
Casi todas las que hoy somos madres y padres hemos patinado cuando éramos pequeñas, con aquellos patines de ruedas metálicas con correas de cuero y con bases crecederas que se podían alargar moviendo un tornillo cuando los pies te crecían.
Hoy en día, los patines que están de moda son patines en línea, integrados en la bota y se acompañan de protecciones para la cabeza, los codos, las muñecas y las rodillas. A pesar de los cambios, mantener el equilibrio sigue siendo la clave y, si lo sabías hacer de pequeño, lo reaprendes rápidamente de mayor.

Por eso, cuando los Reyes Magos le trajeron a mi hijo de 11 años unos patines, no me lo pensé dos veces: me compré un par para mí y me propuse patinar con él. Eso sí, para no arriesgar demasiado y para ahorrar tiempo y caídas innecesarias, buscamos en Internet un curso de patinaje para padres e hijos.
La primera sorpresa que me llevé cuando busqué un curso para aprender a patinar fue que hay una oferta enorme que había en Madrid de clases de patinaje (para patinar en grupo, para aprender en familia, para subir de nivel si ya sabes…), con horarios muy diversos y en muchos lugares diferentes, así que realmente se puede encontrar el curso que más te convenga al precio más asequible.

En nuestro caso, elegimos un curso intensivo de iniciación al patinaje que se daba dos domingos consecutivos con tres horas por día y un precio total de 35 euros por persona (hace ya un tiempo, mucho antes del coronavirus).
Hicimos nuestro curso de patinaje con la escuela Sobre8ruedas.com, porque organiza clases en nuestra ciudad, Madrid, en espacios que nos vienen bien desde casa (el parque del Retiro, en Madrid Río, en el Parque Juan Carlos I…). Compartimos el curso con otros adultos sin niños y la verdad es que todo fue muy bien.
Aprender a patinar: técnicas esenciales

En un principio, aprendimos a caernos sin hacernos daño, a levantarnos sin ayuda, a mantener el equilibrio estando quietos y a avanzar con control repartiendo el peso según convenga. Hay ciertos ejercicios con los que te enseñan a girar y, lo más importante, a frenar. Cada nueva técnica se practica muchas veces, combinándola en ocasiones con juegos. Lo mejor es que no te sientes torpe, porque el que más y el que menos se cae, pierde el equililbrio y… todo el grupo se ríe y lo pasa bien compartiendo ese tiempo sobre los patines.
Aunque puede dar la impresión de que un niño aprenderá antes que un adulto y que por eso el padre se quedará atrás respecto a su hijo, nuestra experiencia demuestra que no existe tal diferencia: se puede aprender muy bien en paralelo y con otros adultos y niños alrededor.

A la hora de aprender a patinar, es importante ponerse siempre las protecciones y llevar casco, por mucho que nos parezca que nos va a estropear el peinado y que queda más estiloso un gorrito de lana o la melena al viento. Hay que ser responsable y dar ejemplo a los niños.
Fotos: curso para aprender a patinar en familia
En esta galería de fotos compartimos algunas imágenes de nuestro curso para aprender a patinar en familia. Permitido reirse… 😀
Vídeo: así es un curso de patinaje de nivel básico
No lo hemos grabado nosotros ni es de la escuela en la que aprendimos, pero en este vídeo puedes ver lo fácil que es empezar a patinar. ¡Ánimo!
Desde aquí os animamos a que patinéis; patinar es un ejercicio sano y muy divertido y hacerlo con vuestros hijos le dará un interés extra. Se hacen muchos amigos (el componente social es cada vez más importante, hay gente que se apunta a cursos de patinaje como forma de conocer gente) y, cuando vuelves a casa, te sientes optimista y encantado de haber patinado con tu hijo, como dos colegas sobre ocho ruedas 😉