El Castillo de Almonacid, en la provincia de Toledo, está muy cerca de otro, el Castillo de Orgaz, que nosotros visitamos en el mismo día. El de Almonacid se levanta en un alto y, aunque está en ruinas, los muros y la torre que aún conserva te hablan de lo magnífico que tuvo que ser en sus tiempos de gloria.
Este castillo se ve sin problema desde kilómetros a la redonda y despierta la curiosidad de querer contemplarlo de cerca. Para hacerlo, hay que dirigirse al pueblo de Almonacid de Toledo y, dejándose guiar por las indicaciones y por la propia mole del castillo, omnipresente en todo momento, subir por una pista de tierra (a pie o en coche) hasta el mismo foso.
No se puede visitar como tal, porque sus restos —al parecer sin peligro de derrumbe— están cerrados a las visitas y puestos a la venta con la condición de que el comprador lo restaure. Merece la pena subir, mirarlo, imaginar todo lo que habrá pasado aquí, darse la vuelta y contemplar toda la extensión que, hasta el horizonte, se contempla desde aquí en todas las direcciones.
Un castillo para la vigilancia, la defensa y la guerra
El Castillo de Almonacid tenía —y conserva en parte— un foso seco, un camino de ronda, una muralla y el recinto interior, en el que destaca aún la torre del homenaje, con tres pisos. En esa parte interna contaba también con un patio de armas, un par de aljibes y varias habitaciones, fabricadas con adobe. En la parte exterior, el material de construcción es la mampostería.
El Castillo de Almonacid estaba destinado a vigilar el entorno, a proteger el acceso a la cercana ciudad de Toledo y también a controlar los movimientos de entradas y salida a la gran superficie manchega.
Castillo musulmán
Como muchos castillos que identificamos con la época medieval, el de Almonacid es de origen musulmán. Se sabe que desde aquí, un punto privilegiado de observación del entorno, en el año 848 los árabes vigilaban el antiguo camino que daba acceso a La Mancha. Pasó a manos cristianas cuando Alfonso VI se casó con Zaida, hija del “rey moro” y ésta lo aportó como dote.
En el siglo XVI, según un informe del arquitecto Don Pedro Gumiel, el castillo de Almonacid dispone de panadería, e incluso un gran salón con chimenea de 70 m2.
Durante la Guerra de la Independencia, en 1809 se desarrolló aquí una batalla entre tropas francesas y españolas. Los franceses, al retirarse, destrozaron parte de esta fortaleza.
Fotos del castillo de Almonacid
Nosotros visitamos el castillo de Almonacid al atardecer, cargados con la cámara de fotos, claro; en esta galería de fotos puedes adivinar las preciosas vistas desde el alto de esta fortaleza árabe sobre las llanuras manchegas:
Cómo visitar el castillo de Almonacid, con niños
Para empezar, con mucho cuidado. No se trata de que sea peligroso, pero hay que evitar que algún pequeño más vivaracho de lo habitual se cuele en las ruinas. Por fuera ya es imponente y siempre hay que plantear el reto de “hasta dónde divisáis” pueblos, construcciones en el horizonte… No vayáis en las horas centrales del día, sino a primera hora de la mañana o a última hora de la tarde (desde aquí el atardecer y la puesta de sol son impresionantes).
Dónde está este castillo toledano y cómo llegar
El castillo se encuentra en el pueblo de Almonacid de Toledo, en un alto donde corre el viento y se puede admirar toda la planicie de alrededor.
Vídeo: el castillo de Almonacid, desde el aire
No lo hemos filmado nosotros, pero este vídeo os muestra, a vista de dron, cómo son los restos de este castillo: su muralla, el camino de ronda, las almenas… Y la música acompaña bien las imágenes. Es un buen complemento a lo que os contamos.
No hay tarifas, no hay horarios, se visita a vuestro aire y, eso sí, con mucha imaginación.