Cuando entras en el Museo de Ciencias Naturales de Madrid, llama la atención un enorme elefante africano. Su tamaño es colosal, pero su historia es digna de una novela de suspense. ¿Queréis conocer cómo llego aquí este gran paquidermo? Os contamos su increíble historia.
Dónde vivía el elefante y quién lo mató
Este elefante vivía en África, en Sudán. Hasta allí viajó en 1913 el duque de Alba, un ávido cazador. Fue quien disparó a este magnífico paquidermo y lo mató (y además se hizo unas cuantas fotos con el pobre animal ya difunto).
En realidad, el duque sólo quería llevarse los colmillos del elefante como prueba de su hazaña cinegética, así que se los quitaron y entonces… se dieron cuenta de que era un ejemplar muy especial y que quizás merecía la pena que viviese para siempre en un museo de ciencias naturales.
Qué pasó con el cuerpo y la piel del elefante
Resulta que el duque de Alba era patrono del Museo de Ciencias Naturales de Madrid, así que decidió desollar al elefante y mandar su piel por correo al museo. En realidad, al duque le habían ayudado bastante a cazar el animal, así que la piel del pobre bicho estaba llena de lanzadas y de heridas, pero, bueno, para la taxidermia (el arte de disecar animales) sí que podía valer.
Doblaron la piel, formaron con ella un gran fardo atado con cuerdas y… ¡allí que te va, museo! Eso sí, a nombre del taxidermista oficial, que ahora os decimos quién era.
Quién era el taxidermista del museo
Ese taxidermista oficial (es normal que alguien con una profesión así trabaje en un museo de ciencias) se llamaba Luis Benedito y era un gran conocedor de su oficio. Aplicaba las últimas técnicas llegadas de Alemania: conservación de las pieles con jabones a base de arsénico, creación de una escultura del animal a tamaño natural para luego colocar encima la piel humedecida y fijarla con alfileres. Para que la mirada de los animales que disecaba fuera muy realista, usaba ojos de cristal. En fin, era todo un científico de la taxidermia.
¿Qué hacemos con esta piel de elefante?
Luis el taxidermista quería ponerse ya manos a la obra y crear ese maravilloso elefante, pero… no pudo ser (todavía). Su director le dijo que no había fondos y que aquello de recrear un elefante (ninguno de los dos había visto nunca un elefante africano) no parecía tarea fácil. Total, que guardaron la piel doblada en un almacén del museo y allí permaneció nada menos que 10 largos años.
Al cabo de ese tiempo, por fin deciden empezar con la ingente tarea. Tenían que montar un armazón de madera, sobre él crear la escultura en escayola y luego poner encima la piel. En el Museo de Ciencias Naturales no había sitio para un trabajo de tal envergadura, pero consiguieron que les prestaran unas dependencias del Jardín Botánico y allí se enfrascaron en la recreación del elefante.
De todo ese proceso, que dura más de 4 años, van tomando fotos (que han llegado hasta nosotros). En 1928 proceden a colocar la piel del elefante sobre la escultura de escayola (nada menos que 3.000 kg de escayola) sirviéndose de nada más y nada menos que 77.000 alfileres.
Como los colmillos se los había quedado el duque de Alba, fabricaron unos de madera y se los pusieron. ¿Ya estaba listo? ¡Qué va! Ahora había que trasladarlo…
Del Botánico al Museo de Ciencias Naturales.
Para moverlo de un museo al otro, construyeron una base con ruedas y lo montaron en ella. Bien sujeto y tirado por una camioneta, con todo el tráfico rodado cortado, nuestro elefante africano disecado cruzó Madrid desde el Paseo del Prado, donde está el Jardín Botánico, al punto del Paseo de la Castellana donde se encuentra el Museo de Ciencias Naturales.
Al llegar, no cabía por las puertas, así que tuvieron que desmontarlas. Poco después, el elefante llegó a su emplazamiento final… ¡menuda aventura! (no te olvides de todo esto cuando admires su imponente figura durante tu visita).
Vídeo: la historia del elefante, en dibujos y viñetas
La ilustradora Ximena Maier ha elaborado un libro con dibujos que explican todas las peripecias de este elefante hasta que llegó al museo. Su libro se llama “El elefante del museo” y en este vídeo ella te cuenta esta fantástica historia (que fue toda verdad) con sus divertidos y expresivos dibujos (no te lo pierdas, merece la pena).
Dónde está el elefante del Museo de Ciencias Naturales
En este mapa puedes ver la ubicación del Museo de Ciencias Naturales de Madrid, en el Paseo de la Castellana.