En un viaje a Pamplona en familia no puede faltar un paseo típico en esta ciudad: el itinerario que siguen los famosos encierros de San Fermín, esos que televisan y de los que todo el mundo habla, durante unos días, dentro y fuera de nuestras fronteras.
Cada año, a partir del 7 de julio y durante una semana, miles de personas acuden a las fiestas que el escritor Hemingway dio a conocer en todo el mundo a través de sus libros. Los toros que ese día serán lidiados, son soltados a primera hora de la mañana en manada, guiados por toros mansos y acompañados de pastores profesionales, por un recorrido urbano preparado, limitado y protegido para que los espectadores puedan disfrutar de un espectáculo en seguridad. Junto a los toros, cientos de mozos corren zafándose de los cuernos y los empujones, jugándose el tipo y exhibiendo valentía. Toda una vivencia para los que corren y para los que observan.
Son exactamente 875 metros (que, por lo emocionante, parecen muchos más) y, al acabar las fiestas, vuelven a convertirse en las calles de siempre del casco histórico pamplonés. Por eso, un paseo-excursión muy divertido es ponerse en el lugar de uno de esos atrevidos corredores y recorrer ese itinerario intentando reconocer cada uno de sus puntos fundamentales, los que ya se han convertido en iconos de la fiesta de San Fermín.
Si venís de fuera de la ciudad (nosotros estábamos alojados en una casa más allá del río), coged el ascensor urbano que une el centro histórico con la zona de Rochapea. Salva un desnivel de unos 50 metros y es una experiencia diferente (y te evita una gran subida); a los niños les encanta. Una vez en esa parte de la ciudad, éste es el recorrido que debe seguir vuestro paseo en familia recordando el encierro de San Fermín:
Corralillos del Gas: aquí duermen los toros destinados a los encierros y a las corridas en los días previos a las fiestas.
Corrales de Santo Domingo: los seis toros que van a participar en el encierro y, por la tarde, en la corrida, duermen aquí la noche de antes. Los traen a eso de las once de la noche, desde los Corralillos del Gas, en silencio y de manera tranquila. A este pequeño recorrido se le llama “el encierrillo”.
Cuesta de Santo Domingo: poco antes de las 8 de la mañana, los corredores se van agrupando delante de los corrales de Santo Domingo, de donde partirá el encierro. Piden ayuda y protección a San Fermín, que los mira desde su hornacina, inserta en el muro de ese mismo punto de la cuesta, cantando varias veces, en castellano y en vasco, “A San Fermín pedimos, por ser nuestro patrón, nos guíe en el encierro, dándonos su bendición. ¡Viva San Fermín!” A las 8 en punto, se lanza un cohete y se abren las puertas del corral; salen los mansos y, entre ellos, también los seis toros bravos.
Plaza del Ayuntamiento: al final de la larga cuesta de Santo Domingo, se llega a la plaza del Ayuntamiento. Allí, ahora, hay una valla decorativa a modo de recuerdo continuo de los encierros y de su paso por este punto.
Mercaderes: el recorrido hace una curva para pasar de la plaza del Ayuntamiento a la calle de Mercaderes. Este es un tramo muy cortito, porque rápidamente giran en ángulo recto hacia la calle Estafeta. Es aquí donde los toros, a menudo, chocan contra el vallado de protección.
Mercaderes: el recorrido hace una curva para pasar de la plaza del Ayuntamiento a la calle de Mercaderes. Este es un tramo muy cortito, porque rápidamente giran en ángulo recto hacia la calle Estafeta. Es aquí donde los toros, a menudo, chocan contra el vallado de protección
Calle Estafeta: aquí los toros –y los corredores– van ya algo cansados y el encierro se hace un poquito más lento. Es una calle llena de bares y locales de pinchos y de tiendas de souvenirs y productos típicos de Pamplona. Durante el encierro, sin embargo, están todas cubiertas por protecciones de madera y la fisonomía de la calle es completamente distinta. Al final de esta calle, el reloj digital de Kukuxumuxu muestra los días, horas, minutos y segundos que faltan hasta las siguientes fiestas de San Fermín.
Plaza de Toros: desde la calle Estafeta, el recorrido gira un poco hacia la izquierda, donde se inicia la cuesta abajo hacia la entrada a la plaza. Es el Paseo de Hemingway, cuya estatua vigila y saluda a todos los que llegan a la ciudad. A la derecha, en la avenida de Roncesvalles, una gran escultura que reproduce un momento del encierro lleno de emoción, con toros y corredores mezclados, nos sorprende por la pasión que transmite.
Iglesia de San Lorenzo: para terminar este homenaje a San Fermín, nada mejor que visitarlo en la iglesia donde tiene su capilla: la de San Lorenzo, junto a los Jardines de la Taconera.
Fotos del recorrido de los Sanfermines con los niños
En esta galería de fotos podéis ver algunas instantáneas de nuestro particular encierro de San Fermín 😉
Los encierros de San Fermín, calle a calle
Este mapa os ayudará a dar ese paseo fundamental en vuestro viaje a Pamplona: el itinerario que siguen los encierros más famosos del mundo…
Vídeo: Recorrido de los Sanfermines un día cualquiera
Cuando no son las fiestas de San Fermín, las calles de Pamplona por las que transcurre el encierro no tienen el mismo aspecto, claro. En este vídeo podéis ver ese recorrido en un día cualquiera:
Es divertido hacer ese trayecto desde los corrales de Santo Domingo hasta la plaza de toros, imaginándonos que estamos entre corredores y toros, pero, a la vez, sin peligro alguno.