Nuestro plan de hoy no es «puramente» un plan, pero puede ayudarnos a organizar nuestros planes con los niños. Hoy os contamos cómo preservar esos momentos inolvidables en nuestros viajes o reuniones familiares en vídeo con una cámara de vídeo en miniatura.

No somos de los que nos gusta martirizar a las visitas enseñando las gracias de los niños, ni las fotos y los vídeos de las vacaciones. Pero sí, nos encanta filmar y hacerles fotos a los niños. Sobre todo a ellos, en el entorno, todo aquello que les sirva de recuerdo en un futuro de las cosas que han hecho en su vida.

Los únicos que «se tragan» sesiones audiovisuales ahora (no en el futuro, que serán para reírnos, asombrarnos o asustarnos de cómo hemos cambiado), son los abuelos, naturalmente. Y al ver lo que han envejecido los vídeos antiguos, me inclino a hacer los que hago ahora lo mejor que sé, con cuidado y con material de calidad. Vamos, que cuando los hijos se vean en el futuro les parezca más el No-do que rodados de cualquier manera con una “cámara oculta”.

A continuación os vamos a contar nuestra experiencia para instalar la mini cámara en el casco de esquí para poder grabar los planes en la nieve y en primera persona, pero la GoPro, con los complementos adecuados (una funda para protegerla del agua, por ejemplo), puede acompañarnos en cualquier plan familiar, ya que es pequeña y manejable.

Cómo grabar a los niños en la nieve

Como sabéis uno de nuestros clásicos es ir a la nieve con los niños. Y a la hora de grabar un vídeo en la nieve solo puedo decir una cosa: qué buenas son las cámaras modernas…

Antes llegabas a casa con todas las diapositivas oscuras: la nieve brillante engañaba al fotómetro y no reconocían más que siluetas. Ahora la cámara que no se da cuenta de que está en la nieve y que tiene que corregir la exposición para que se vean a las personas, te permiten seleccionar un programa automático para nieve que lo hace y punto. Y digo cámara pensando de fotos y de vídeo, al menos las no-profesionales puras.

Primer consejo para grabar a los peques en la nieve: salvo que seas muy buen esquiador, cuidado con lo que llevas encima. He decidido no llevar equipo de foto y vídeo colgado a la espalda en la mochila. Necesitas un teleobjetivo largo, pesado, que en caso de caída… se me ponen los pelos de punta pensar que te pueda quebrar la espalda.

Así es que un día pensé que una cámara de vídeo que cupiera en el bolsillo del anorak podía ser la solución. No serían grandes fotos como con la reflex, pero si había alguna oportunidad que inmortalizar, no la iba a perder. Además, la cámara de vídeo en el bolsillo no molesta, cae a la altura de la cadera y te permite doblarte y hacer todo tipo de flexiones y movimientos sin estorbar. Sin estorbar… salvo que te caigas. Entonces compruebas lo que tenías que saber con tantos años (¡qué le quieres enseñar a tus hijos, imprudente!), que en una caída nada se queda en su sitio. A ver si no, por qué te entra nieve por todos sitios con lo tapado que vas…

Cuando al día siguiente de la caída compruebas que te duelen las costillas si toses y te ríes y miras tu costado… te das cuenta de que esto del bolsillo, tampoco es una buena idea. Si llevas un objeto de metal de casi un kilo encima… mejor que no te caigas encima de él. Se puede romper. Y te puede romper.

Cámara ideal para grabar nuestros planes con niños

Hace unos años los Reyes Magos tuvieron una de esas ideas que tan bien se les dan. Una cámara pequeñita, que parece de juguete, envuelta en una carcasa de plástico rígido que la hace impermeable y resistente (con moderación, se entiende) a los golpes. Como es estanca nos ha permitido filmar sin demasiada preocupación en la playa, un lugar que, sin saber cómo, consigue destrozar los objetivos, los anillos de enfoque, las cortinillas interiores… y que nos ha arruinado alguna cámara con ese finísimo polvillo que es cuarzo, verdadera piedra esmeril, y que arruina la maquinaria de precisión.

Cuando hicimos el primer intento con esta cámara pequeñita en la nieve… vimos que… ¡funcionaba a la perfección! Lo mejor es que no había que preocuparse casi por ella. Mediante unos anclajes de la cámara que se pueden pegar al casco (son autoadhesivas, luego cuesta quitarlas), se queda bien sujeta y solo hace falta apuntar con un poco de gracia para tener bonitos planos (porque el objetivo casi abarca 180 grados).

Apuntar, y que nuestro niño cuando esquíe mire un poco más adelante de las espátulas (qué curioso, ver en dónde se fija). Incluso si improvisa todo el rato y no mira lejos, siempre puedes tenerlo en cuenta y regular la cámara enfocando un poco más arriba y ¡ya lo tienes, todos los hermanos filmados por un testigo de sus diabluras en los esquíes! Por suerte para ellos, como en las carreras de Fórmula Uno, parece que van más despacio de lo que se va en realidad y los padres no nos llevamos las manos a la cabeza cuando vemos sus todavía incipientes saltitos sobre los montículos luego en la pantalla.

Cómo son las grabaciones con una GoPro

Lo mejor es que prácticamente hace magia, lo graba todo, brillante, bonito y a foco, a condición de que haya buena luz. Y la tenemos casi siempre, porque esquiar con niebla no nos gusta nada… A los padres sólo nos queda preocuparnos de conectar la cámara cuando comienzan a bajar y apagarla al llegar abajo, para que dure la batería y la tarjeta de memoria en la que graba. Ha recibido algún porrazo, sin consecuencias para el portador ni para la cámara, simplemente volver a apuntar a donde era debido, y listo.

A la duración de cada carga de la batería no parece que le afecte mucho el frío, debe de ser por lo envuelta que se encuentra, pero por supuesto que no dura una jornada. La memoria tampoco, además conviene que sea de calidad, capaz de grabar a tasas muy rápidas, porque la cámara tiene una definición muy alta. En las instrucciones dicen que necesita una SD de tipo x6 ó x10, que son las más rápidas que creo que existen.

Fotos: la fijación de una cámara GoPro a un casco

En esta galería de fotos podéis ver cómo acoplar la cámara al casco del peque para grabar sus correrías 😉

Nuestros planes con la GoPro

En esta otra galería de te enseñamos las fotos que hacemos con la GoPro: un paseo por Segovia, un paseo en lancha motora, una visita al Parque de Atracciones,  un día en Aquopolis o una jornada en la playa de La Caleta de Cádiz.

Lo bueno son los resultados y que está lleno de accesorios con los que no te separarás de la cámara (sí, también tenemos una toma en plano subjetivo de una caída con la bicicleta porque hay anclajes para los manillares). Ojo, que como todos los vídeos de alta definición, editarlo requiere ordenador potente, programas adecuados y tiempo. Lo malo… lo que debieron de gastarse los pobres Reyes Magos, por lo que hemos visto en las tiendas. No es precio de juguete, aunque con lo bien que “da” y lo fácil que es conseguir resultados, bien merece la pena.