Entre las múltiples opciones que tenemos para disfrutar de las vacaciones de Semana Santa con nuestros niños, esta que os proponemos hoy aúna dos valores que nosotros, como padres, intentamos inculcar a nuestros hijos: el aprecio por diferentes culturas y la solidaridad. Si, como padres, también queréis formar a vuestros peques en estos valores, os proponemos realizar un viaje solidario como el que acabamos de hacer por segunda vez: el Desierto de los Niños.

El Desierto de los Niños es un viaje solidario por Marruecos dirigido a familias con niños y organizado, en Semana Santa, por un apasionado del todo terreno, Nacho Salvador, y por la Asociación Desierto de los Niños, que lleva a cabo numerosas acciones para mejorar la vida de los más pequeños en este país que tenemos tan cerca. Nosotros los acompañamos en 2015 y hemos vuelto en la Semana Santa de 2023, y os aseguramos que es mucho más que un viaje: es una experiencia fantástica para adultos y niños. Si es cierto que todos los viajes te cambian, este te cambia mucho más.

Como decíamos, el viaje se organiza todos los años aprovechando las vacaciones de Semana Santa, dura una semana y se va en todo terreno. Más abajo os contamos nuestra experiencia y os damos toda la información práctica (precios, itinerario, etc). Mirad el vídeo, porque transmite en sus imágenes toda la emoción del viaje.

Desierto de los Niños 2023

En 2023, el Desierto de los Niños ha cumplido su 17ª edición, recorriendo Marruecos de norte a sur para llegar a la pequeña población de Fezzou, muy cerca del Sáhara y de la frontera con Argelia.  En esta ocasión, entre el 31 de marzo y el 8 de abril, coincidiendo con nuestra Semana Santa. Como cada año, el viaje está basado en sus tres pilares fundamentales: conocer el país, la cultura y su gente, diversión y solidaridad. Eso es, ni más ni menos, el Desierto de los Niños. Conocemos a muchas familias que lo han hecho y todas volverían de nuevo.

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En este viaje hemos recorrido la ruta de los oasis, en un homenaje a estos ancestrales puntos de vida en medio del desierto, que han sido durante generaciones punto de parada obligatoria para las caravanas. Y nosotros, aunque sea con nuestros vehículos y no con dromedarios, no dejamos de ser una caravana.

Un viaje para familias con niños

La idea del viaje es que las familias puedan participar, conduciendo sus vehículos todo terreno y llevando consigo a sus hijos. En las dos ocasiones en que hemos ido, en casi todos los coches que formaban la caravana solidaria del Desierto de los Niños había muchos críos –y también varios adolescentes–, el más pequeño de 3 años.

El personal de la organización se ocupa de que todo vaya, nunca mejor dicho, sobre ruedas. Un par de semanas antes de la partida, se convoca una reunión para explicar detalles, aclarar dudas y despejar todos esos miedos que nos surgen a los padres ante un viaje de estas características: sobre la solución a posibles problemas de salud, sobre la seguridad en determinadas zonas y sobre otras cosas más del día a día, como la comida, la ropa o los documentos que hay que llevar.

Todo te lo aclaran y, como llevan tantos años viajando hasta allí, las experiencias que te cuentan los demás viajeros (muchos de ellos repiten) son tan estupendas que se te quita cualquier miedo o prevención con la que hayas llegado a la reunión. En la organización hay médicos y enfermera, por si sus servicios fueran necesarios (durante nuestro viaje trabajaron muy poco…).

La verdad es que está todo tan bien organizado, pensando en cada detalle y puliendo año a año las cosas mejorables, que sale todo estupendamente. Claro que surgen cosillas (se te pincha una rueda, alguien se tuerce un tobillo, alguien bebe agua donde no debe y le produce una diarrea), como en todos los viajes (si no, ¿para qué viajar?), pero la organización cuenta con todos los resortes para ayudarte y solucionar cada incidencia.

Así es el viaje del Desierto de los Niños

Hay que ir en todo terreno (propio o alquilado) y se hacen kilómetros (más de 3.000 en la edición de 2015; unos 2.500 en la de 2023), pero en varias etapas y pernoctando en hoteles maravillosos, donde los niños son felices y cuentan con monitores que les organizan actividades (así que los padres también podemos disfrutar de nuestro relax).

El itinerario varía un poco cada año, se para en distintos sitios, pero siempre se acaba en la zona de dunas del Sahara y en una de las zonas más pobres de Marruecos, donde la Asociación Desierto de los Niños tiene su principal centro de acción: han construido una escuela, una guardería, pagan los sueldos de los maestros, apoyan a un centro de niños discapacitados…

Más fotos del Desierto de los Niños

Para los peques, pero también para los mayores, este viaje solidario es una auténtica aventura que, sin duda, recordarán toda la vida. Os dejamos algunas fotos de nuestra primera experiencia en 2016:

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Con la caravana de todo terrenos viaja también un gran camión lleno de material escolar y de juguetes (este año les llevaron también un columpio para el patio de la escuela, que lleva el nombre de Escuela Hyundai-Federico Granda) y una furgoneta de Alain Afflelou con ópticos que gradúan a la gente –adultos y niños– y les regalan gafas, tanto graduadas como de sol, para que protejan sus ojos y no acaben ciegos. O para que puedan ver bien y recobrar sus vidas en la comunidad donde viven.

La Fundación RACE les ha llevado chalecos reflectantes y les ha impartido pequeños cursos de seguridad vial, porque muchas de las poblaciones de esta zona tienen travesías y los niños, al ir y volver del colegio, afrontan muchas situaciones de peligro.

