Muy cerca de Nápoles existía una villa que fue sepultada en la erupción del Vesubio en el año 79 d.C. Se la conoce como la Villa de los Papiros desde 1754, cuando se encontraron sus restos y, en lo que fue su biblioteca, cientos de papiros carbonizados. Un padre escolapio, Antonio Piaggio, inventó una máquina capaz de desenrollar los papiros, cortarlos y restaurarlos de forma que pudieron rescatarse una gran parte de los textos contenidos en ellos, lo que produjo una gran actividad editora a finales del siglo XVIII cuyo objetivo fue recuperar todas aquellas obras de la cultura grecolatina. No me digáis que no es una historia fascinante…
La Casa del Lector, dentro de las instalaciones del antiguo Matadero de Madrid, tiene abierta al público una estupenda y didáctica exposición sobre la Villa de los Papiros, llena de elementos interactivos, paneles muy bien explicados (textos cortos y directos), simulaciones de habitaciones… Los niños aprenden muchas cosas interesantes: qué es el papiro, qué es un códice, cómo se escribía en las tablillas de cera, cómo era la escuela en tiempos de los romanos…
Todo comienza con un corto que reproduce la situación y forma de la villa, junto al mar. Se aprecian así la construcción de este tipo de casas romanas, que además podemos “atravesar” recorriendo algunas de las estancias que se reproducen virtualmente. También visitamos su patio-jardín, rodeado de columnas (un poco al estilo de un claustro), con una gran piscina central. Ese jardín era, en la época de los griegos, el lugar donde los niños aprendían a buscar la felicidad cotidiana y, en esta villa romana, se imitaba ese prototipo griego.
Llegamos a la biblioteca, llena de rollos de papiro colocados en muebles con pequeñas etiquetas colgantes que permitían identificarlos. Se explica qué es el papiro, de dónde se obtiene y cómo se transforma para que sirva como material de escritura. Otro corto nos enseña aquí los modos de lectura de estos rollos y de cómo esa lectura podía ser individual o colectiva (muchos grandes señores tenían un criado que hacía de lector para toda la familia), a la vez que se muestra en pequeñas vitrinas una serie de moldes de cómo quedaron los papiros quemados tras la erupción del Vesubio. Resultan especialmente ilustrativas las pinturas al fresco (aquí reproducidas en imágenes impresas) con personajes masculinos y femeninos, adultos y niños, que leen y escriben.
De ahí pasamos a la escritura pública: los edictos que se grababan en puertas y columnas, los documentos oficiales y… ¡los primeros graffiti escritos en paredes!
La máquina reparadora de papiros
Damos un salto en el tiempo y aparecemos en el siglo XVIII, con la villa ya descubierta y, con ella, su tesoro bibliográfico: papiros que recogen textos quemados casi totalmente, pero con algunos fragmentos aún salvables. Y, allí mismo, la máquina inventada por Antonio Piaggio para desenrollar y recuperar ese tesoro de obras grecolatinas. El propio rey Carlos III –cuentan– pasaba horas observando esa asombrosa máquina trabajar, y nosotros podemos imitarle gracias al vídeo en el que vemos cómo es ese proceso salvador de papiros casi en cenizas.
Para terminar, la imagen de Terencio Neo y su mujer, con un rollo de papiro y unas tablillas enceradas, nos despiden.
Fotos: La Villa de los Papiros, con los niños
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Horarios de la exposición La Villa de los Papiros
- Casa del Lector: se encuentra en las instalaciones del Matadero, en el Paseo de la Chopera 10)
- De martes a viernes: de 17 a 21:00h
- Sábados: de 11 a 15:00h y de 16 a 21:00h
- Domingos y festivos: de 11 a 15:00h
- Lunes: cerrado
- Entrada libre