Orgaz es un pueblecito toledano que a todos nos suena porque el entierro de su señor, el conde de Orgaz, protagoniza el famosísimo cuadro de El Greco. Lo más interesante de la localidad es el castillo.

Nosotros visitamos el pueblo de Orgaz en familia hace unos años, antes del coronavirus, y en este post os contamos cómo es, sus curiosidades y cómo y cuándo organizar la visita.

Aprovechamos una mañana de sábado para acercarnos con nuestros hijos al castillo de Orgaz, porque no está muy lejos de Madrid y no lo conocíamos. El pueblo tiene alguna cosilla más que ver (un puente, la iglesia…), pero es el castillo lo verdaderamente interesante. No está en un alto, ni en un monte, sino en medio del pueblo, junto a la carretera de acceso.

Nos dirigimos a la oficina de turismo de Orgaz, casi enfrente del castillo, para enterarnos de los horarios, y resultó que la encargada de la oficina es también quien hace las visitas guiadas. Nosotros coincidimos con un matrimonio con dos niños, así que la visita la hicimos en plan muy familiar. La guía es muy maja y cuenta chascarrillos que hacen la visita más entretenida para los críos.

Historia y recuperación del Castillo de Orgaz

El de Orgaz es un castillo del siglo XIV y no es defensivo sino más bien tipo palacio, por eso no está en un monte, sino en la población. Fue propiedad de la familia Pérez de Guzmán y, entre sus hechos históricos más reseñables, sirvió de refugio a los pobladores de Orgaz cuando apoyaron a los comuneros en el levantamiento contra el emperador Carlos I, quien, por cierto, quemó el castillo. Con los años, el castillo cayó en desuso y poco a poco se fue quedando en ruinas.

En los años ’60 del siglo XX, una familia valenciana, los Llopis, lo compraron para pasar en él temporadas, como segunda residencia. Lo heredó al cabo de los años su hija Gemma, quien falleció en 2011 dejándolo en su testamento al pueblo de Orgaz.

La familia recogió sus objetos más personales del interior, pero dejó el mobiliario y demás elementos decorativos y así, con ese contenido, es como se visita hoy.

Arquitectura y conservación del Castillo de Orgaz

En cuanto a su forma, es de planta rectangular y en cada esquina tiene como unas garitas de vigilancia que lo hacen muy típico. La gran torre del homenaje (mide 20 metros de altura) es lo más destacable desde fuera junto a esos torreoncillos de las esquinas.

En la parte exterior también destaca una zona redondeada que corresponde al ábside de la capilla del castillo. Al atravesar la gran puerta de acceso, con un arco de medio punto formado con grandes piedras (se llaman dovelas), te encuentras en un gran patio perfectamente conservado.

Visita al Castillo de Orgaz

La visita propiamente dicha, desde el patio, penetra en el interior y va recorriendo las diferentes estancias. La guía narra la historia de la familia, muestra algunas fotos de cómo era el castillo en ruinas antes de que los Llopis se hicieran con él, y señala las piezas más interesantes.

Sin embargo, es la parte arquitectónica la verdaderamente relevante, que además se recorre casi entera: se sube hasta el adarve, se corona el edificio subiendo –con mucho cuidado– a la parte alta de la almena, se ve la torre del homenaje y se acaba visitando lo que era la cárcel (con algunas armas antiguas) y la capilla. En esta última hay una reproducción del cuadro El Entierro del Conde de Orgaz, que le sirve a la guía como base para explicar quién era el señor y cómo dominó estas tierras.

Lo más curioso del castillo para los niños

Los niños se suelen sentir fascinados por los castillos por lo que representan de luchas, héroes, armaduras… en fin, ese mundo medieval que se reproduce en muchas películas y series de televisión. El castillo de Orgaz remite a ese mundo por fuera, pero no tanto por dentro, ya que hay muchos objetos modernos. Sin embargo, algunos de ellos son de lo más curioso y captan la atención de los visitantes.

Nada más entrar en el interior, aparte de un carruaje, se ve una gran jaula. La pregunta es inevitable (¿qué animal estuvo aquí?) y la respuesta es de lo más intrigante: Jere, el mono de la familia. Pues sí, resulta que los Llopis tenían como mascota un pequeño simio de nombre Jeremías (Jere para los amigos) y que los hizo tan felices que no solo han conservado sus pertenencias, como esta jaula, sino que además está enterrado (con su lápida y todo) en el mismísimo patio del castillo.

Otra de las historias curiosas unidas al castillo de Orgaz es la que lo relaciona con Jimena, la esposa del Cid Campeador, que –según cuenta la leyenda más que la historia– vivió de pequeña entre estos muros. Es por esa razón por la que, durante las fiestas de Orgaz, las jóvenes del pueblo rivalizan en un concurso cuya ganadora es nombrada Jimena. En una de las vitrinas del castillo se conserva el traje y las fotos de la edición en la que la ganadora fue Gemma Llopis.

Horarios y precios de las entradas al castillo

Para poder visitar el castillo de Orgaz, debéis dirigiros a la oficina de turismo que está en el cruce de la carretera junto a él. Os cobrarán 3 euros por la entrada (2 euros para jubilados y estudiantes) y será la propia encargada de la oficina la que actúe de guía. En la oficina disponen también de algunos folletos sobre el castillo y sobre otras visitas interesantes que podéis hacer por las inmediaciones.

En cuanto a los horarios, el castillo puede visitarse los sábados y domingos por las mañanas. Para más información, contactar con la Oficina de Turismo a través del teléfono 925 317 685.

Fotos de nuestra visita a Orgaz

En esta galería de fotos os dejamos algunas imágenes de nuestra visita a Orgaz y a su castillo, y los detalles más peculiares, como la lápida de Jere, el mono, y algunas otras curiosidades llamativas:

Dónde está el castillo de Orgaz

El castillo de Orgaz se ubica en el pueblo del mismo nombre, en la provincia de Toledo. Está a algo más de 100 km de Madrid, pero se llega muy bien por la autovía y es muy agradable. No tiene pérdida: está en el centro del pueblo. Si tenéis un poco más de tiempo, acercaos al castillo de Almonacid (del que os hablaremos en un próximo post), que está a unos diez minutos en coche.

Qué más ver en Orgaz

Ya que estáis en Orgaz, daos una vuelta por su plaza mayor, con soportales, echad un vistazo a su gran iglesia de Santo Tomás Apóstol, en la misma plaza, y pasead por sus calles hasta llegar a las puertas que se abrían en la antigua muralla: la puerta de Toledo (rematada por el Arco de Belén) y la puerta de Yébenes, con el Arco de San José.

Si os gustan las ermitas, tenéis la de la Concepción y la de Nuestra Señora del Socorro.

Tampoco os perdáis el puente de los cinco ojos, fuera del perímetro de la población (dicen que lo mandó construir Carlos III al no poder cruzar el arroyo de Riansares cuando iba a cazar). Podéis informaros de todo lo relacionado con el pueblo en la web del Ayuntamiento de Orgaz.