Puerto Lápice se encuentra en el camino de Castilla a Andalucía, así es que siempre ha sido lugar de paso. Por eso florecieron las ventas en el municipio, de las que aún quedas varias, a pesar de que, desde que la autovía dejó el pueblo a un lado, los visitantes han disminuido.

El propio don Quijote, en su primera salida, le indica a Sancho Panza que les conviene ir a Puerto Lápice, porque es lugar “muy pasajero” y seguro que les surgen aventuras. Aquí se cree que Cervantes situó el momento en el que Alonso Quijano decide velar armas en el patio de un castillo, cuyo señor, acompañado de dos bellas damiselas, le hará de anfitrión. En realidad, no hay tal castillo ni tales personas nobles, sino un ventero y dos mozas de vida alegre, un equívoco en el que se basa toda la comicidad de ese famoso pasaje del Quijote.

En nuestro itinerario por la ruta del Quijote, llegamos a Puerto Lápice hacia mediodía. La ruta principal hacia el sur siempre lo ha atravesado y, por eso, la calle mayor, por la que se accede al pueblo, es la antigua carretera nacional.

Qué ver en Puerto Lápice

El nombre del pueblo describe su situación geográfica: está en un pequeño puerto, formado por la Sierra Calderina y las estribaciones de los Montes de Toledo, y su subsuelo es de piedra lapicera. Surgió como lugar de paso en el que paraban diligencias y arrieros, por eso su primer nombre fue Ventas de Puerto Lápice.

Hoy, lo más interesante se encuentra en su Plaza Mayor, de dos pisos porticados hechos de madera rojiza, una estructura típica manchega que también se encuentra, por ejemplo, en la plaza de Tembleque. La de Puerto Lápice es más pequeña y está ocupada por sillas y mesas de las terrazas que un par de restaurantes montan en cuanto hace buen tiempo.

Junto a la Plaza Mayor de Puerto Lápice encontramos una pequeña plazuela circular en cuyo centro se puede ver una noria con sus cangilones y, a su alrededor, bancos alicatados de cerámica en la que se reproducen algunas frases del Quijote (lo podéis ver en la galería de fotos). En la esquina, la biblioteca pública, con una estatua metálica de Cervantes sentado en su escritorio y escribiendo –seguramente alguna página del Quijote– con su pluma privilegiada. Los niños sacan rápidamente su móvil y se hacen selfies con el escritor, les hace gracia.

Aquí está la venta del Quijote

La venta más famosa es la venta del Quijote, que data del siglo XVII y cuyos dueños la mantienen con un aspecto pintoresco que actúa como decorado perfecto para cualquier sesión de fotos de los muchos viajeros que pasan por aquí.

Su patio empedrado, con un carromato cubierto de plantas, resulta acogedor y vigilándolo, vemos a don Quijote con su coraza en el suelo. Está velando armas. Aunque en algunas páginas web de esas que valoran hoteles y restaurantes se quejan de que en esta venta todo es terriblemente caro; nosotros nos tomamos un café y charlamos con el camarero que nos lo sirvió, un tipo simpático que nos contó unos cuantos chascarrillos.

La venta del Quijote tiene en la entrada el acceso a una exposición, situada en la primera planta, alrededor del personaje de Cervantes, añadiendo incluso interpretaciones orientales quijotescas. El truco es que, cuando acaba la exposición, sales directamente a una gran tienda de productos típicos de La Mancha. Aun así, esta venta transmite una imagen pintoresca que resulta simpática en un viaje por esta ruta de don Quijote que estamos haciendo en familia y a la que no le buscamos demasiada verosimilitud histórica.

Dónde está Puerto Lápice

En este mapa podéis ver la ubicación exacta de este pueblo manchego que quedó inmortalizado en la novela de Miguel de Cervantes.

Fotos de Puerto Lápice, donde está la Venta del Quijote

Un paseo por las calles de Puerto Lápice os mostrará casas encaladas, con zócalos de color azul añil. A la salida del pueblo, en un alto, hay tres molinos, que no se pueden visitar por dentro, pero que dan mucho juego si queréis haceros una sesión fotográfica…

En otros lugares cervantinos se pueden realizar, también, otras rutas relacionadas con el Quijote, por ejemplo, esta Ruta de Cervantes por Alcalá de Henares.