El balneario de Panticosa está a 10 kilómetros del pueblo de Panticosa, al que está unido por una carretera que, en invierno, te puede dar alguna sorpresa desagradable, a pesar de que las máquinas quitanieves se mantienen muy activas para que esté siempre practicable. Esa distancia hace que, cuando llega la hora de la cena y después de un día de esquí, no te apetezca meterte en carretera y buscar restaurante en los pueblos de alrededor.

Para  las comidas, el hotel del balneario tiene dos restaurantes. Uno es tipo buffet, y de hecho es el mismo local, en la entreplanta del hotel, en el que se toma el desayuno, también de buffet, todos los días. En la planta baja está La Brasería, un concepto más tipo restaurante a la carta, aunque en los tres días que pasamos en el resort de Panticosa, hace algunos años, mucho antes del coronavirus, nunca lo vimos con mucha gente, más bien todo lo contrario. Junto al hotel existe también un pequeño restaurante italiano, La Fontana del Balneario, parte, igualmente, del complejo (de hecho, comparten personal y ves al mismo camarero en un sitio y en otro).

Así es el buffet del Balneario de Panticosa

A la hora de la cena, probamos uno de los días el buffet en este mismo restaurante. Los precios eran de 9 euros para los niños (menores de 8 años) y de 25 para los adultos (mayores de 8 años). La división entre niños y adultos nos pareció muy exagerada (¿un adulto mayor de 8 años?) y tampoco nos parecía bien que ni siquiera la primera bebida estuviera incluida.

El buffet no estaba mal, pero los platos principales dejaban bastante que desear, en nuestra opinión. Los cambiaban cada noche y, cuando cenamos allí nosotros, había bacalao con verduras (muy reseco y salado), tira de ternera asada (algo correosa) y cabezada de cerdo (llena de ternilla). Sí había ensaladas que no estaban mal, sopa, pasta con varias salsas y, en general, los primeros eran variados y estaban bien cocinados. Como postres, había arroz con leche, natillas, gelatina, tarta, cuajada y fruta.

Estaba todo lleno de niños (un griterío…, lo normal), así es que no es apto para una cena tranquila y mucho menos en plan romántico, pero nosotros estamos acostumbrados y la verdad es que el balance fue positivo, sobre todo porque los camareros y el personal en general fueron muy amables y comprensivos.

Fotos del restaurante buffet en el balneario de Panticosa

El buffet del desayuno es muy variado y generoso: hay fruta, zumos, yogur, quesos, salchichas, bacon, huevos fritos y revueltos, varias clases de pan, tomate triturado, cereales… (en esta galería de fotos podéis haceros una idea):

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Como «peros» —esto es un hotel de 4 estrellas— nosotros pensamos que los zumos no eran de calidad (el de naranja sabía a néctar más que a zumo), que no había yogures sino un bol grande con yogur natural (si lo querías de sabores, nada) y que las mermeladas solo eran de fresa o de melocotón. La propia sala era bastante impersonal, igual podría ser de un hotel zamorano que tinerfeño: todo muy blanco y con madera, pero poco decorado y desde luego sin ambiente pirenaico. Aunque esto, como os comentábamos antes, fue hace algunos años, por lo que puede ser que esto haya cambiado ahora.

Dónde están los restaurantes del balneario de Panticosa

En este mapa os indicamos dónde está el Balneario de Panticosa; si lo ampliáis podréis encontrar la localización de los restaurantes:

En cuanto a La Brasería,  no la probamos, porque los precios eran más altos y porque el hecho de que estuviera casi vacío (sobre todo en comparación con lo grande que es) nos echó un poco para atrás: además, tampoco tenía “ambiente”. Claro, si vas en parejita o quieres tener una sobremesa charlando tranquilamente con tus amigos, quizás es una buena opción.