Restaurante Clavaría, cocina sana mediterránea en los hoteles Novotel

Durante nuestro fin de semana en Novotel de Bilbao hicimos una de las comidas en el restaurante del hotel, llamado Claravía y especializado en cocina mediterránea. En varios lugares del hotel se anuncia con un menú de 19 euros y otro menú específico para niños. Habíamos pasado la mañana en el Guggenheim y paseando arriba y abajo de la ría, contemplando los puentes, la animación en las márgenes, deteniéndonos en los parques, haciendo fotos… Estábamos cansados y para esa noche habíamos planeado una cena de pintxos en el casco viejo, así que decidimos volver al hotel y comer allí, también para probar el menú, el de adultos (19 euros) y el de niños (9,50 euros).

Fotos: restaurante Clavaría, en los hoteles Novotel

[wpsgallery]

El espacio es el mismo en el que se desayuna, muy agradable, lleno de luz y con vistas a la piscina. A esas horas –las 2 de la tarde escasas– no había aún mucha gente, aunque luego, a medida que avanzaba el reloj, se fue llenando. El servicio, amable y diligente. Nos trajeron la carta y nos sugirieron vino, pero optamos por no salirnos del menú, que ofrece tres primeros, tres segundos, varios postres y agua o refresco como bebida. Decidimos elegir cada uno un plato diferente para probarlos todos: como primeros, ensalada de quesos con vinagreta de frutos secos, wok de tagliatelle con setas y salpicón de marisco; como segundos, bacalao a la riojana, pisto a la bilbaína y secreto a la parrilla; de postre, tarta de arroz, bavaroise de naranja con chocolate y fruta fresca con frutos del bosque. Pan de varios tipos, tierno y apetitoso, ideal para tomar con el aceite de arbequina disponible en la mesa, a modo de aperitivo. El café no entraba en el menú, así que lo pedimos y nos lo cobraron aparte. La mesa, sin mantel pero con manteles individuales.

El servicio de los restaurantes Clavaría es amable y diligente

Tanto en cantidad como en calidad el menú cumple con las expectativas; cuesta 19 euros, cierto, pero por esa cantidad no es fácil encontrar variedad y buen hacer como el que experimentamos en Claravía (delicioso el bacalao, tierno y jugoso el secreto, tradicional y casero el pisto, maravillosos los postres…), en ese momento además con la comodidad de no salir del hotel y de disfrutar de una pequeña sobremesa con el café mientras los niños se iban al cuarto de juegos.  Para ellos Claravía ofrece un menú en cuatro pasos en los que van eligiendo un plato principal (carne, pesacado y pizza), una guarnición, un refresco y un postre. Los nuestros se decidieron por pizza con patatas fritas y un helado. Como con los mayores, las raciones están cuidadas y tienen aspecto apetitoso.

La misma propuesta que nosotros probamos a mediodía existe por la noche, una opción muy recomendable cuando los niños son pequeños y no es posible ni cómodo salir del hotel para la cena.

El espacio de descanso y tertulia, con sofás y mesas bajas, junto a la barra del bar, nos puede servir para charlar y tomar una copa tras la cena mientras los pequeños, en la sala de juegos, al lado, se divierten hasta la hora de ir a la cama.