Los paisajes y la vida de las poblaciones aledañas a Las Médulas fueron modeladas a golpe de oro. Pese a que la explotación comenzó en el siglo I de nuestra era y duró poco más de cien años, la magnitud del impacto sobre el entorno fue enorme. Los movimientos de tierras y aguas cambiaron por completo el paisaje y la economía de la zona originando, por ejemplo, el lago de Carucedo.

Desandando un poco del camino, en nuestro caso no era desandar, sino acercarnos a nuestro refugio en Las Médulas, ya que nos alojábamos en el centro de turismo rural O Palleiro en Orellán (de Isabel, la dueña en el momento en que escribimos este post, haremos una mención especial después), podéis subir al Mirador de Orellán.

Fotos: Mirador y Galerías de Orellán, en Las Médulas

En esta galería de fotos compartimos algunas espectaculares imágenes de las Galerías de Orellán, en Las Médulas:

Las vistas al atardecer o al amanecer desde el Mirador de Orellán son extraordinarias. Nosotros subimos a una hora un poco dura de sol. Lo veréis en las fotografías, pero coincidió así. Justo a la izquierda del camino, pocos metros antes de llegar al Mirador propiamente dicho, os recomiendo una visita a la Galería de Orellán. Allí, casco en ristre, por supuesto, podéis recorrer los pasadizos que usaban para abrir galerías y derrumbar la montaña. Son apenas quince minutos y a los críos estas “aventuras” suelen hacerles gracia. Es más, nosotros fuimos abducidos por unos “gnomos del oro”. ¡Ved, sólo quedaron nuestros cascos! 😉

Si planeas una excursión como la nuestra, aquí tienes los horarios y precios para visitar Las Médulas.