El hotel Nievesol, muy cerca de la estación de esquí de Formigal, se encuentra a unos 4 km del pueblecito de Sallent de Gállego, en la provincia Huesca. Su ubicación exacta es estratégica si vas al entorno de Panticosa y Formigal, ya que está en el centro de la urbanización de Formigal, a 500 metros de la estación de esquí y a 20 km. del Balneario de Panticosa.

Según nuestra experiencia, el Nievesol es un hotel muy frecuentado por esquiadores en invierno y por amantes de las actividades de montaña durante el resto del año. Además, en julio este hotel es participa en Pirineos Sur, un festival internacional multicultural con manifestaciones musicales, artísticas, mercadillos… al que acuden figuras de renombre mundial (de hecho, el hotel está lleno de fotos de las sucesivas ediciones de este festival).

Nievesol está muy bien acondicionado para la zona pirenaica en la que se encuentra. Tiene doble entrada y, al atravesar el umbral, se ve a la izquierda la recepción, con gente amable (siempre un saludo, siempre una atención o una pregunta sobre cómo ha ido el día…) y profesional que te ayuda y te hace agradable la estancia. Toda la planta baja está llena de sofás y mesas para que los grupos de amigos y familias que se alojan en el hotel puedan sentarse y charlar tomando algo, leyendo el periódico o jugando a las cartas.

En el bar del hotel Nievesol sirven toda clase de bebidas y disponen de un grupo de mesas aisladas tras una cristalera, por si uno quiere resguardarse del bullicio que un hotel familiar como éste desprende siempre. Tienen una chimenea, pero, al menos cuando estuvimos nosotros (la semana que va de Navidad a Nochevieja), no la tenían encendida, lo que nos pareció una pena, aunque luego pensamos que quizás lo hicieran por seguridad, ya que hay muchos niños y lo mismo podrían quemarse.

Las habitaciones tienen un tamaño justo, con un buen armario con perchas y cajones, un escritorio, un sofá que puede transformarse en cama, las camas, televisión y un baño completo con  bañera. Dos detalles muy importantes: la calefacción era la adecuada (hay hoteles de montaña en los que uno acaba pasando frío) y el wifi funcionaba en las habitaciones y en las zonas comunes del hotel sin problema. La presión en la ducha y la temperatura del agua también fueron las esperadas (qué placer, una ducha calentita con mucho agua después de un día de esquí…).

La decoración del hotel Nievesol es sencilla y funcional, aunque durante toda nuestra estancia los chicos hicieron bromas sobre los cuadros, que parecían representar todos ellos urnas cinerarias. En fin, ése no es un detalle importante.

Cuando estuvimos por primera vez en el hotel Nievesol, mucho antes del coronavirus, nosotros reservamos dos habitaciones: una de matrimonio para nosotros (eran dos camas pegadas, no una sola cama grande) y otra para los chicos con las dos camas normales y el sofá cama, que tiene las mismas medidas, así es que no hubo problema de espacio.

Desde las ventanas de las habitaciones del Nievesol se ven las montañas nevadas, algunas de las pistas que iluminan de noche… es muy agradable y relajante. En los bajos del hotel se pueden alquilar esquíes y el resto del material y tienen también servicio de guardaesquíes, que utilizamos y es cómodo (sólo les falta contar con calientabotas…).

Cada día, en el tablón de anuncios junto a recepción, cuelgan las actividades que organizan como talleres de manualidades para los niños con un monitor que incluso trabajaba el fin de semana… Se percibe en todo momento que están acostumbrados a alojar familias, que entienden sus necesidades y que disfrutan satisfaciéndolas. Y eso es estupendo, la verdad, de ahí el éxito que vimos que tienen (había gente reservando ya para el siguiente invierno).

En cuanto a las comidas, el buffet del desayuno era muy completo: café, bollería, bizcochos caseros, pan, tomate, mermeladas, fruta, yogures, cereales, huevos, salchichas, bacon… y un café muy bueno y bien caliente. A medida que los clientes se servían, reponían lo que se iba acabando con diligencia y amabilidad. Había mesas para parejas, para familias como nosotros e incluso para grupos, con lo que siempre había charlas y alegría incluso a primera hora de la mañana, cuando el típico madrugón del esquiador tiene a todo el mundo algo soñoliento…

Nosotros habíamos contratado régimen de media pensión, así es que también cenábamos cada día en el comedor del hotel. Servían un menú de tres primeros y tres segundos con un buffet de postres (fruta, yogures y un par de postres diferentes cada día: natillas, arroz con leche, pudding…). Ningún pero que poner a la cantidad y a la calidad de la comida, que era equilibrada y estaba bien cocinada, en general. Para los niños preparaban también un buffet para la cena con pasta, arroz, pollo, cosas más fáciles de comer si no les gustan los platos del menú.

Nos quedamos encantados con el servicio del hotel Nievesol: los camareros eran encantadores, te ayudaban a la mínima oportunidad y servían rápidamente. Tras la cena, hay un salón de juegos y, en el sótano, una sala con billar y futbolín que nuestros chicos aprovecharon muy bien.

Toda la urbanización Formigal (a medio kilómetro de las pistas, como os decíamos antes) está llena de bares y restaurantes, así que, si vuestra opción es cenar fuera del hotel, no os faltarán posibilidades de elección, siempre y cuando lo permitan las condiciones sanitarias, si váis en tiempos de coronavirus.

Fotos: hotel Nievesol, para familias, en Formigal

En esta galería de fotos veréis algunas imágenes de nuestra estancia en el hotel Nievesol de Formigal, con los niños. Nosotros estuvimos en 2014, así es que es posible no esté todo como estaba entonces 😉

Dónde está el hotel Nievesol de Formigal

Este hotel está muy bien situado y ofrece bonitas vistas de Sallent de Gállego y de los Pirineos. En este mapa podéis ver su localización exacta:

En este enlace podéis ver más información sobre el hotel Nievesol y podéis informaros sobre las ofertas de alojamiento que tienen en los diferentes momentos del año.