El barrio de Santa Cruz es el más típico de Sevilla, con sus paredes encaladas, sus calles estrechas y sus ventanas enrejadas. En realidad, es la antigua judería de la ciudad y, en una ruta por Sevilla con peques, no puedes dejar de recorrerlo para respirar su atmósfera tan mágica.

No hay grandes monumentos que ver, pero todo es importante. Cada calle, cada plaza del barrio de Santa Cruz te cuenta una historia o una leyenda. Aquí vivieron miles de judíos hasta que el edicto de los Reyes Católicos los expulsó de España a finales del siglo XV, como ocurrió en la judería de Segovia.

A este barrio compuesto por un laberinto de callejuelas y plazoletas se entra por una única puerta. Esta se encuentra en la Plaza de Banderas, a la que se accede precisamente cuando sales del Real Alcázar. Al tener un solo acceso, el barrio era muy controlable: si había disturbios, se clausuraba la puerta y el barrio de Santa Cruz, la judería de Sevilla, se convertía en un auténtico gheto.

Visita por tu cuenta o guiada: ¿qué es mejor?

Es muy fácil echar a andar y perderse por estas calles estrechitas. Tiene un encanto especial ir descubriendo una escultura, un balcón especial, una placa de alguien famoso que estuvo aquí, un bar de tapas sólo para los locales…

Ese deambular a tu aire tiene mucho encanto, aunque también es cierto que te enteras de menos cosas, que lo mismo te saltas algún punto de interés, que no conoces del todo su historia, sus leyendas, lo que hace la gente allí hoy en día.

Si quieres conocer el barrio bien, es muy aconsejable hacer una visita guiada. Hay otros monumentos en los que puedes leer algún folleto y ya está, pero en el barrio de Santa Cruz tiene mucho sentido que alguien te vaya guiando por el laberinto y te desvele sus secretos.

Existen visitas guiadas de día y también hay tours guiados por la noche. Si recorres el día, lo verás todo mejor y tus fotos seguro que tienen más luz… Si visitas Sevilla en familia y tienes hijos pequeños, ese te puede venir muy bien.

Eso sí, de noche, sentirás el auténtico latido de un lugar lleno de locales muy animados. Podrás probar sus tapas, sus vinos… hasta podrás bailar o ver cómo lo hace un auténtico maestro. La noche en el barrio de Santa Cruz es alegre y desenfadada.

Qué ver en el barrio de Santa Cruz de Sevilla

Como decíamos antes, la entrada es por la Plaza de Banderas. En una de las esquinas, un arco da paso a la calle del Agua. Adelante…

La plaza que da nombre al barrio es la Plaza de Santa Cruz. En ella había una iglesia que los soldados franceses echaron abajo durante la Guerra de la Independencia, al parecer porque estaba ya en ruinas. Así se perdió la tumba del pintor Esteban Murillo, cuyos restos descansaban en esa iglesia. Ahora hay una placa, una cruz en medio de la plaza y, algo más adelante, unos jardines que recuerdan al pintor.

En la siguiente galería de fotos podéis ver algunos detalles de los diferentes espacios que componen el barrio, y que os describimos a continuación:

Jardines de Murillo: date un paseo y refréscate por estos jardines que discurren pegados a la muralla del alcázar. Se accede por la calle del Agua. Por ella pasaba el conducto que traía el agua al Alcázar desde los Caños de Carmona. En esta misma calle hay una placa que recuerda la estancia del escritor Washington Irving (el autor de Cuentos de la Alhambra) en una de las casas a principios del siglo XIX.

Calle de Mateos Gago: llena de bares y muy animada casi a todas horas. Desde ella tienes las mejores vistas de la Giralda

Estatua de don Juan Tenorio: esta escultura de tamaño natural se encuentra en la plaza Refinadores, recordando a este personaje de Zorrilla que se ha convertido en un icono universal.

Iglesia de Santa María la Blanca: el interior es sencillo, pero con bóvedas de yeso decoradas. Era una sinagoga en la época de la judería.