En nuestro viaje a Pamplona con nuestros hijos hace unos años, antes del coronavirus, aprovechamos para que no solo conocieran los monumentos y la cultura de la capital de Navarra, sino que además disfrutaran con su gastronomía y sus costumbres.
Salir a comer con niños suele ser complicado, porque, sobre todo cuando son pequeños, no les apetece probar cosas nuevas y, los lleves al restaurante que los lleves, acaban comiendo pasta o filete de pollo. Sin embargo, en Pamplona hay un tipo de comida que ningún niño rechaza, todo lo contrario: les provoca curiosidad. Sí, hablamos de los pinchos y las tapas, que en esta zona son originales, variados y, sobre todo, buenísimos (se suele hablar de alta gastronomía aplicada a estos pequeños bocados).
Por todo Pamplona hay bares y tabernas con sus propias especialidades y es un placer ir de uno a otro probándolas. Es fácil hacerse una pequeña ruta con cinco o seis establecimientos y acabar con el estómago lleno, que estas comidas en miniatura parece que no llenan, pero…
Los precios también son bastante asequibles y en muchos de esos bares sólo por el hecho de pedir algo de beber ya te ponen una tapa, que luego puedes complementar pidiendo los pinchos que más te gusten de los muchos que tienen expuestos en la barra.
Una de las cosas que más les gustan a los niños es ese ritual de ir a un bar, observar los pinchos que tienen, elegir con la mirada, pedirlos, que te los den, con sus palillos, y que te los cobren teniendo en cuenta los palillos que has dejado en el plato. Si les gustan, perfecto; si no se ha acertado del todo en la elección, no pasa nada: como son pequeños, se los comen esperando que su próxima elección sea mejor.
¿Qué bares de Pamplona son los mejores para ir de pinchos?
En realidad, casi entrando en cualquier bar con un aspecto típico o de la zona centro de Pamplona (las calles San Nicolás, Comedia, San Gregorio, Estafeta, la Plaza del Castillo…) contaremos con una buena selección de tapas y pinchos a nuestra disposición. Sin embargo, es verdad que uno siempre prefiere tener referencias de los mejores sitios, los que más aprecian los locales, los que no son para “turistas”… Muchas publicaciones hacen listados de ese tipo, pero en casi todos se repiten los mismos cinco o seis nombres. Recorrer la calle Estafeta y sus aledañas es ir sobre seguro, pero siempre queda la opción de preguntar a algún parroquiano pamplonés.
Por nuestra parte, nuestro bar de pinchos preferido es el Gaucho, en la calle Espoz y Mina con Estafeta. Está incluido en el mapa que puedes ver a continuación: los 10 mejores bares para comer pinchos y tapas en Pamplona.
¿Cuál es la diferencia entre pinchos y tapas?
Aunque muchas veces se habla de pincho y tapa indistintamente, lo cierto es que hay una diferencia. La tapa es originariamente una rebanada de pan con un producto cocinado encima que el establecimiento regala a quien pide una bebida, es decir, en origen la tapa se da gratis, también para propiciar un mayor consumo de bebidas (suelen ser saladitas y provocan más ganas de beber). El pincho, en cambio, se encarga y se llama así porque el bocado se presenta traspasado por un palillo.
Fotos: de pinxos por Pamplona
En esta pequeña galería de fotos os dejamos algunas instantáneas de nuestra «ruta de los pinxos» por Pamplona, en familia:
Desde el punto de vista histórico, existe la leyenda (que quizás tenga parte de verdad) de que el origen del pincho se debe al rey Alfonso X el Sabio, en el siglo XIII. Al parecer, sus médicos le recomendaron tomar pequeños sorbos de vino como remedio a una enfermedad que padecía y, para evitar que el alcohol le afectara demasiado y se le subiera a la cabeza, lo acompañaba de pequeñas porciones de comida ensartadas en una lanceta: los pinchos.