Cuando compré mi primera cámara digital, tenía 2 megapíxeles y pensé que así nunca perdería la menor sonrisa de mi hijo (me ahorraba ese dineral que eran los carretes). Enseguida me di cuenta de que la diapositiva tenía una calidad incomparable y que tendría que volver a seguir ese camino de mi padre en gastar y gastar dinero en material gráfico (era fotógrafo profesional hasta que se jubiló).
Por eso, una de mis compras más orgullosas fue una funda plástica hermética para filmar vídeos y hacer fotos “imposibles” (desde pequeño mi padre me había inculcado que el entorno más destructivo para las cámaras de vídeo y de fotos era el agua, el polvillo y la humedad salina del borde del mar). Con una funda hermética podría, por fin, filmar a los críos en una playa, situación inédita.
Grabar en vídeo a los peques en el agua
En este vídeo te desvelamos el secreto de nuestras fotos y vídeos bajo el agua, ¡una maravilla» 😉
Tras muchas vueltas (hay cubiertas profesionales, duras, costosas), me decanté por una cara (para ser una bolsa). Ahora la consigues por 60 euros en internet, pero depende del modelo de la cámara, porque cambia según el tamaño. Había leído maravillas de una de la marca Dicapac, coreana, pero, hasta que no la encontré en una tienda física y la tuve en la mano, no me decidí. Ha pasado tiempo y no me arrepiento.
Funda impermeable para la cámara
Tienes que tener la precaución de llevar la cámara ya “embolsada”, en un ambiente preferiblemente seco, desde casa. Si lo haces ya al borde del mar, con sol, el sudor de las manos se quedará, dejará vapor en el interior y, al contacto con el agua fría, se condensará y empañará la visión, a pesar del saquito de desecante que debes introducir. El desecante se vende: son los saquitos que vienen dentro de muchos embalajes y que puedes reaprovechar.
El cierre hermético se hace por la adherencia de las propias paredes de plástico de la bolsa. Por eso tienes que enrollarla. Dos velcros en diferentes fases del enrollado se encargan de mantener bien apretado el rollo que sella la parte superior de la bolsa. En teoría, se puede sujetar de un asa, que a mí me da poca seguridad (si se arranca, además de que se soltará, se llenará el interior de agua), por lo que la sujeto como una bolsa. También dice el fabricante que, en teoría, soporta 10 metros de profundidad. Yo puedo dar fe de que aguanta sin problemas entre los dos y tres metros que suele tener una piscina.
Fotos y vídeos bajo el agua
Cuando termina el día de grabación, lo mejor es lavar la bolsa hermética con agua dulce (mejor mineral con pocas sales) y dejarla secar a la sombra hasta la próxima. La mía lleva con nosotros varios veranos y sigue en forma. Os dejamos estas fotos para que lo comprobéis 😉
Sólo un último comentario: la bolsa hermética no es una solución para deportes de riesgo, pero sí una barrera de verdad contra arena, polvo y agua. Por supuesto, la primera vez lo probé debajo de un grifo y luego en la bañera, comprobando que no hacía burbujas… y no sólo porque fuera una recomendación del fabricante, sino por pura aprensión.