Cuando visitas por primera vez Pamplona, te viene a la mente la duda de dónde estará la iglesia de San Fermín, porque, siendo quien es este santo, seguro que tiene una iglesia dedicada a su nombre y su memoria… ¿o no? Pues eso mismo pensamos nosotros cuando recorrimos parte de Navarra con los peques y visitamos Pamplona.

Pues no, en Pamplona no existe una iglesia de San Fermín, aunque el santo está —y muy presente— en la historia y el día a día de la capital de Navarra. ¿Cómo? Pues como centro de una capilla que lleva su nombre, la Capilla de San Fermín, y que se halla en la Iglesia de San Lorenzo, un edificio del siglo XVIII, de estilo neoclásico, algo anodino, pero en el que tienen lugar todas las ceremonias religiosas y los ritos dedicados al santo durante la celebración de sus fiestas mayores.

Cada 6 de julio, unas horas después de que el chupinazo marque el inicio oficial de las fiestas (antes y después del coronavirus), la corporación municipal vestida con traje de gala, viene a esta capilla y se saca en procesión la talla de San Fermín, de madera policromada y de plata. Aparte de en las fiestas, esta capilla es protagonista en el día de muchos pamploneses que, por ejemplo, reservan con años de antelación una fecha para casarse delante del santo.

En este lugar hubo, en la Edad Media, un templo probablemente románico, que formaba parte del sistema defensivo de Pamplona (con las murallas). De él sólo se conserva una torre y se sabe que tuvo que ser construido porque los habitantes del burgo francés tenían la iglesia de San Cernín y allí no dejaban pasar a nadie que no fuera franco. Fue remplazada por la actual, en la que debéis fijaros en los juegos geométricos y ornamentales que protagoniza el ladrillo visto, mezclándose con cerámica de color con el escudo de la ciudad.

Pero, como seguro que imagináis, lo más valioso de la iglesia de San Lorenzo es la capilla de San Fermín, también neoclásica (la verás según entras, a la derecha). El relicario de San Fermín es una talla de madera de colores y con revestimiento parcial de plata que data del siglo XV. Tiene la cara risueña y algo oscura, lo que le ha valido el sobrenombre cariñoso de “el morenico”. Actualmente es copatrono de Navarra junto a San Franciso Javier.

¿Quién fue San Fermín?

La historia de San Fermín se remonta al siglo III y está muy relacionada con el mediodía francés y la ciudad de Toulouse. Fermín vivía en Pamplona, hijo de una familia rica, ya que su padre era senador y su madre procedía de una buena familia. El matrimonio escuchó las enseñanzas primero de Honesto (el predicador que llegó a Pamplona desde la ciudad francesa de Carcassonne para evangelizar esta zona, y luego de Cernín, obispo de Toulouse. Finalmente fue éste último quien los bautizó, a ellos y a su hijo, en el pocico que está en frente de la actual iglesia de San Cernín. Fermín marchó a evangelizar partes del sur de Francia y acabó siendo nombrado obispo de Amiens. Allí fue apresado por los paganos y, tras negarse a abjurar, fue decapitado. Un resto de su cabeza se conserva aún y ésa es la reliquia que se guarda en la imagen-relicario de la capilla de San Fermín en la Iglesia de San Lorenzo.

Fotos de la Iglesia de San Lorenzo y la capilla de San Fermín

En la siguiente galería de imágenes os dejamos algunas fotos de nuestra visita a la capilla de San Fermín de Pamplona, en la Iglesia de San Lorenzo:

Dónde está la capilla de San Fermín

Ya sabéis, si queréis venerar a San Fermín, su capilla se encuentra en la Iglesia de San Lorenzo. En este mapa la podéis localizar sin ningún problema.

Como habéis podido leer unos párrafos más arriba, la imagen de San Fermín no es una simple talla sino un protector y contenedor del único que resta de este santo, cuyas fiestas —¿quién no lo sabe?— se celebran el 7 de julio con grandes espectáculos taurinos populares: los encierros de San Fermín.