Toda sugerencia es poca estos días en que nos vemos todas y todos en casa, celebrando las navidades en familia… sin duda, buscamos más planes caseros y éste es ideal para una de esas típicas sobremesas navideñas.
En nuestras comidas familiares, tan recurrentes en Navidad y en otras celebraciones, los críos acaban cansándose, sobre todo al final, cuando ya no tienen hambre y los mayores empezamos a charlar de nuestras cosas. La sobremesa, que a nosotros los adultos nos encanta, a los niños les aburre y, como siempre, cuando se aburren, molestan y ni están bien ellos ni nos dejan estar bien a nosotros. Es el momento de tirar de imaginación, contar algún chiste, plantearles algún juego de ingenio o… enseñarles cómo se hace cantar una copa 😉
Vídeo: así se hace cantar una copa
En este vídeo os mostramos cómo son nuestros conciertos familiares con copas de cristal 🙂
Cristal, líquido y frotamiento
Lo primero que hace falta, claro, es una copa y, cuanto más fino sea el cristal, mejor. Esto no suele ser un problema en una comida familiar, ahí siempre está lo mejor de cada casa. A continuación, se echa un poco de líquido dentro (agua, por ejemplo o, si queda algo de vino y no se va a consumir, pues también vale el vino). Dependiendo del nivel de líquido, la copa cantará con un tono más agudo o más grave, eso también hay que saberlo.
Para hacer que la copa cante, es preciso sujetarla con delicadeza y sólo por la parte inferior, porque, si la cogemos por la parte de arriba, anularemos la vibración y no habrá canto. Por último, mojamos el dedo índice o el corazón en el líquido y frotamos suavemente el borde, siguiendo su círculo, con velocidad continua y regular. Eso es todo: la copa, al cabo de unos segundos, cantará divinamente.
Fotos: sobremesa haciendo cantar copas
Aquí os dejamos algunas instantáneas de nuestro peculiar «concierto» con las copas:
Los niños, en cuanto nos ven hacerlo, quieren imitarnos, y harán siempre algo mal al principio (la sujetarán fuertemente por la parte de arriba, apretarán mucho al frotar el borde…), lo que da pie a que repitan, a corregirlos, a reír, a contar la primera vez que una copa nos dedicó su melodía… en fin, a recrear una sobremesa adaptada a los más pequeños, con temas realmente importantes para ellos. En nuestra experiencia, además, muy pronto uno o varios adultos se suman al ejercicio y se vuelven locos intentando que sus copas canten. El concierto está asegurado…