En nuestro último viaje a Segovia con los niños, antes del coronavirus, visitamos la Casa Museo de Antonio Machado, nuestro magnífico poeta de la generación del ’98. Es bastante popular entre los jóvenes, en estos tiempos de redes sociales y pantallas por doquier. Su obra se sigue estudiando y, gracias a Serrat, algunos de sus poemas se han convertido en canciones.
En el caso de nuestros hijos, se da la circunstancia de que Antonio Machado fue profesor del instituto donde estudian en Madrid (el Cervantes, en la glorieta de Embajadores) y les hemos hablado mucho de él y de su poesía.
En unos de nuestros viajes en familia al sur de Francia, los llevamos también a ver la tumba de Machado en Collioure y allí, como muchos otros visitantes, le dejamos un mensaje de respeto y admiración escrito en un trocito de papel que depositamos sobre su lápida (hay cientos de ellos).
La Casa Museo de Machado se ve en una media hora y resulta una visita entretenida. Si en una primera visita a Segovia no la ponéis en vuestro itinerario, no olvidéis hacerlo en la siguiente (a Segovia siempre se vuelve…).
La visita a esta vivienda que Machado habitó más de una década puede ser en grupo y con un guía (os lo aconsejamos si os cuadran los horarios) o autoguiada con unas audioguías que resultan imprescindibles para saber más de la vida del poeta entre estas paredes y en esta etapa segoviana. A nuestros hijos les gustó mucho, iban cada uno con la suya enterándose de todos los detalles que cuentan, tanto de los enseres domésticos como de la vida de Machado.
Antonio Machado y Segovia: ¿por qué vino aquí?
Antonio Machado llegó a Segovia en 1919 para dar clases de francés en un instituto de la ciudad y en ella permaneció hasta 1932, nada menos que 12 años. En todo ese tiempo se alojó en una pensión, la de doña Luisa Torrego, que tenía otros dos huéspedes: un funcionario del catastro y un funcionario de Hacienda. Con ellos compartiría Machado su vida doméstica entre semana, porque los viernes se marchaba en tren a Madrid y ya no volvía hasta el domingo (o el lunes o el martes, según las clases que tuviera).
La patrona era viuda y alquilar estas habitaciones le proporcionaba ingresos para sacar adelante a sus dos hijas. Visitar este pequeño museo es también conocer una vivienda típica castellana de finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Una curiosidad: el coste diario de alojarse en esta pensión era de 3,50 pesetas.
Con otros intelectuales y hombres de cultura, Machado fundó la Universidad Popular de Segovia. Esta institución compró esta casa en los años 50 y es aún hoy la propietaria del museo.
La entrada es una reja de hierro que da paso a un jardincito con un busto del poeta sevillano, la puerta es pequeña y se accede a la tienda y recepción del museo, justo al lado del zaguán de la casa, que es donde comienza realmente la visita.
Estancias cotidianas
Por una escalera de madera se sube al primer piso. Allí está la cocina y, unos escalones más arriba, al final del pasillo, el comedor, otras salitas donde han instalado la biblioteca que Machado fue acumulando en esta etapa segoviana y, por fin, el dormitorio del poeta, que está tal cual él lo dejó cuando se fue.
Todo es original y te traslada a aquel momento de la historia española y de la vida de Antonio Machado. La cocina está equipada con la típica cocina de leña, la llamada “cocina económica” que muchos de nosotros hemos visto en la casa de los abuelos en el pueblo (enlace al post). A su lado, el fregadero, los cacharros de cocina, una plancha, los enseres necesarios para hacer la comida… Aquí tendrían muchas charlas don Antonio y doña Luisa —que siempre mantuvieron una relación muy cordial—, porque era la habitación más calentita de la casa.
El comedor, donde cada noche cenaba con los demás inquilinos, tiene una mesa amplia, sillas, la alacena para guardar la vajilla. Hay que fijarse en los cuadros que cuelgan de la pared, en las fotografías, en los adornos… todo nos habla de una historia cuyo final ya conocemos.
La habitación del poeta
Lo que estás deseando ver desde el primer momento de la visita no llega hasta el final: la alcoba de Antonio Machado, que era a la vez su cuarto de trabajo y el lugar donde se aseaba cada mañana (allí está el aguamanil, con su palangana y su jofaina).
La cama (¡con la misma colcha que él usó!) es de hierro, con ese tipo de cabecero antiguo; la mesa donde corregía los ejercicios de sus alumnos y en la que escribiría muchos de sus artículos es redonda, de camilla, con faldas y un brasero.
Para calentarse en los fríos inviernos segovianos, su hermano Manuel le regaló una estufa que sigue ahí, entre la cama y la mesa camilla. También hay una mesa de pared con un espejo y, enfrente, la cómoda donde guardaría su ropa y, sobre ella, una maleta. No puedes entrar dentro, claro, pero lo ves todo desde fuera, en silencio, casi como si Antonio Machado fuera a llegar en cualquier momento y te fuera a pillar cotilleando.
Las pequeñas estancias que contienen libros de la universidad popular, los libros del propio Machado (los de su propiedad y también los que escribió) están en vitrinas, la verdad es que sin mucha explicación, aunque leyendo los títulos se pueden conjeturar muchas cosas.
Fotos de la casa de Antonio Machado en Segovia
En esta galería de fotos podéis ver algunas de las estancias de este museo íntimo del genial autor; como veréis la casa representa un estilo de vida austero:
Durante estos años fue cuando tuvo su segundo gran amor, escondido bajo el seudónimo de Guiomar, que vivía en Madrid y a la que iba a ver en sus viajes semanales a la capital. Si tenéis curiosidad por conocer el primero, la famosa Leonor, en una de las paredes está su retrato, con una carita de niña que habla de su juventud y de lo poco que pudo gozar de la vida. Machado nunca la olvidaría.
También se lo contamos a nuestros hijos adolescentes, porque Machado, más allá de su espectacular obra poética, fue un hombre bueno y de una total coherencia entre su forma de pensar y su manera de vivir. Nos parece una preciosa lección de vida para los niños, otra razón para visitar esta casa museo.
Vídeo: claves de la visita a la Casa de Antonio Machado en Segovia
Este vídeo seguro que os anima a realizar la visita (o a haceros una idea de cómo es la casa de Machado en Segovia), porque nos lo cuenta su responsable.
Dónde está la casa de Antonio Machado en Segovia
Está situada en la calle de los Desamparados 5, a pocos minutos a pie de la catedral de Segovia. En este mapa podéis ver su emplazamiento exacto.
Horarios y tarifas para ver el museo de Machado
El museo abre los lunes y martes de 11:00 a 14:00h; de miércoles a sábado, de 11:00 a 14:00h y de 16:00 a 18:00h, y los domingos, de 11:00 a 15:00h. El último acceso al museo se realiza 15 minutos antes del cierre. Los horarios pueden sufrir modificaciones en días festivos.
La entrada es muy asequible y además incluye la audioguía. La general cuesta 2,50 euros y la reducida, 2 euros.
La visita guiada son 3,50 euros y 3, si tienes derecho a entrada reducida (estudiantes acreditados, jubilados, familias numerosasy titulares de la Tarjeta Turística Amigos de Segovia). Los niños hasta 5 años entran gratis, y los residentes o nacidos en Segovia, con acreditación, sólo pagan 1 euro (sin audioguía).
Si vas un miércoles no festivo, la entrada es gratis, aunque, si quieres audioguía, te costará 2 euros y, si te apuntas a la visita guiada, pagarás 3 euros.