Alcázar significa fortaleza y también palacio. Esa mezcla es la que representa el Alcázar de Sevilla, con murallas, pero también con salas lujosas y amplios jardines. Si estás en Sevilla con niños, esta visita no puede faltar; además, los niños se divertirán resolviendo enigmas.
Si te gusta el arte, el Alcázar de Sevilla te encantará, porque en la sucesión de salas y patios encontrarás muestras hermosísimas de arte gótico, musulmán, renacentista… te quedarás embelesado. En familia, la cosa puede cambiar un poco, porque los niños no suelen quedarse perplejos mirando un mozárabe, así que… ¿se puede visitar el Alcázar de Sevilla con niños?
En la oficina de Turismo de Sevilla tienen material específico sobre cómo visitar la ciudad del Guadalquivir con niños. Además, en el Alcázar cuentan con audioguías especiales para los chavales, de manera que puedan hacer un recorrido más acorde con su edad. Les dan incluso una hoja de papel con preguntas y la visita agrupada en tres enigmas: el Enigma del Agua Salada, el enigma de Las Semillas de Júpiter y el enigma En Busca del Gran Rey.
Con ese cuadernillo y siguiendo la audioguía infantil punto a punto, la visita se les hará muy amena, ya lo veréis.
Por cierto, si tenéis hijos adolescentes, no dejéis de llevarlos a este tour de Juego de Tronos por todas las dependencias del Alcázar que salen en la serie.
Romanos, visigodos, árabes y cristianos en el Alcázar
Para disfrutar de la visita, hay que entender un poco la historia de este gran recinto lleno de salas suntuosas y de fuentes, plantas y hasta un laberinto hecho de mirtos.
El territorio en el que se asienta el Alcázar de Sevilla ya fue ocupado por los romanos y por los visigodos, pero su verdadera gloria la alcanzó cuando los almohades hicieron de Sevilla la capital de su califato. Aquí construyeron el primer alcázar, de aspecto defensivo pero también palaciego, con salas ricas en decoración que dejaban claro el poder de este pueblo.
Desde entonces y hasta hoy en día, este palacio sigue siendo ocupado por los reyes (es la residencia de los actuales cuando viajan a Sevilla, por ejemplo).
Tras la reconquista de la ciudad, Alfonso X el Sabio hace construir el palacio gótico. Más tarde, Pedro I, en el siglo XIV, lo completa y amplía y, con el paso de los siglos, se van uniendo elementos arquitectónicos y decorativos de otros estilos, como los renacentistas, por ejemplo.
Como visitante, uno va pasando de sala en sala y se va enterando de todos los grandes hechos que ocurrieron entre estos muros: te puedes imaginar a Isabel La Católica hablando con Colón, a Carlos V casándose con Isabel de Portugal, a los embajadores de los reinos cristianos hablando con el sultán, a María de Padilla bañándose en una alberca abovedada… o a la infanta Elena tomando algo con la familia y los amigos tras casarse con Jaime de Marichalar.
En fin, que en el Alcázar de Sevilla han pasado muchas cosas a lo largo de la Historia… ¡y algunas truculentas, no creáis!
Lo que no te puedes perder del Alcázar de Sevilla
En la misma entrada, pasarás por la Puerta del León. Al parecer, hace siglos aquí había una pintura de un gran león. Lo que hoy podemos ver es un placa de azulejos con un león dibujado. Lleva una cruz en una garra y una bandera en la otra y del pecho le sale una banderola con una inscripción en latín que significa “preparado para cualquier cosa”.
Otra cosa que no hay que perderse son las salas de la antigua Casa de Contratación de Sevilla, donde se hacían todos los negocios relacionados con América. Hoy queda la Sala de Audiencias y una capilla donde podéis ver a la Virgen de los Navegantes (fijaos en cómo bajo su manto protege a numerosas embarcaciones).
Uno de los patios más curiosos es el Patio de las Muñecas, porque hay nueve caritas femeninas en los capiteles (jugad con los niños a encontrarlas, que no es tan fácil).
En el Patio de las Doncellas , hay una alberca en el centro y, alrededor, diversas dependencias en dos pisos. ¿Por qué se llama así? Dicen que tiene relación con la leyenda de las cien doncellas que los reinos cristianos debían entregar a los musulmanes para evitar la guerra (una leyenda que existe en muchas otras culturas y épocas).
La alberca de Mercurio y el caso de los peces voraces
Lo más relajante de esta visita es el paseo que te puedes dar por sus inmensos y variados jardines. Puedes salir por la puerta que da a la Fuente de Mercurio, una alberca con una estatura de este dios romano (el protector del comercio) en el medio.
Detrás está el pasaje de los grutescos. Se trata de un curioso recubrimiento de la muralla almohade del alcázar con piedras y yeso pero imitando las formas de una gruta.
De ahí, bajad ya al jardín y no os perdáis el laberinto vegetal hecho con setos de mirto (no es difícil encontrar la salida, pero es un buen entretenimiento para los niños).
Y ahora ya sólo os queda recorrer tranquilamente los caminos entre árboles, admirar los parterres llenos de flores, relajaros con el olor del boj… Estos jardines son un pequeño paraíso, tranquilo y —si no hay muchos turistas— bastante silencioso. Para atraer la atención de los niños, decidles que descubran alguno de los pavos reales que se pasean entre la vegetación.
Desde ellos podéis acceder a uno de los lugares más bonitos y mágicos: la alberca de María de Padilla. Esta dama fue el gran amor del rey Pedro I (que estaba casado, pero mantuvo toda su vida una relación con María) y se dice que en esta alberca se bañaba mientras esperaba al rey.
Y, antes de volver a las calles de Sevilla, saldréis del Alcázar por el Apeadero, un patio con columnas muy chulo.
Fotos de nuestra visita al Alcázar de Sevilla
En esta galería de fotos encontraréis imágenes de nuestra visita en familia al Alcázar de Sevilla: sus edificios, sus patios y sus jardines:
Dónde está el Real Alcázar de Sevilla
Si vas a la catedral de Sevilla, a la Giralda, pasarás al lado, así que puedes organizar una visita enlazada de uno con otro. En este mapa puedes consultar la ubicación del alcázar y sus jardines:
Horarios y precios de las entradas del Alcázar de Sevilla
- De octubre a marzo, el Alcázar abre de lunes a domingo, de 09:30 a 17:00h.
- De abril a septiembre, abre de lunes a domingo, de 09:30 a 19:00h.
- Cierra el 1 y el 6 de enero, el día de Viernes Santo y el 25 de diciembre.
Como a veces hay cambios y, en tiempos de coronavirus, se aplican modificaciones a las condiciones de las visitas, en este enlace puedes consultar los horarios y tarifas actualizados.
Un consejo, sobre todo si vas en familia: intenta ir pronto por la mañana, porque hay menos gente y, si vas en verano, todo está fresquito y disfrutas más la visita. Si no queréis sufrir con las colas de entrada, podéis contratar un tour para visitar el alcázar y además la catedral y la giralda.
En cuanto a los precios de las entradas, estas son las tarifas:
- Entrada general: 11,50 euros.
- Entrada reducida: 3 euros (pensionistas y estudiantes de 17 a 25 años).
- Entran gratis los nacidos o residentes en Sevilla capital, los menores de 16 años, personas con discapacidad y su acompañante, y desempleados de la provincia de Sevilla (en todos los casos, con documentos que lo acrediten).
Si compras las entradas por Internet, te recomendamos hacerlo en la web oficial del alcázar.