Chipiona es conocida (por nuestra generación y la de nuestros padres, que no por la de nuestros hijos) porque en este municipio costero gaditano nació la famosa cantante Rocío Jurado. Sin embargo, Chipiona tiene muchos más atractivos, más antiguos y más altos, para visitarla con niños, que no sólo lo de ser el pueblo de «la más grande» 😉

Si pasas unos días de vacaciones en Cádiz ésta es una de esas excursiones por la Costa de Cádiz que vale la pena hacer con los peques, porque es interesante y emocionante 😉

Uno de los faros más altos del mundo

El Faro de Chipiona se alza imponente en la Punta del Perro, en el municipio gaditano de Chipiona , junto a la playa más famosa de la localidad, la de Regla. Con sus 69 metros, es el faro más alto de España y uno de los más altos del mundo y fue construido en 1863, aunque su primer haz de luz lo emitió en 1867. Como todos los faros, tiene ese algo misterioso que te hace imaginarlo en las noches de tempestad guiando a los barcos para que no encallen en las rocas.

Se conserva en perfecto estado y funciona de maravilla. Desde hace un par de años, es visitable, así que nos animamos a subir hasta lo alto con nuestros hijos y otros cuantos viajeros en un día de verano. Tras comprar las entradas en la oficina de Turismo de Chipiona, quedamos en la puerta del faro con el guía, que nos explicó el origen, características e historia mientras el grupo, de unas 15 personas, le escuchábamos con la boca abierta. Esa primera explicación se hace en la base del faro y luego se inicia el ascenso por la torre hasta la misma luz a través de una escalera de caracol.

El faro más alto de España

En el ascenso hasta la luz del Faro de Chipiona contamos 322 escalones, pero el guía los hace en tres tramos, unos cien escalones cada vez, y luego se para, haciendo que la gente se siente en alguno de los descansillos o directamente en los peldaños —o que se quede de pie si quiere— mientras él añade nuevas explicaciones y anécdotas históricas de esta fantástica torre. La verdad es que no sientes cansancio y los niños que había en nuestro grupo (los más pequeños tendrían unos 5 años) no se quejaron ni dieron en ningún momento síntomas de cansancio.

Eso sí, cuando por fin se llega a la “cumbre” del faro y se sale al exterior, se agradece la brisa marina y las magníficas vistas, que van desde Rota y el Puerto de Santa María hasta Matalascañas, en Huelva. De nuevo, el guía nos da más detalles del Faro de Chipiona, de su valor como orientador para los barcos que quieren ascender por la desembocadura del Guadalquivir y nos muestra los restos de un barco hundido justo en el punto de aproximación. Al parecer, tenía que esperar antes de poder encarar el remonte del río, pero el ancla no se clavó, el barco derivó, encalló y…. ahí están sus restos.

También se ve desde aquí arriba las playas de las Canteras, con sus corrales de pesca, la playa de Regla, el Santuario… y el horizonte azul que parece limitar el Atlántico. Te dan tiempo para que hagas fotos, para que admires las vistas, las comentes… sin prisa. Al cabo de un ratito, iniciamos de nuevo la bajada. Así acaba la visita.

Historia del Faro de Chipiona

En tiempos de los romanos hubo, al parecer, un faro en este mismo lugar del que no han quedado vestigios salvo en la mención que algunos escritores romanos, como Estrabón, hacen en sus textos. El Faro de Chipiona, como lo conocemos hoy, fue construido en 1863 por el ingeniero de caminos Jaime Font (tenéis una foto suya en la galería de fotos), toda una eminencia que dirigió las obras de esta esbelta torre, construida con roca ostionera (esa que está formada como por amalgama de conchas y residuos de moluscos marinos, arenisca, etc.) proveniente de Chipiona y de Rota y que sobre todo se utiliza internamente, en la escalera de caracol, y losas de Tarifa, que cubren el exterior.

En un principio alumbraba mediante una lámpara alimentada con aceite de oliva, produciendo un destello de luz blanca cada 60 segundos accionado mediante un mecanismo de relojería. Más adelante, se incorpora el aceite mineral (parafina de Escocia) y posteriormente petróleo refinado.

En 1916 se instala una lámpara incandescente, como una gran bombilla que funciona con vapor de petróleo a presión, con un giro más rápido y destello cada 15 segundos. En 1946 se instala la iluminación eléctrica.

Un dato curioso de este faro es que es aeronáutico, es decir, tiene un haz horizontal, para orientar a las embarcaciones, y un haz vertical, para los aviones. Alcanza 25 millas náuticas (unos 46 km), da destellos cada 10 segundos y cuenta, desde 1999, con una lámpara halógena. Sólo ha interrumpido su funcionamiento en dos ocasiones: durante la Guerra de Cuba (en que se temía una invasión norteamericana) y durante los tres años de la Guerra Civil.

Otra escapada interesante para unas vacaciones con niños en la provincia de Cádiz es esta excursión a Vejer y Conil disponible desde la ciudad de Cádiz o desde El Puerto de Santa María.

Fotos del Faro de Chipiona

En esta galería de fotos compartimos algunas espectaculares instantáneas de nuestro ascenso al cielo de Chipiona… desde su imponente faro 😉

Dónde se encuentra el Faro de Chipiona

El Faro de Chipiona es fácil de encontrar. Se encuentra en la Avenida del Faro, 42, junto a la playa de Regla, en el núcleo urbano de Chipiona. Cuando vayáis a visitarlo, os aconsejamos que vayáis con un poco de antelación, sobre todo si vais en verano, porque no es una zona en la que se encuentre fácilmente un sitio para aparcar.

Entradas y horarios para subir al Faro de Chipiona

La subida al faro es en días alternos (jueves y sábados, pero no todos) a las 11.00, 12.00 y 13.00, siempre con reserva previa. El precio es de 5€ (menores de 7 años gratis). La reserva previa, obligatoria, se puede realizar llamando al teléfono 956 92 90 65, por correo electrónico a turismo@aytochipiona.es o bien en la propia oficina de Turismo. El pago de la reserva se realizará el mismo día de la visita con tarjeta, no permitiéndose el pago en efectivo. Puedes consultar más información en la web del Faro de Chipiona.