Recorremos la muralla de Girona

Si visitas Girona en familia, o si resides cerca (ya sabemos que en estos tiempos de coronavirus, las visitas son más complicadas…), una de las cosas que no debes perderte es un paseo por su muralla. Está perfectamente acondicionada para que la recorras con tranquilidad, observando las magníficas vistas de la ciudad (de sus monumentos, pero también de las casas y jardines que desde otros puntos son invisibles). Si miramos al suelo, también descubriremos dibujos y letras árabes a nuestros pies.

En este post te damos una idea para conocer un trozo de Girona, pero puedes ampliar tu visita con un tour por la Gerona de Juego de Tronos o un tour por la Gerona romana.

Las murallas tienen origen romano, cuando en el siglo I d. C. los romanos construyeron aquí una fortaleza con un perímetro casi triangular (la llamada hoy “Força Vella” o fortaleza vieja). Durante la época medieval, hacia el siglo IX, las murallas se ampliaron y se usaron como camino de ronda (algo muy típico de toda esta parte de la costa mediterránea), que los soldados recorrían para hacer su guardia y vigilar ante la posible llegada de enemigos.

Con cuatro puntos de acceso, mide unos 2 km y está jalonada por varias torres. Está construida por grandes piedras de arenisca y tiene una altura media de 60 metros, aunque varía un poco según los tramos. Lo mejor es ir a la oficina de turismo y, con el mapa que te dan, organizar el recorrido, ya que podemos hacerla de una sola vez o ir subiendo y bajando y combinar ese itinerario con visitas a puntos de interés en Girona.

Si vais en verano, no olvidéis que hará calor: poneos protector solar, llevad gorras y botellas de agua. A los niños les encanta este recorrido (ir por las alturas, echar un ojo al horizonte, descubrir el río Onyar y el Ter…), pero tened cuidado, porque a veces se emocionan y no ven el riesgo. Nosotros fuimos con nuestros tres hijos y no tuvimos ningún percance, aunque, como siempre, es imprescindible andar con cautela y vigilar bien a los más pequeños.