Cantabria tiene muuuucho que ver en una escapada familiar: impresionantes paisajes, «caprichosas» construcciones, cuevas rupestres y dulcísimos museos. El museo del que os hablamos hoy, sin embargo, no es dulce ni amable aunque, por su significado, creemos que es interesante si visitas Cantabria con niños.
Vaya por delante que no somos unos padres morbosos y que tenemos mucho cuidado con las cosas que ven los chicos por la tele, el grado de agresividad que tienen sus videojuegos e incluso la violencia que pueden percibir en los deportes, en el colegio o en cualquier otro momento de la vida diaria…
Entonces, ¿llevarlos a un museo de la tortura no es un poco ir contra todo eso? Pues… según se mire. Si te quedas con la parte descriptiva de cada tipo de tortura, es un horror, provoca pesadillas, sí. Sin embargo, tiene una dimensión histórica muy importante y conocer la historia es el mejor camino para no repetirla; con eso nos quedamos y por eso entramos con ellos en este pequeño museo situado en una de las calles principales de Santillana del Mar (ya cerca de la Colegiata) y que atrae a los turistas con una armadura situada en la puerta con la que todo el mundo –entre o no entre en el museo– se hace fotos.
Durante nuestra visita (que no fue planeada, nos encontramos con este museo cuando paseábamos por Santillana del Mar) nos sorprendió ver muchas familias con niños (algunos más pequeños que los nuestros) y también mucha gente joven haciéndose fotos con los instrumentos expuestos en el exterior.
Este museo de la tortura está alojado en una casona típica de esta zona (de nombre “El Solar”), con un pequeño jardín en el que ya se exhiben algunas de esas terribles maquinarias: una guillotina, un toro de fuego, un pico de empalamiento… Nadie se puede llamar a engaño, porque ya en la taquilla, antes de pagar, te encuentras un esqueleto (con el que, de nuevo, todos los que llegan se hacen la correspondiente foto o el selfie con el móvil). Una vez en el interior, se suben unas escaleras y se accede a una planta dedicada íntegramente a la historia de la tortura.
Cada pieza de este museo está explicada con un pequeño cartel que resumen cómo se usaba, a qué tipo de delitos era aplicado ese castigo y en qué época y lugar se utilizaba. Sí que es terrible comprobar que, en algunos casos, ese cartel aclara que la técnica de tortura en cuestión se sigue utilizando en la actualidad. Ahí sí que los chavales se quedan sorprendidos y preguntan… y hay que responder.
En el folleto que te entregan previamente te aclaran que se trata de instrumentos europeos de tortura y pena capital, pero está claro que algunos de ellos se han exportado con bastante éxito fuera del Viejo Continente. En total, el Museo de la Tortura de Santillana del Mar reúne más de 70 instrumentos de tortura, humillación pública y pena capital desde la Edad Media hasta la época industrial. Hay cinturones de castidad, utensilios de verdugo, un garrote vil, látigos, máscaras infamantes… y no seguimos, porque casi es peor leer los nombres que ver los instrumentos in situ.
Horarios y precios del Museo de la Tortura de Santillana
- De lunes a viernes, de 10:00 a 20:30 h.
- Fines de semana, de 10:00 a 21:00 h.
- El precio de las entradas es de 4 euros para los adultos y 2,80 para los niños de 10 a 16 años, grupos (a partir de 15 personas) y mayores de 65 años.
Fotos del Museo de la Tortura de Santillana del Mar
Os dejamos algunas imágenes de nuestro recorrido por este peculiar museo sobre una de las facetas más truculentas de nuestra Historia:
Dónde está el Museo de la Tortura – Inquisición de Santillana
Este museo no tienen página web, pero, si necesitáis más información o queréis poneros en contacto con ellos, podéis llamar al 942 840 273. Están en la , de Santillana del Mar, como os indicamos en este mapa:
Laura comentó:
Escribi hace unas semanas dando mi opinión sobre que creo que no es para niños pequeños y mi sorpresa es que ha desaparecido. Se borran? o solo los que no interesa que la gente lea?
Isabel Gª Casado comentó:
Hola: no, claro que no se borran, salvo que cometamos un error. De hecho, recuerdo haber leído tu comentario, en el que decías que lo veías más apropiado para adolescentes, pero no para niños pequeños… Voy a revisar la papelera, por si en efecto lo hemos borrado inadvertidamente. Nos encanta que comentéis y respetamos todas las opiniones, que enriquecen lo que escribimos.
José Manuel comentó:
Ciertamente, me ha sorprendido este museo en Santillana del Mar, pero no termino de ver la relación de esta preciosa villa con la inquisición. Tampoco es cierto lo que allí se cuenta sobre la inquisición. Las últimas investigaciones basadas en los archivos de Salamanca, donde se guardan las actas de, prácticamente, todos los procesos de la inquisición demuestran que ni hubo tantas torturas como se cuenta ni tantas muertes como nos quieren hacer creer. Al parecer fue mucho más sanguinaria la inquisición de otros países europeos, protestantes, en donde sí que se torturaba sin piedad y, lo que era más grave, sin garantía alguna en los procesos. El protestantismo nos colgó a España ese San Benito, nunca mejor dicho.
Ah, la guillotina fue el instrumento por excelencia de la ilustrada revolución francesa, que parece que nunca rompió un plato
Isabel Gª Casado comentó:
Muy interesante todo lo que dices. Gracias por tu aportación.
Nuria comentó:
Estoy de acuerdo en que es positivo conocer los errores cometidos a lo largo de la historia para no repetirlos. Yo visité ese museo hace algún tiempo y tengo el recuerdo de querer que la visita se acabara cuanto antes, con el estomago revuelto y una seria de imagenes desagradables que no podía eliminar de mi mente. En definitiva, ni vuelvo, ni lo recomiendo.
Isabel Gª Casado comentó:
Respetamos tu opinión, gracias por tu comentario.
carmen calvo comentó:
Interesante museo. Sus objetos de tortura muy mirados por los artistas, reflexionando sobre ellos.