Durante el confinamiento de la primavera de 2020, con bares y restaurantes cerrados por la crisis del coronavirus, muchas familias convertimos la hora de aperitivo con la familia y amigos en un encuentro virtual, en el que «tirábamos» de latas y snacks para que, realmente, fuera un aperitivo, aunque lo hiciéramos en la concina de casa 🙂
Para completar o acompañar ese aperitivo os dimos la receta de unos snacks caseros ricos y saludables: galletitas saladas :-p Hoy retomtamos este post para «extender» esta costumbre del snack casero y saludable para cualquier época del año 😉
Galletas saladas caseras
Para preparar estas galletas necesitarás:
- 1 vaso de agua
- 1 vaso de aceite de oliva
- Levadura (1 sobre)
- Harina
- Sal
- Un poquito de zumo de limón o naranja
- Cañamones, sésamo, pipas o cacahuetes
Vamos a hacer la receta midiendo los ingredientes con un vaso, de forma que, si usas un vaso grande, saldrá mayor cantidad de galletitas; si usas una taza de café, saldrá menor cantidad 🙂
Para empezar a hacer la masa, calienta el agua; cuando esté caliente, viértela en un bol grande y añade la levadura y el aceite de oliva. Cuando hayas mezclado un poco estos tres ingredientes, añade una pizca de sal y comienza a añadir harina poco a poco, mezclando con un tenedor o una varilla hasta que la masa deje de pegarse.
Una vez puedas sacar la masa del bol porque ha dejado de ser pegajosa, ponla sob re una superficie y amásala bien durante un buen rato, o divide la masa para que sean los peques los que trabajen cada porción 😉 Si ves que vuelve a pegarse, añade un poquito más de harina; si ves que se queda demasiado seca, añade una pizca de agua templada.
Cuando la masa esté en su punto, añade un buen puñado de cañamones o sésamo. En lugar de estas semillas, puedes añadir otras semillas o frutos secos tostados o fritos: pipas de girasol peladas o cacahuetes, en trocitos pequeños (picados, no molidos).
Cuando las semillas o los frutos secos estén bien mezclados con la masa, déjala reposar unos 20 minutos o media hora.
Después del reposo, toca dar forma a las galletitas. Ve cogiendo bolitas pequeñas y aplasta la masa hasta que quede casi transparente sin llegar a romperse. Éste es un trabajo muy laborioso porque hay que ir estirando las galletitas una a una, y disponiéndolas en la bandeja del horno (o sobre papel de horno, si lo prefieres), así es que ármate de paciencia y deja que los peques se entretengan el tiempo que necesiten en cada pieza o «diseñen» cada galletita con diferentes formas; si quedan irregulares no pasa nada porque, igualmente, estarán ricas 🙂
Una vez estén dispuestas todas las piezas sobre la bandeja del horno, «pinta» las galletitas con un poco de zumo de limón o de naranja y espolvorea una pizquita de sal sobre cada una de ellas. Después, pínchalas con un tenedor (esto es opcional) y… ¡al horno!
Si en la mezcla de ingredientes te sale mucha masa, puedes hacer dos tandas de snacks: una de galletitas y una de palitos salados, que puedes hornear tal cual, o decorar con aceitunas, trocitos de anchoas o queso, y que te vendrán fenomenal para acompañar el humus, el guacamole o para empujar los mejillones 😉
FATIMA comentó:
Hola,
me podrías dar la cantidad de harina y la temperatura y el tiempo de horneado?
muchas gracias por haber compartido la receta