Implicar a los peques en las tareas del hogar siempre es positivo para todos: ellos asumen ciertas responsabilidades domésticas, fuera de sus obligaciones escolares (ojo, que tenemos que procurar que esas responsabilidades sean siempre acordes a su edad) y se sienten importantes porque ayudan a la familia en las tareas para que todo funcione… ¡el plan es redondo!

Sin embargo, en nuestro día a día «normal» a veces es difícil dedicar tiempo a enseñar a los peques a preparar la comida, a reparar un roto en un pantalón, o a explicarles a qué nos dedicamos los papás… pero en otoño e invierno, o en días de lluvia, en general, pasamos más tiempo en casa… ¿qué tal si aprovechamos para hacer esas «cosas que no se hacen solas»? 😉

Las cosas de casa no se hacen solas…

Los que ahora tenemos edad de ser padres o madres somos herederos de una generación, la de nuestros padres, en la que la mayoría de los varones trabajaban fuera de casa y la mayoría de las madres se dedicaban a «sus labores», que no eran sino las necesidades domésticas de toda la familia.

En el mundo actual, ambos progenitores trabajan fuera de casa, por lo general, y aunque contemos con ayuda «externa» para realizar las tareas de casa, hay ciertas actividades que no podemos o no queremos «externalizar», pero que «no se hacen solas»: hay que limpiar, lavar la ropa, cocinar, hacer la compra, hacer la cama, fregar los platos, barrer, ordenar los armarios… 😉

Tareas rutinarias y tareas extraordinarias

Igual que hacemos menú para llevar una dieta equilibrada en casa, hacer un semanario de tareas de casa para completar las rutinas diarias resulta muy adecuado para mentener el orden (como organizamos, en circunstancias normales, las actividades extraescolares, las visitas al parque o el tiempo de juego con la videoconsola).

Aquí os pronemos una lista de tareas sencillas en los que podemos implicar a los peques de la casa; dependiendo de la edad del niño o niña, habrá que supervisar, o no, ciertas tareas:

• Poner la mesa
• Quitar la mesa
• Hacer la cama
• Poner la lavadora (con supervisión)
• Poner el lavavajillas (con supervisión)
• Doblar y guardar la ropa
• Quitar el polvo de superficioes accesibles
• Regar las plantas
• Barrer
• Fregar los platos (con supervisión)
• Servir bebidas frías
• Preparar la mise en place para hacer la comida o la cena
• Ordenar libros, juguetes o material escolar
• Cocinar algo sencillo (con supervisión, dependiendo de la edad)

En todas estas actividades es importante enseñar, ayudar y corregir a los peques para evitar incidentes, pero hay que dejar, también, que experimenten sus propias formas de hacer las cosas y no «rehacerlas» después, para que no se sientan frustrados: que doblen sus camisetas a su manera, que guarden sus calcetines favoritos en un cajón diferente o que coloquen los muñecos sobre la cama con una distribución particular, diferente a la nuestra, para que puedan expresar su creatividad, también, en todas estas tareas cotidianas.