se encuentran los llamados “ojos” del Guadiana, que los que somos ahora padres aprendimos al recitar en el cole el curso de ese río, que nacía en las cercanas lagunas de Ruidera, para infiltrarse y desaparecer un poco después y… reaparecer de nuevo en este punto. Pero, sin duda, lo más atractivo de Daimiel es poder hacer una ruta por el Parque Natural de las Tablas de Daimiel, especialmente recomendable en primavera.
Leer más…
Orbaneja del Castillo (Burgos)

Este pequeño pueblecito burgalés se encuentra en la frontera de Burgos con Cantabria y, a pesar de su nombre, no tiene castillo (aunque seguramente lo tuvo en algún momento de su historia). Orbaneja del Castillo tiene censados apenas 50 habitantes, pero, eso sí, su encanto es monumental por una cascada de agua que recorre sus calles de algo en bajo, entre las viviendas. Esta cascada de Orbaneja se alimenta de las lluvias del invierno y del deshielo, por lo que es aún más espectacular en primavera. Cuando estuvimos allí, todos nos quedamos boquiabiertos, los adultos y los niños…
Leer más…
Belmonte (Cuenca)

Sin duda, el mayor atractivo de este pueblecito manchego es el Castillo de Belmonte, pero esta villa de la provincia de Cuenca tiene, además, murallas, una colegiata, casas señoriales, molinos… y hasta un palacio. Esta zona de La Mancha, además, adquiere en primavera un encanto especial por sus llanuras verdes (sí, sí, verdes), cubiertas por un manto de cereal que empieza a crecer al final del invierno, y que constrastan con los campos marrones en barbecho y algunos cerros coronados por molinos de viento. Muy recomendable 😉
Leer más…
Palamós (Girona)

En la Costa Brava existe un pueblo de origen pesquero, hoy muy turístico y conocido especialmente por sus sabrosísimas gambas: se llama Palamós y merece la pena visitarlo, relajarse en sus playas, disfrutar de sus especialidades gastronómicas y aprender cosas del mar en su Museo de la Pesca. Aparte del Museo de la Pesca de Palamós, se puede visitar la lonja por la tarde para ver la subasta del pescado, que luego podrás comprar en el mercado local o degustar en los restaurantes del pueblo.
Leer más…
Consuegra (Toledo)

Consuegra es un pueblo toledano famoso por sus molinos de viento, que se levantan en una altura, el cerro Calderico, junto al castillo. Si estás haciendo la ruta de los molinos o, como hicimos nosotros, la ruta de Don Quijote por La Mancha, tienes que parar a visitar el castillo y los molinos de Consuegra. Es un pueblo grande y en el que se puede pasar medio día visitando sus monumentos y comiendo unas fabulosas tapas manchegas en su plaza.
Leer más…
Chipiona (Cádiz)
Este pueblo gaditano junto al Atlántico tiene la luz del océano, un maravilloso faro que se puede visitar (uno de los más altos de España, además), la iglesia de la Virgen de Regla, el museo de la cantante Rocío Jurado y una forma ancestral de pescar: los corrales de pesca. Por si eso fuera poco, a las afueras del pueblo podéis visitar una reserva y centro de interpretación de camaleones. Un día en familia en Chipiona es un plan estupendo, creednos.
Leer más…
Colombres (Asturias)
Las casas de este pueblo asturiano os llenarán de asombro por sus coloristas fachadas, sus jardines con palmeras y su aire de lujo caribeño. Fueron construidas por indianos que, tras años de trabajo en América, volvían a su lugar de nacimiento para disfrutar de su riqueza junto a sus paisanos. El Museo de los Indianos de Colombres cuenta sus historias con sus objetos, el relato de sus viajes y los recuerdos de sus vidas. Toda una lección de historia.
Leer más…
Bolonia (Cádiz)
También en Cádiz, el encanto de este pueblo de nombre tan italiano se centra en su inmensa playa, sobre la que destaca una enorme duna, que, por cierto, podéis escalar con vuestros hijos (nosotros lo hicimos y fue muy divertido, pero calculad un par de horas entre subida y bajada). El otro punto de interés son las ruinas de Baelo Claudia, un asentamiento romano con fábrica de garum (el kétchup de los romanos, para entendernos) cuya importancia se explica en un estupendo museo a pie de playa.
Leer más…
Urueña (Valladolid)

