De todas las tradiciones navideñas, poner el belén es, quizá, una de las más entrañables. Desde mediados de noviembre hay decoración navideña en las tiendas, a finales encienden las luces de navidad en las ciudades, los supermercados y tiendas de comestibles se llenan de turrón y otros dulces y, para el puente de diciembre toca tenerlo todo listo en casa para las tan esperadas Navidades.

¿Árbol o Nacimiento?

A pesar de que también tenemos árbol de Navidad, no renunciamos a poner un nacimiento, todo lo grande que podemos, en el salón de nuestra casa. Cuando, al principio de diciembre, hace frío y no apetece salir, no hay plan mejor que hacer un chocolate caliente, poner música navideña y… colocar entre todos el belén.

Cuando éramos pequeños, al menos en mi casa, el belén tenía piezas de todos los tamaños, normalmente no correspondientes entre sí. Teníamos un San José gigante y unos pastores enanitos, la oveja era más grande que el pastor….

Creo que por eso me he preocupado desde que empezamos a comprar las primeras figuras para elegir unas que nos gustaran e ir formando con ellas una colección que cada año vamos incrementando.

En nuestra visita de cada año al mercado de Navidad de la Plaza mayor, y en visitas ocasionales a otros mercadillos navideños, como la Fira de Santa Llúcia de Barcelona o el mercado de Navidad de Granada, compramos una figurita nueva y así vamos poblando nuestro belén.

Cuando llega la época, salimos fuera de la ciudad, hacemos una excursión y aprovechamos para coger musgo. En la Plaza Mayor lo venden, pero nos parece un poco caro y en la zona de la sierra no es difícil encontrarlo.

Además, los chicos lo pasan muy bien y nos aireamos todos un poco. El resto de los elementos son fáciles de encontrar: unas cuantas piedras, río de papel de aluminio, serrín para el camino, serrín más oscuro para los campos de cultivo…

La colocación del belén es un momento estupendo para estar todos juntos, pero, desde el punto de vista educativo, nos sirve para contar a los chicos las historias tradicionales de Navidad, para que los peques más peques nos reciten el famoso “El camello se pinchó…” de Gloria Fuertes, o cualquier otro poema o canción que toque representar en la fiesta de navidad del cole.

Belén con toda la familia

Un buen plan cuando otros miembros de la familia tienen también niños es invitarlos y montar el nacimiento entre todos. Luego se hacen fotos, se merienda…

Otra actividad interesante es fabricar algunas figuras nosotros mismos. En nuestra experiencia, cuando hemos intentado hacerlo, resulta un poco complicado, sobre todo si eliges materiales que necesitan manipularse mucho, meterse en el horno, recortar y pegar…

Lo que sí nos ha dado siempre muy buen resultado es la plastilina. A los niños les divierte modelar personajes para el belén, aunque sean anacrónicos (nosotros tuvimos un Perry el Ornitorrinco en la azotea del palacio de Herodes). Además, si no les gusta el resultado, vuelven a modelar y no se estropea material, ni se llena todo de pegamento ni hay trocitos de papel por todas partes.

Fotos de nuestro belén de Navidad

En la siguiente galería compartimos algunas fotos de nuestras sesiones beleneras en casa:

Y, para completar el post, aquí tenéis algunas ideas para fabricar vuestro propio belén.

Ruta de los belenes por Madrid

Si, después de montar vuestro belén, lo queréis comparar con los profesionales, podéis hacer la ruta típica de los belenes de Madrid. Nuestro amigo de Guías-Viajar nos lo cuenta en este post: Ruta para visitar 6 exposiciones de belenes en Madrid en Navidad.