La entrega de ese material cuando se llega a las poblaciones de Ouzina, Fezzou y de Erfoud la hacen los propios niños españoles, formando una gran fila junto a los niños marroquíes y descargando uno a uno cada objeto (en el vídeo que incluimos en este post podéis ver algunas imágenes muy emocionantes de esos momentos de convivencia y juego). Las marca automovilística Hyundai también colabora dotando de coches todo terreno a la organización y dando a conocer este proyecto solidario a comunicadores y periodistas. Sus concesionarios aportan cada año nuevas donaciones: material para hacer pozos que extraigan el agua con un motor eléctrico alimentado por paneles solares, 500 plantas para crear un palmeral…

Si quieres conocer más sobre este proyecto solidario, aquí tienes información sobre la Asociación Desierto de los Niños.

El viaje del Desierto de los Niños tiene una parte más turística, visitando el país y haciendo todo terreno, y una parte final donde se concentra la actividad solidaria, a partir de la llegada al desierto.

Visitamos la kashba Ait Ben Haddou, donde se rodó una parte de Gladiator, o los riscos donde filmaron La Momia. Este año hemos estado en Chaouen, en Meknés, en Tánger. Se duerme una noche en jaimas –las tiendas de campaña del desierto–, junto a las dunas de Erg Chebbi, cerca de Erfoud, o en las afueras de Fezzou.

Después de una jornada de todo terreno o de conducción por arena, es fantástica la cena en una gran jaima restaurante con un espectáculo con música beréber alrededor del fuego. Durante todo el viaje domina el buen humor, las bromas, todos formamos como una gran familia.

Los niños juegan a rodar dunas abajo y ven pasar alguna que otra caravana de dromedarios guiados por un nómada con el típico pañuelo de color índigo colocado como un turbante y la ropa oscura. Cada momento es mágico para ellos… y para nosotros.

Vídeo: el Desierto de los Niños, viaje solidario a Marruecos

A continuación compartimos un vídeo promocional del viaje solidario al Desierto de los Niños

El itinerario del Desierto de los Niños 2023

Os contamos cómo ha sido nuestra última experiencia, para que sepáis de primera mano en qué consiste este viaje. La ruta de 2023 se inició en Tarifa, donde cogimos el ferry para atravesar el Estrecho de Gibraltar hasta Tánger. Allí repostamos y pasamos la primera noche en un hotel junto a la playa.

A la mañana siguiente, una carretera nos condujo a Chaouen, la ciudad de las paredes azul añil, donde comimos en un riad antes de seguir camino hasta Meknés, donde pernoctamos la segunda noche.

A la mañana siguiente, las estribaciones de la imponente cordillera del Atlas, donde encontramos los famosos monos primos hermanos de los que viven en Gibraltar.

Los niños no dejaban de preguntar eso de “cuándo llegamos al desierto”, el gran objetivo del viaje para ellos. Y no estaba tan lejos, porque pronto llegamos a la zona más cercana a las dunas del Sahara, una zona llena de fósiles que se encuentran apenas fijas los ojos en alguna piedra.

En lo días siguientes, visitamos Merzouga, donde rodamos en la «hamada» o desierto pedregoso y en ríos de arena; Erfoud, una población entre palmerales y sede del hotel Xaluca, una maravilla en la que uno se quedaría a vivir para siempre..

En esa zona conocimos varios proyectos a través de los cuales la Asociación Desierto de los Niños realiza parte de su acción solidaria, llevándoles material escolar, juguetes, ropa… Fue el momento más emocionante del viaje, porque siempre nos reciben con cariño y nos dan la bienvenida mostrándonos todo lo que logran con esos niños gracias a estos viajes solidarios.

Cuánto cuesta ir al Desierto de los Niños

Toda la información sobre el itinerario preciso que hacen cada año, las condiciones del viaje, los consejos, los precios… la tenéis en la web del Desierto de los Niños. Estas son las de 2023, pero consultad, porque lógicamente pueden cambiar de año en año:

Familias con 1 adulto:
Adulto (a partir de 17 años) 845 €
Joven (de 13 a 16 años) 825 €
Niño (hasta 12 años) 660 €
Por el coche 390 €
Suplemento habitación individual 175 €

Familias con 2 adultos:
Adulto (a partir de 17 años) 845 €
Joven (de 13 a 16 años) 625 €
1er niño (hasta 12 años) 575 €
2º niño (hasta 12 años) 475 €
3er niño (hasta 12 años) 460 €
Por el coche 390 €
Suplemento habitación individual 175 €

El precio incluye 7 noches de hotel en media pensión (desayuno y cena), 1 noche en haimas en media pensión, pasajes para personas y vehículos de los trayectos Tarifa – Tánger y Tánger – Tarifa, seguro de asistencia personal para cada participante, apoyo y gestión en el paso de fronteras, apoyo en ruta, libro de ruta con mapas en color, waypoints de la ruta, equipo médico, monitores de actividades para niños.

Aparte de esto, debéis llevar comida de tipo picnic: los hoteles son en media pensión y la hora de comer a mediodía siempre te pilla conduciendo, así que se hace una parada, cada uno saca su mesa y sus sillas de camping y se come compartiendo con los demás lo que uno lleva. Allí sólo se compra el pan (¡buenísimo!) y la bebida. El combustible corre igualmente de vuestra cuenta y, claro, los pequeños gastos que siempre se hacen de comprar algún recuerdo.