
Sede del CaixaFórum de Madrid
Imagínate ver bacterias, protozoos, algas más que diminutas, tu propio pelo como si fuera un tronco de palmera… Eso es Viaje al Micromundo. Es uno de los talleres para niños que propone Cosmocaixa y es de lo más interesante (le gustó incluso a mi hijo pequeño, de 4 años). Tienes que pagar una pequeña entrada (a nosotros cinco nos salió por 7 euros en total, con la Tarjeta Amiga de Cosmocaixa) y estar a la hora convenida —las 12:30, en nuestro caso— en el auditorio. Allí, una monitora nos enseñó cémo se ven las cosas a través de un microscopio electrónico: vimos bacterias, cocos, estreptococos, algas microscópicas que flotaban en una gota de agua de río…
El público está sentado, la monitora en el escenario con todos los aparatos y lo que cuenta se ve reflejado en una pantalla de tipo minicine (o sea, no hay que hacer cola para meter el ojo por un tubo e intentar ver lo que te cuentan).
No es sólo una “charla”; interaccionan con el público, sobre todo con el más menudo, preguntando cosas (“¿qué es esto?”), proponiendo acertijos, sacándolos al escenario y obteniendo muestras de pelo, de saliva, de piel, para luego verlas con todo el mundo en el microscopio. Es divertido también comprobar que lo que puede parecer, por ejemplo, un montón de croquetas apelmazadas es en realidad una colonia de bacterias, que las hay buenas y malas y que el mundo de lo pequeño-pequeño es casi más apasionante que el de las cosas grandes.