El pueblo de los libros, con murallas sobre las que se puede recorrer el perímetro y contemplar la llanura circundante. Especialmente recomendable es el Museo del Libro, con un completísimo y ameno recorrido por los materiales, la forma de tratarlos, los tipos de escritura, la imprenta y sus evoluciones… Los niños se quedan boquiabiertos, sobre todo porque hay muchos audiovisuales que explican partes concretas de la exposición. No os lo perdáis.
Leer más…
Montblanc (Tarragona)
Entrar en Montblanc es entrar en el medievo, recorriendo las calles de piedra, las murallas, sus iglesias… Este pueblo tarraconense tiene plazas con terracitas llenas de encanto que ya se pueden aprovechar en el tiempo primaveral de abril o mayo. Si os gustan las procesiones, y hacéis la visita en Semana Santa, en Montblanc podéis presenciar una de las Semanas Santas más antiguas de España, con pasos que ya se sacaban en el siglo XVII.
Leer más…
Maderuelo (Segovia)
En lo alto el pueblo y, a sus pies, el pantano de Linares. Maderuelo cuenta con una gran carga histórica que se va sintiendo a medida que se pasea por sus calles hasta llegar a la plaza de la iglesia, con su cruz. Lo recomendamos como un sitio privilegiado para organizar un picnic y comer sobre la hierba, al lado del pantano.
Leer más…
Olmedo (Valladolid)
Olmedo merece una visita por muchas razones, pero hoy os lo aconsejamos por su Parque del Mudéjar, en el que se pueden “visitar” reproducciones a medio tamaño (en miniatura si las comparamos con las proporciones de los edificios reales) de las obras más importantes del arte mudéjar (el realizado por los árabes que, tras la Reconquista, permanecían en territorio cristiano) en Castilla. Hay incluso un tren y es un espacio ideal para agotar la batería del móvil a base de hacer fotos sin parar.
Leer más…
Buitrago de Lozoya (Madrid)
Este es uno de los pueblos con más encanto de la Comunidad de Madrid. Aparte de su embalse, de su núcleo medieval y de sus murallas, en Buitrago encontraréis un inesperado museo de Picasso, ya que el barbero del pintor era de aquí y llegó a ser un gran amigo de Picasso, que le regaló diversos objetos y obras con su firma. No os lo perdáis.
Leer más…
Hita (Guadalajara)
Hita es famoso por sus justas medievales, que se celebran en verano. De ese origen medieval conserva los restos de un castillo, una parte de la muralla, una plaza porticada, iglesias… Tiene un pequeño museo etnográfico y bodegas y bodegos, sí, bodegos. Si os gusta la literatura, sabréis que de por aquí era Juan Ruiz, Arcipreste de Hita, el autor del Libro de Buen Amor.
Leer más…
Fresnedillas de la Oliva (Madrid)
Sus casas pintadas y revitalizadas con imágenes costumbristas pueden recorrerse en la ruta Casas Con Vida. Es una decoración original que alegra sus calles y pone al visitante en contacto con la vida del pueblo. En la plaza Mayor, todos los años en enero, se celebra la Fiesta de la Vaquilla, que no es lo que parece (no, no se torea ni se acosa ni mucho menos se mata a ningún animal), sino una fiesta ancestral que asombra a los visitantes. Y, por si fuera poco, tiene un museo del espacio, porque desde Fresnedillas de la Oliva se monitorizó una parte del primer viaje a la luna.
Leer más…
teresa comentó:
A ver yo en pascuas vendria a la zona del Cabo de San Antonio, segurisimo!
Al norte de Alicante es un paraje para tener momentos en especiales en familia: alquilar una bici, subir la montaña o dar un paseo por la playa.
Como aqui siempre hace sol a lo mejor incluso te puedes bañar
=)
Esmeralda G. Valladolid comentó:
¡Gracias por la sugerencia, Teresa!