La Muralla de Cuéllar no es lo más conocido de este pueblo segoviano, al que la gente acude por su castillo y para admirar la arquitectura mudéjar de sus monumentos. Lo suyo es ir un fin de semana y ver todo el pueblo y sus alrededores, que merecen la pena. Nosotros fuimos con nuestros tres hijos, para hacer una visita teatralizada al castillo hace un tiempo y, de paso, conocer el resto.
Las murallas servían para muchas cosas, no sólo para proteger una villa: servían para poder cobrar impuestos de paso por sus puertas (los “portazgos”), para detener enfermedades, como forma de controlar mercancías… Construir una muralla era, por todas esas razones, un privilegio que sólo se concedía a determinadas villas importantes. Cuéllar fue una de ellas.
El conjunto amurallado de Cuéllar tuvo en su origen más de 2.000 metros, entre la muralla exterior, más defensiva, y la interior, más urbana. Lo que hoy se conserva de esa construcción inicial son 1.400 metros, muchos de ellos, visitables. Sus muros tienen 5 m de altura media y 1,5 m de grosor. Para franquearla, tuvo once puertas, pero sólo se conservan 7; la más importante de todas es el arco de San Basilio, de estilo mudéjar.
En general es de estilo románico y rodea el actual casco histórico de Cuéllar, alrededor del cual se empezó a construir en el siglo XI para reforzarse 300 años más tarde. Sus estudiosos encuentran hasta cuatro partes: la muralla de la ciudad, la de la ciudadela, la contramuralla y otro cuarto recinto que hoy ha desaparecido.
En efecto, a partir del siglo XVII dejaron de tener utilidad defensiva y entraron en decadencia por falta de conservación. En los años ’70 se restauraron, pero en esos siglos de abandono perdieron un cuarto de su extensión.
Las puertas que se conservan son la de San Basilio, San Martín, La Judería (que da paso a lo que fue este barrio de Cuéllar), Santiago, San Andrés, la Magdalena y el Exángel.
Si os interesan todos sus detalles técnicos e históricos, os recomendamos este enlace donde encontraréis una descripción pormenorizada de las murallas de Cuéllar.
Entradas para recorrer la muralla de Cuéllar
Puedes recorrer la muralla sin subirte a ella en cualquier momento, claro, sólo tienes que ir caminando por las calles que delimita. Sin embargo, si quieres subir a lo alto de la muralla, debes hacerlo desde la explanada que está enfrente del castillo, comprando previamente las entradas en la Oficina de Turismo (puedes consultar más información en la web de Turismo de Cuéllar) y accediendo a través de unos tornos situados en grandes cubos metálicos marrones de acceso). Desde ahí se puede acceder al camino de ronda, por el que los soldados hacían sus guardias de vigilancia.
Merece la pena, aunque cueste dinero, porque desde arriba (unos 5 m de altura) se tienen unas vistas estupendas de esa parte del pueblo y de los campos sobre los que domina el castillo. Si os gusta la fotografía como a nosotros, podéis jugar a enmarcar las vistas a través de las saeteras que se conservan en las almenas.
Fotos de la Muralla de Cuéllar
En esta galería de fotos podéis ver las imágenes de nuestra experiencia en lo alto de las murallas de Cuéllar, con los peques:
Dónde está la Muralla de Cuéllar
La parte conservada de esta muralla se inicia junto al castillo, así que se llega del mismo modo: salida norte de la C-112. En este mapa os podéis ubicar fácilmente.
Como os hemos contado, a parte de su valor histórico, artístico y monumental, las murallas de Cuéllar son un magnífico mirador para contemplar una villa llena de historia enmarcada en un mar de pinares.