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Las leyendas de los Cuatro Postes de Ávila

Historia y leyendas de los Cuatro Postes de Ávila
Historia y leyendas de los Cuatro Postes de Ávila

En las afueras de la ciudad de Ávila hay un lugar muy visitado porque es un auténtico mirador de la ciudad: los Cuatro Postes.  Sí, son 4 postes y una cruz desde donde se pueden hacer magníficas fotos de Ávila y entender su configuración urbana.

Los Cuatro Postes son un punto al que hay que ir en una escapada a Ávila o por Ávila, cuando el coronavirus lo permita o en tiempos de coronavirus, porque, además de tener vistas, es un lugar legendario.

¿Qué son estos cuatro postes?

Desde el punto de vista arquitectónico, se trata de cuatro columnas de estilo dórico que miden 5 metros de altura y que están unidas por piezas rectangulares denominadas arquitrabes en las que están grabados los escudos de armas de Ávila. No hay ningún tejadillo que proteja la cruz de granito situada en el centro de ese cuadrado. Todo el conjunto está sobreelevado aprovechando unas rocas y situado en frente de Ávila, al otro lado del río Adaja.

En realidad, se trata de un monumento religioso conocido como el Humilladero de los Cuatro Postes o también como el Mirador de Ávila. Es muy sencillo, no tiene más elementos que los que os hemos descrito, pero merece la pena por esa panorámica maravillosa de Ávila que se disfruta desde allí, sobre todo al atardecer.

Pero, además, en este punto tuvieron lugar ciertos hechos históricos que ya se han convertido en leyendas repetidas de generación en generación.

La leyenda de los caballeros traidores

Cuentan que, a mediados del siglo XII, una gran epidemia llenó de muerte Ávila. Cuando acabó, los habitantes de la ciudad, en agradecimiento por el fin de la peste, salieron en romería hasta la ermita de San Leonardo. Los musulmanes aprovecharon que la ciudad se quedó casi vacía para entrar y robar todo lo que encontraron de valor.

El alcalde organiza una batida para recuperar ese botín y los hombres que se apuntan salen en persecución de los sarracenos, pero una parte decide volver a la ciudad y encerrarse en ella, haciéndose fuertes. Cuando llegaron los perseguidores de los moros, ya con las riquezas recuperadas, no les quieren dejar entrar: las puertas de la muralla están cerradas y los traidores se han convertido en alcaides de Ávila. Exigen que les den las riquezas para dejarlos entrar.

Acude entonces al lugar el rey Sancho III de Castilla, que entra en la ciudad y expulsa a los traidores. Así se restablece la justicia, pero, para que esos hechos no quedasen en el olvido, se construye el monumento de los Cuatro Postes y se decide que la romería de San Leonardo se haga todos los años.

Santa Teresa, su hermano y su tío

Fue también aquí —al menos así lo cuenta la leyenda— donde el tío de Santa Teresa de Jesús, atrapó a la pequeña y a su hermano cuando se escaparon de casa para ir a tierra de infieles. ¿Cuál era el objetivo de la huida? Dedicar su vida a convertirlos y, quizás, morir como mártires, descabezados por los musulmanes por realizar su labor evangelizadora.

Menos mal que su tío los volvió a llevar a casa para que la familia les quitara esas ideas de la cabeza… Por cierto, parece ser que ese comportamiento se debía a la mala influencia de los libros de caballería (como le pasó a don Quijote, el personaje de Cervantes).

El polvo de las sandalias de Santa Teresa

Ya de mayor, Teresa de Jesús, con ideas propias sobre cómo vivir su fe y su pasión por Dios, acabó enfrentada a las autoridades locales, que acabaron invitándola a que abandonara la ciudad.

De nuevo la leyenda sitúa en los Cuatro Postes a Santa Teresa, enfadada porque no la dejan expresar su religiosidad como ella quería. Allí se detuvo y, con los ojos mirando hacia Ávila, se quitó las sandalias y las sacudió exclamando que de Ávila no quería ni el polvo. Años después volvería a su ciudad, ya convertida en una gran fundadora de conventos y de toda una orden religiosa.

Fotos de los Cuatro Postes de Ávila

En esta galería de fotos podéis ver algunas de las estampas que podréis disfrutar si visitáis este monumento abulense con tanta Historia… y tantas historias 😉

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Dónde están los Cuatro Postes

Desde Ávila, puedes ir en coche o a pie, sólo tienes que cruzar el puente sobre el río Adaja. Si vas en coche, allí mismo tienes lugar donde aparcar (no hay problema, hay mucha rotación de vehículos, la gente llega, hace fotos de Ávila y se va). En este mapa puedes ubicar el lugar exacto.

Si viajáis a Ávila en familia y venís a los Cuatro Postes, contad estas leyendas a vuestros hijos: harás que este lugar les resulte inolvidable y, de paso, aprenderán un poco de historia.

Categoría: Ávila, Historia

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