El golf es un deporte que siempre nos había parecido caro, de élite, aburrido… Uno siempre tiene la idea de alguien rico —un jubilado millonetis, un director general— recorriendo el césped seguido por un joven que le carga el carrito de los bastones… Seguramente hemos visto muchas películas, pero es un esterotipo bastante extendido.

Sin embargo, un buen día de hace unos años, mucho antes del coronavirus, un compañero de trabajo que estaba aprendiendo a jugar al golf y que siempre nos hablaba de lo “divertido” que es este deporte, nos convenció para que pasáramos una mañana con él en el Polideportivo Puerta de Hierro. Y allí nos fuimos con los tres chavales a divertirnos un rato aprendiendo a jugar al golf.

Para llegar hasta este campo de golf basta salir desde Madrid por la carretera de La Coruña, la A6, y salir por la salida del Hipódromo. Se llega a una rotonda y allí ya está indicado las instalaciones del polideportivo Puerta de Hierro, no tiene pérdida. Hay un parking de tierra justo a la entrada en el que no parece haber agobios para encontrar un espacio. La entrada es libre.

Golf, waterpolo, fútbol americano y… columpios

El Polideportivo Puerta de Hierro es el antiguo Parque Sindical y cuenta con unas instalaciones estupendas rodeadas de árboles y bastante verde. La piscina es más que grande, inmensa, y en ella se practica piragüismo, waterpolo… y en verano está llena de bañistas. Hay campos de rugby  (allí entrenaban los Wild Cats de Madrid), canchas de fútbol sala, baloncesto, un campo de tiro al blanco… Y, además, una gran cafetería con terraza junto a un parque infantil con columpios en la que tomar un desayuno o un aperitivo antes o después de hacer ejercicio. Es un lugar estupendo para ir a ver cómo los demás juegan o, como hicimos nosotros, para atreverse con algún nuevo deporte.

Las instalaciones para jugar al golf constan de una zona de práctica de lanzamientos de bolas, con 300 metros y capacidad para 56 puestos. Se trata de una de esas construcciones de dos pisos, en cada uno de los cuales hay puestos donde se colocan bolas y se aprende a lanzarlas sin molestar y sin peligro de golpear a nadie. Al lado hay también un pitch and putt (un campo de golf réplica de un campo grande) de 9 hoyos con un edificio de escuela y unas oficinas.

El primer contacto con el golf, paso a paso

Lo primero al llegar fue alquilar unos palos. Si vamos a jugar en un solo puesto, aprendiendo a lanzar con la postura adecuada (eso que llaman el swing) y tirando de uno en uno, en realidad bastaría con alquilar un bastón para adulto y otro para niño. El alquiler de cada palo costaba 1,40 euros.

A continuación nos dirigimos a los puestos de lanzamiento, pero antes de entrar en uno de ellos nos dirigimos a la máquina expendedora de bolas de golf, que, por un euro, nos dio 34 bolas en un cubo. Con él en las manos nos situamos en nuestro puesto.

Como fuimos con nuestro amigo Nacho (fan confeso del golf), fue él quien nos enseñó los primeros rudimentos: cómo coger el bastón, cómo golpear la bola (en teoría, porque la práctica es otra cosa). Si vais sin profesor improvisado, podrás contratar un minicurso para que conozcas las reglas básicas.

Fotos: aprendemos a jugar al golf con los niños

Con las herramientas y los conocimientos básicos y ya colocados en nuestro puesto, fuimos lanzando uno detrás de otro. Se sucedieron las escenitas de postura de lanzamiento, golpe enérgico cortando el aire, ojos buscando en el horizonte y… mirada a los pies para comprobar que la bola seguía en el suelo. Vista rápida a los lados (bien, los ocupantes de los puestos contiguos no parecían haberse dado cuenta del ridículo total que habíamos hecho…) y continuamos practicando. En esta galería de fotos podéis haceros una idea de cómo es este proceso…

Los chicos rápidamente se mostraron más hábiles que los mayores con los palos de golf y se lo pasaron pipa cuando nosotros fallamos o, si acertamos, mandábamos la bola a sólo unos pocos metros de distancia. Empezó un cierto pique y, al poco, se nos acabaron las bolas, así es que desembolsamos otro euro y obtuvimos otro cubo repleto de bolas 😉

Así se nos pasaron casi dos horas, al cabo de las cuales todos habíamos adquirido cierta soltura y es entonces cuando empezamos a ver el lado divertido de la cuestión: quizás no esté tan mal esto del golf… Los niños preguntaban si no podíamos ir a jugar “de verdad” (se imaginaban la cosa como un minigolf, pero grande y sobre hierba).

Para eso ya había que saber más, pero al lado hay una pequeña zona donde podríamos practicar ya tiros dirigidos a introducir la bola en el agujero. Lo dejamos, sin embargo, para otro día. Hoy nos espera un merecido aperitivo en la cafetería (con lo poco que nos ha costado pasar entretenidos una mañana, nos ha sobrado para las cocacolas y las patatas fritas).

Al llegar a casa, nos dimos cuenta de que los chavales se han “picado”: insistieron en volver otro día y comentaron las jugadas que habían ido haciendo y lo bien o mal que lo habían hecho en cada ocasión.

Cursos de golf para principiantes

Cuando se prueba y gusta, lo ideal es hacer un cursillo para aprender la técnica, las reglas y poder hacer los primeros pinitos “de verdad”.

En cuanto al equipamiento para jugar al golf, al principio puede ser alquilado. Luego, cuando seamos un poco más expertos, podemos optar por comprarlo de segunda mano, o nuevo, con diversas opciones de calidades y precios. No es necesario para nada gastarse un dineral. Hay precios realmente asequibles en Decathlon o incluso en El Corte Inglés.

Golf en los colegios

Desde 2013, la Federación de Golf de Madrid imparte el Programa “Golf en Colegios». Se trata de un Programa de Formación, basado en el programa TPI (Titleist Performance Institute), cuya función principal es acercar el golf a los niños, y que aprendan los diferentes movimientos del golf a través del juego.

Más información sobre el Centro de Tecnificación de Golf en el polideportivo Puerta de Hierro: www.fedgolfmadrid.com.