Ahora que estamos en plena temporada de nieve, desde Planesconhijos.com os animamos a esquiar en familia. No hay nada más divertido que disfrutar de unas vacaciones de esquí con nuestros hijos. Pero ¿qué pasa cuando los niños llevan gafas?, ¿y si hay ventisca? ¿Cuáles son las mejores soluciones?

A nosotros nos gusta mucho esquiar con unos amigos que tienen un hijo de 7 años al que le acaban de poner gafas. Al principio parecía un problema grave para poder divertirse en la nieve, no ya solo por la solución técnica, digamos, sino también por el precio de las diversas soluciones que existen en el mercado.

Lo mejor para la nieve: ¿gafas o lentillas infantiles?

A priori, lo más sencillo parece que los niños esquíen con sus gafas y, como mucho, con una capa de lente solar, como una gafa de sol, puesta por encima. No, no es muy cómodo, especialmente para niños pequeños.  Si le compras unas de sol, es doble gasto (para que compense, hay que asegurarse de que las va a usar no solo en la nieve).

Las gafas de esquí graduadas resultan caras, sobre todo teniendo en cuenta lo que le cambia la graduación a un niño hasta que llega a la adolescencia y luego se hace mayor. Una buena alternativa son las lentillas infantiles, porque las pueden llevar desde los 6 años y no es difícil encontrar precios baratos en lentillas.

Para los casos de ventisca, en algunas tiendas se venden máscaras junior compatibles con gafas graduadas para niños entre 5 y 13 años. Aunque no son demasiado caras, en muchos casos no solucionan el problema: las patillas de las gafas se suelen salir por debajo de la goma, o les hace daño y al final el niño está molesto y se las quita.

Por eso, una de las mejores opciones son las lentillas especiales para niños. Y no solo para usarlas en el esquí, sino también en muchas otras actividades deportivas o extraescolares en las que a los críos les gusta participar.

Cómo son las lentillas para niños

Nos hemos estado documentando para este artículo en diversos foros médicos y de padres y nos ha gustado mucho un artículo de la web de visiondirect.es donde se habla específicamente de este tema y se responden las preguntas que todos los padres nos hacemos en estos casos.

Seguramente no conoces a muchos niños con lentillas, porque su uso parece ligado a la estética y más propio de adultos. Pues no, nada más lejano de la realidad. Los niños pueden llevar lentillas a partir de los 6 años y tienen muchas ventajas sobre las gafas, como decíamos antes no sólo para esquiar o practicar otros deportes, sino porque tienen para ellos muchas ventajas físicas y psicológicas.

Quizás las más indicadas sean las lentillas desechables, porque no tienen mantenimiento y así el niño se las quita y las tira sin más. Como se cambian cada día, el ojo permanece hidratado y no se reseca, con lo que resultan más cómodas. Tampoco da tiempo a que la lentilla pueda acumular suciedad. Y, claro, siempre se pueden alternar con las gafas, para utilizarlas solo cuando se consideren necesarias (y así se ahorra también un poco de dinero).

Ventajas de que los niños usen lentillas

Las lentillas son muy seguras, siempre que el niño sepa usarlas con responsabilidad (de hecho, son un buen instrumento para que los pequeños desarrollen esa capacidad de ser responsables de sus cosas). Deben comprometerse a cuidarlas y seguir las normas de higiene con ellas.

Todos sabemos que los niños y niñas con gafas suelen ser centro de bromas (cuatro ojos, rompetechos…) y a veces sufren problemas de autoestima. Las lentillas los ayudan a socializar mejor con sus compañeros y les hace la vida más fácil.

Para los niños y niñas deportistas son la solución idónea (en muchos deportes, además, no se les permite llevar gafas y eso los deja en inferioridad de condiciones a la hora de competir, por ejemplo). Las lentillas les permiten tener libertad de movimientos y aumenta su campo de visión lateral o periférica.

Las hay con filtro ultravioleta y, combinadas con unas buenas gafas de sol, son la mejor protección para la vista del niño en la nieve (bueno, y en verano, claro). Incluso pueden mejorar el tratamiento de algunos problemas de visión como el ojo vago.

Como veis, las lentillas cuentan con muchos puntos a favor. Eso sí, como cada caso es diferente, siempre debéis consultar a un oftalmólogo y explicarle las circunstancias precisas de vuestro hijo y del deporte que quiera practicar. Tened en cuenta eso, pero no dejéis de aprovechar la belleza y la diversión que conlleva el deporte del esquí solo porque vuestro hijo sea miope o hipermétrope, tenga astigmatismo o sufra cualquier otro problema de visión.