Antaño, las estaciones de trenes solían ser malolientes y sucias. La reputación de sus aledaños, dudosa. La de Atocha de Madrid no solo está rodeada de museos y ministerios –al menos, de su lado bonito– sino que dentro se creó un microclima a base de humidificadores y un estanque.
Ese microclima ha conseguido combinar el bullicio de los viajeros con el tranquilo reposar de muchos paseantes, que vienen a buscar un descanso agradable y refugio del calor o del frío, dependiendo de la época. Abundantes bancos donde sentarse, agradable clima, el mundo apresurado pasando ante los ojos y, además, gratis.
Pero durante mucho tiempo la estación de Atocha era lugar de visita de padres con niños por las tortugas que vivían en el estanque. Era una visión simpática, pero, en el verano de 2018, el Ayuntamiento decidió retirarlas y llevarlas al Centro de Fauna de Navas del Rey. Allí se pueden ver, visitar, fotografiar… En Atocha, ya no.
Fotos: qué ver en la estación de Atocha
En esta galería de fotos puedes ver la cantidad de tortugas que «habitaban» la estación del AVE de Atocha:
Microclima tropical de Atocha
Ese mismo microclima logró convertir el estanque en un criadero de tortugas de diferentes especies. En su mayoría, eran dejadas allí por gente que las tenía como mascotas, pero que, al empezar a crecer y no sabiendo qué hacer con ellas, decidieron llevarlas a este lugar, donde compartían ambiente con peces y otras congéneres.
Las piedras del estanque estaban llenas a reventar, no quedaba hueco sin caparazón. Sobre los peces naranjas, entre dos aguas, también se veían sobresalir estas islas vivientes flotantes. Tan atestadas como el estanque, las barandillas. “
Los padres llevaban a los niños para que se asomaran “a mirar” y luego no sabían cómo despegarlos de allí. Es genial la de detalles, similitudes y diferencias que son capaces de apreciar a esa edad.
A menudo en la estación de Atocha hay más cosas que ver: algún mercadillo navideño, de arte, de artesanía, según la época. Éste es un nudo de comunicaciones y no solo resulta muy fácil llegar a la estación de Atocha incluso desde la periferia de Madrid, sino que a un tiro de piedra estás cerca de museos como el Reina Sofía, algo más allá el Prado o el Thyssen o jardines como el Botánico o El Retiro.
Si no has llevado ya a tus hijos, en la misma estación se encuentra el acceso al monumento al 11-M (cuando no está en trabajos de mantenimiento) para honrar la memoria de aquellos por los que la estación de Atocha es tristemente conocida en todo el mundo. Una visita que no es fácil: conviene prepararse cómo explicar a los niños que sucedan hechos así, para que lo entiendan, pero sin traumas ni miedos.